Dulzura [México x Canadá]

6.

Lo que les enseñaron en las capacitaciones eran cosas importantes, aunque se la pasaron haciendo bromas e incomodándose entre todos debido a sus castas. Lo normal. Había que reírse de la desgracia que les tocó por ser omegas.

—Entonces...

Todos miraban a la chica de camisa a cuadritos y gorrito de mapache, quien reía animada junto a su hermano pendejo. Y luego pasaron saliva.

—Ella es...

—Ella tiene...

—Ay, diosito.

Lo peor era que todos aceptaban que andaban de babosos porque Canadá era un ángel, una linda de sonrisa radiante y labios de cereza. Muchos le cederían sus bolígrafos si tuvieran la oportunidad.

—Yo si le hago.

Todos miraron a México con sorpresa, algunos con respeto y otros con envidia. Porque era el único que tenía los huevos para tal hazaña. Después de todo, Canadá era la mujer de sus sueños, pero también era una alfa que podía romperles el culo ya que tenía...

—Si me das un besito, yo sí te ofrezco mi tesorito.

Canadá miraba confundida al mexicano que le hablaba, mismo que ante sus ojos se veía adorable con su sombrero y su paliacate. Sonrió sin poder evitarlo, encogiéndose de hombros un poco, y arrugando un poco sus labios.

—Mexico... I don't understand you.

—Sí quieres te lo digo al oído, güerita.

—¿Güerita? —se sonrojó un poco, porque esa palabra sonó muy dulce.

—Yo te daría todo mi...

—Ni lo creas, frijolero —USA se colocó frente a su inocente hermana—. Canadá is my baby —bufó antes de llevarse a Canadá.