—Contigo hasta el infierno, chiquita.
Canadá miró sorprendida a aquel tricolor, y sonrió. Porque era de los pocos que se le acercaba, arriesgándose a la cólera de su hermana o a la de su padre, así que disfrutaba mucho de esos momentos.
—No al infierno —rió bajito—, pero puedo llevarte por un café con pastel.
—Wow, creí que me ibas a mandar a la chingada.
—¿Qué? —No lo entendió.
—Pues... No me hagas caso. Yo te acepto el cafecito.
Canadá aprovechó esa oportunidad, porque quería ir por ahí, quería conocer al chico de escudo con un águila, quería divertirse un rato.
Y fue lo mejor.
Porque lo disfrutó mucho de la compañía, rio a carcajadas en ocasiones, se avergonzó por los piropos y los suspiros, le gustó el perfume del tricolor y se sintió libre.
—Podemos salir otro día si quieres.
—Chale... No creí llegar tan lejos.
—¿Por qué?
—Porque te me hacías tan inalcanzable... Y ahora estás aquí.
—¿No te parezco aburrida?
—¡Claro que no!
—No... ¿No parezco intimidante?
—Yo solo veo un mujerón de linda sonrisa y unos ojazos que cautivan.
Canadá enrojeció ante el comentario, tal y como había hecho desde que invitó al tricolor a esa salida. Se mordió el labio y luego sólo agradeció.
—Ay, me gustas un chingo.
—También me gustó salir contigo, Mexique.
—Háblame así de bonito y se me van a encender... las ilusiones.
Sí. Así fue la primera cita de esos dos.
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Dulzura [México x Canadá]
FanfictionConjunto de drabbles CanMex con temática omegaverse.