52| Pista de patinaje

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—Extrañaba esto— habló Richard mientras se metía una bola de palomitas a la boca— te extrañaba tanto, cara de moco.

Le lance un cojín a la cara riendo.

—Cállate cara de chancla— le robe el plato de palomitas e imite lo que hizo, me metí un gran puñado de palomitas a la boca— yo también te extrañe mucho.

—Tenía miedo y me costaba pensar que después de mi estupidez del año con, Alicia, ya no volverías a dirigirme la palabra.

—Siempre serás mi chico favorito, eres mi mejor amigo de años, serás un idiota pero siempre te voy a querer.

—¿Chico favorito?— se paro del sillón y bailo— ¡Ahuevo, le quite el puesto al frenton!.

—¡Oye no le digas así! Nada más por eso bajas puntos y Chris sube al primer lugar.

—Si claro, es obvio que desde que el llegó yo quede en segundo lugar— volvió a sentarse en el sofá— con su cara de niño bueno— No tiene nada de niño bueno, pensé, pero evite cualquier pensamiento para que no me delatara— con su sonrisa colgate, con su cabello perfecto y su gran frente.

—¡Oye ya basta! Eso lo hace solo más único— le hable ofendida, pero entre mi, estaba aguantandome la risa, podrá serlo, pero es MI frentesita.

—Claro que eso lo hace más único y detergente. Puedes escribir un poema en su frente sin pedos.

—Está vez, cruzaste los límites, moreno.

Me avalance sobre él haciendole cosquillas, su debilidad, las odia, y yo amo hacerlo rabiar con eso. Se retorcio riendo como nunca, tratando de quitarme de él pero por la risa no podía.

—¡Detente, niña!— dijo como pudo riendo.

Su risa me estaba contagiando la mía, pero me aguantaba, si comenzaba a reír iba a perder esta batalla.

—Por cierto, ¿Seguro qué tienes raíces dominicanas? Porqué aveces se te sale lo mexicano, tal vez fuiste uno en tu vida pasada— hable de lo más normal mientras mi amigo sufría unas cosquillas mortales.

—¡Las palabras mexicanas son lo máximo, te dan poder! — contestó riendo, no sabía ni como le había entendido.

—¿En serio? Las usaré más seguido.

Richard seguía riendo, apuesto a que estaba por hacerse pipí encima. La puerta se abrió dejando ver a mi madre llegar junto con Chris detrás de ella. Ambos se quedaron viendo, mi madre con cara de: ¿Qué pedo, qué pedo?— Richard tiene razón, las palabras mexicanas te dan poder, al igual que las frases de memes— pensé. Me detuve en hacerle cosquillas, pero mi atención se enfocó en Christopher, tenía la mirada completamente sería y su respiración se notaba algo acelerada.

—¡Ayuda! Su hija casi me mata, mi panza duele— Richard se hizo la vistima con mi madre.

Mi madre se río.

—Extrañaba verlos juntos, sobre todo sus peleas de cosquillas, se que ambos las odian— ¡Ya nos exhibiste!, llegó a mi mente, ahora Christopher sabe mi debilidad. Pero nisiquiera parece que este prestando atención, lo único que hace es observarnos detenidamente totalmente serio y con el ceño fruncido— solo vengo a cambiarme de zapatos y me voy nuevamente, pero en la entrada me encontré con, Chris, dice que saldrán junto con Alicia.

—Es verdad, lo había olvidado— me pegue en la frente.

—No es raro, tienes memoria de Dory. ¡Hola Dory!.— alegó Richard.

—Callate— le di un zape en la frente.

Mi madre se fue a su habitación. Christopher seguía totalmente serio pero está vez no me miraba, su mirada nos recorría a ambos, yo seguía aplastando a Richard. Sin decir nada, se acercó y se agachó un poco, me tomó de la cintura y me cargo, para posteriormente dejarme en el suelo, frente a él.

¡Princeso! - C.V y tú | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora