54| La carta

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Nunca reaccioné, miles de dudas pasaban por mí mente pero una más.

¡¿Qué pitos estaba pasando?!.

Ángela se separó de mí, metió su mano en el bolsillo de mi sudadera y salió corriendo, yo me quede estática en el mismo lugar, aún no asimilaba lo que había pasado. ¿Ángela me había besado?. Mi cerebro no acababa de procesar todo.

—¿Señorita está bien? — escuche al director hacerme volver a la realidad.

—Si...

Comencé a caminar a paso rápido aún procesando todo. ¡Ángela me había besado que diablos! ¡¿Qué diablos con el mundo?!, llegué al aula y me sente en el lugar que había escogido. La clase siguió pero mi mente estaba en otro lado. Al terminar tome mis cosas y salí del aula tan rápido como pude, necesitaba un lugar tranquilo, no entraría a mi siguiente clase, necesitaba unos minutos para procesar y pensar.

Al estar en un lugar solo y donde solo estuviera yo y mis pensamientos, solté el suspiro de confusión que me había guardado desde que, Ángela salió corriendo y metió la mano en mi bolsillo.

—Espera— me dije a mi misma en voz alta metiendo mi mano en mi bolsillo, sintiendo algo en el.

Saqué aquello, una hoja doblada. En busca de alguna repuesta ante aquello la abrí rápidamente, comencé a leer el contenido.

Cuando leas esto, seguramente ya habré hecho algo de lo que tal vez tú hayas odiado, pero yo no me arrepiento. Estaba decidida.
Claro que hay mucho que explicar, como lo primero es ¿Por qué yo le escribo una carta de despedida a la chica que más odio en este mundo?.
Nunca te odie, bueno, si. Pero no en una forma mala, más bien, me odie a mí misma. Siempre me sentí atraída por ti, cuando éramos amigas tal vez nunca te diste cuenta, poco a poco me fuí enamorando... Hasta que conociste a, Jason, me olvidaste... Y te enamoraste de él, y él de ti... Odiaba verlos juntos, me llenaba de celos y no podía evitar pensar que él no te merecía. Nadie sabe que yo en realidad, nunca guste de los chicos, mis gustos son más delicados, femeninos, mejor dicho, mujeres. Mi familia y la gente es tan homofobica que mi miedo siempre fue más grande que yo y nunca tuve el valor de revelar mi verdadero yo.
Así que fingi estar verdaderamente enamorado de, Jason y “odiarte a ti” por estar con él. Pero no era así, en realidad lo odiaba a él por estar contigo y saber que no podía hacer nada. Dije: podía. Porqué tuve una idea, meterme entre ustedes. Eso me hace una persona tan despreciable, mis celos y mi dolor por no poder decirte nada me ganaron e hicieron que yo me convirtiera en un mounstro, perdón por todo el dolor. La única forma en que me notarás era haciéndote daño y fingiendo odiarte, no era la mejor técnica y tal vez debí decirte la verdad, pero nunca tuve la fuerza.
No podía irme sin que no lo supieras, al final de cuentas nunca nos volveremos a ver y quería que lo supieras.
No sabes cuán arrepentida estoy y cuanto me dolía saber que te hacía daño. Se que no merezco tu perdón y esta bien, se que lo que te hice no tiene perdón. Solo quería que lo supieras. Eso no estuvo bien y tampoco es sano, hablaré con mis padres de esto y seguramente iré con un profecional a algunas terapias o algo por el estilo, creo que necesito ayuda.
Te deseo lo mejor del mundo y nuevamente, perdón.

—Ángela.

Procese todo lo que podía. No me podía creer lo que acababa de leer, esto no era real. Ángela realmente está mal, necesita ayuda. Hacerme daño por llamar mi atención, eso no estaba bien, sin importar si la llegara a odiar lo hizo solo por llamar la atención, eso solo muestra su falta de amor propio y lo mal que esta.

Caí en cuenta que fue mi primer beso con una chica, bueno, si se le puede llamar beso, ya que yo estoy totalmente fuera de ello, no le correspondía ni un segundo y el beso fue rápido. ¿Debía contárselo a alguien?. No podía, no debía, esto debía quedarse solo conmigo, además, no fue algo importante o al menos para mí. Sigo confundida por todo y no acababa de asimilar todo, no me entraba en la cabeza que todo aquello lo hizo solo por que me quería, nadie en su sano juicio hace cosas terribles por amor, o al menos no aquí, probablemente sólo en las películas.

¡Princeso! - C.V y tú | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora