25|¿Estás bien?

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Fácil eran como las 8:30 de la noche, pero no me importaba ahora, lo único que quería era que el estuviera bien y si yo ayudaba en algo, ahí estaría.

Pasaron algunos minutos y el por fin me soltó, se sentía mejor, así que hice lo mismo y me volví a sentar a su lado. Lo mire y le sonreí, el me devolvió la sonrisa nada forzada, estaba funcionando, pero debía comprobarlo.

-¿Te sientes mejor?.

-Debo decir que si, me siento mejor- bajo la mirada algo pensativo- perdón porque me veas así, débil...

-No pienses en eso, yo se lo que sientes. Seguramente ya sabes que Jason fue mi novio hace tiempo atrás, me engañó con más mujeres de las que puedo recordar. Me dolió mucho, me sentí terrible y me sentí tan insuficiente, pero te diré algo...- el levanto la mirada y miro mis ojos con tanta intensidad que me puse un poco nerviosa. No era intensidad, su mirada por primera vez está haciendo un caos en mi- llorar por algo que te lastimó no es ser débil.

-Dime una cosa... ¿No soy lo suficientemente bueno para ser la primera opción de alguien o su prioridad?- preguntó un poco triste.

-De una cosa estoy segura. Si no supo valorarte, seguramente no es muy lista. Cualquiera que te conozca un poco más a fondo, sabría que eres una persona extraordinaria.

Pase mi pulgar por su mejilla limpiando los restos de lágrimas que tenía. Pero me quedé estática cuando tomó mi mano con la suya y comenzó a acercarse.

-Y yo estoy seguro que, Jason, si fue un gran idiota al no darte el valor que merecias.

Por primera vez, no puse resistencia con el, no porque no quisiera, si no porque no podía. No sabía que hacer ni como reaccionar ante su cercanía que cada vez la hacia menos. ¿Por qué no podía moverme? ¡Has algo maldita sea!, el princeso esta apunto de besarme y simplemente ¿Lo dejaré?. Ni yo misma me entendía. Estaba a tan sólo unos centímetros de juntar nuestros labios y yo no podía nisiquiera reaccionar. Me sugete de su cama con mi mano que estaba sudando. Sólo pude sentir el roce de sus labios con los míos, después solo pude sentir como mi mano resbaló de el filo de la cama haciéndome separar y casi caer al suelo, si no fuera porque Christopher me tomo del brazo fuertemente. Estalle en risas.

-¿Estás bien?- preguntó sugetandome fuertemente del brazo, ayudándome a sentarme nuevamente en su cama.

-Si- le dije aún riendo.

-¿Qué es tan gracioso?- preguntó con cierta diversión.

-Lo torpe que soy- le dije aún riendo, la verdad es que no reía por eso. Sólo era un método para tratar de sacar todo el nerviosismo que se me había acumulado- creo que debería irme a casa antes de que me caiga de verdad y termine con un chichon en la frente.

Me paré de su cama y le sonreí nerviosa, aún tenia la sensación de tenerlo tan cerca y me intimidaba.

-Nos vemos el lunes en la escuela- me dirigí a su puerta y la abrí, pero antes de salir me gire hacia el viendo como se acercaba a mi- no olvides que cuentas conmigo si me necesitas.

-Gracias por todo- me dijo- pero sobre todo gracias por la hamburguesa, ¿Las venden en donde trabajas?.

-Si, ahí fue donde compré la tuya. Y es lo mínimo que puedo hacer, nadie merece estar sólo cuando sientes que te duele todo.

-¿Sabías que eres excepcional?.

-Tú igual lo eres. Nos vemos, princeso.

Comencé a caminar escaleras abajo, me reí cuando lo escuche gritar que dejará de llamarlo así. Me despedí de su madre que fue muy amable y atenta. En todo el trayecto hacia mi casa no paraba de pensar en porque no hice nada para impedir que el me besara, tampoco entendía porque sus ojos me ponían nerviosa o porque su cercanía me hacía temblar. ¿Esto es amor? Claro que no, yo deje todo eso aún lado y el princeso solo me causa ternura, no lo veo más que sólo como un chico tierno y amable. Debería dejar de llevarme por el momento, casi hago que el me besé, ahora agradecía que mi mano se haya resbalado.

¡Princeso! - C.V y tú | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora