—¿Qué haces cuando estás enamorado?
—El ridículo.
—Vamos, Can. Tú eres... Dame un ejemplo.
Canadá pensó un rato antes de mirar a Guatemala y confesar.
—Una vez quise decirle a Mex que me gustaba su sonrisa... Pero me olvidé que primero debía tragar mi batido... Y le escupí.
Guatemala empezó a reír.
—No fue tan malo.
—¡Fue horrible!