Dulzura [México x Canadá]

11.

Tuvieron que aprender a sobrellevar sus diferencias, porque no eran una pareja normal.

Un alfa anudaba cuando se excedía en excitación. Un beta no lubricaba, por lo que se necesitaba de mucha paciencia y delicadeza para prepararlo antes del delicioso.

Y ahí estaban... hablando sobre eso.

Aunque no en el momento indicado.

—Voy a correrme en tu cara.

—Mexique! —protestó y sus manos detuvieron su vaivén sobre el amiguito de su novio.

—¿Qué? —sonrió en burla—. Es por precaución —intentó hablar con seriedad.

Canadá le miró feo, enfadado, pero el sonrojo de esas mejillas era simplemente adorable y a México le encantaba. Obviamente su maplecito no podía verse realmente enojado en muchas ocasiones.

—Voy a correrme en tu cara para aliviarme un poco —México sonrió de lado—, y así no hacerte daño después, mi vida.

—No... —sintió un cosquilleo en su vientre—. No me molesta si... si anudas —susurró alejándose de México.

—No quiero lastimarte.

—No lo harás... —lo miró con vergüenza—, yo... yo lo soportaré.

—No me tientes —le gruñó en broma—, que me lo tomo en serio y me descontrolo —se acercó para besarlo, un piquito tras otro.

—Hablo en serio —susurró.

—Chingada madre —apretó los labios—, creo que... quiero...

—Mexique —le sostuvo de las mejillas—, ya no seas tan cuidadoso conmigo... estaré bien.

—Si mañana no puedes caminar, no me reclames —susurró sobre esos labios antes de abrazarse a esa cintura y lanzarse sobre colchón.

Entre risitas y besos, bromitas y jadeos, así empezaron con aquella rutina de hundirse en el deseo mutuo y el dolor placentero.

Pero, aunque dijeran que dejarían el cuidado de lado, México no podía, porque su deber era proteger al amor de su vida del animal que tenía entre las piernas.

Notas finales:

Me reí feo XD.