47| Christopher y Jason

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—¿De qué nos perdimos? — Michael fue el primero en notar nuestra llegada, al instante Alicia volteo y se nos quedó viendo, bajaban su mirada a nuestra manos y después a nuestras caras sonrientes.

—No de mucho— habló Chris— sólo que está señorita me dio el si.

—¿Qué cómo?— Alicia habló impresionada— ¿Desde cuándo?.

—Desde ayer— hablé, Alicia me miró entrecerrando sus ojos, siempre quiere ser la primera en enterarse— es de lo que te quería hablar hoy.

—¿Era eso? Pensé que no tenías planeado contarmelo hasta mil años después.

—Apenas fue ayer— le espete.

—¿Y?.

Negué riendo, siempre es tan... Alicia.

—Ahora entiendo porque las miradas de todos están en ustedes desde que entraron— Michael  miró alrededor mientras hablaba, todos como acto reflejo hicimos lo mismo.

—Me siento como famosa, como una celebridad— hablé sintiéndome incomoda.

—¿Osea qué soy una de las últimas en esterarse?— dramatizo, Alicia— que decepción. Ya ves, Tn, eso de que ya no me cuentas nada.

—¡Pero eso pasó ayer! No es como que ya tiene tiempo.

—¡Debiste contarte despues de llegar a tu casa!— siguió dramatizando— el chismesito es primero.

—¡Siguiente!— grito la cocinera que nos miraba atenta, de seguro llevaba tiempo hablándonos. Alicia camino hasta estar frente a ella.

—Lo siento, estaba reclamandole a mi amiga que ya me tiene olvidaba y no me cuenta nada.

—Pero eso... Ya mejor no digo nada— me resigne.

—Alicia siendo Alicia, no va a entender— Michael se rio.

—Lo sé, es muy necia.

—Amigas tenían que ser— habló Chris molestando mientras me sonreía burlonamente.

—¡Oye! Tú tendrías que estar de mi lado, no en mi contra— hable fingiendo indignación.

Chris se rio y me jalo hacia el dándome un abrazo.

(...)

Me encontraba desenpacando nuevamente en mi casa, volvía a sentir esa comodidad y dejar atrás esa sensación de limitarme hacer ciertas cosas porque no estaba en casa. Me deje caer exhausta en mi cama, me había llevado toda la tarde volver acomodar mi habitación para volver a sentirla como mía, la que siempre fue y donde en ningún otro lugar me sienta tan cómoda.

Tocaron suavemente la puerta, me incorpore y me senté en la cama autorizando que quien sea que esté tocando, pasará. Mi madre entró con una sonrisa en la cara.

—Esa sonrisa la conozco. Suelta la buena noticia.

—Ya me enteré— hablo alegremente, creo que no era una noticia después de todo.

—¿De qué?— hable sin entender. Mi cerebro comenzó a sacar sus propias teorías y caí en cuenta de lo único que pudiera enterarse que se sintiera tan feliz. Se había enterado lo de Chris y yo.

—¡Mi hija está enamorada!— hablo emocionada— esto hay que festejarlo ¡Santiago saca el Champagne!— grito estirandose hacia el pasillo.

—¡Pero no tenemos Champagne!— le contestó.

—¡Oh bueno! ¡Entonces el jugo de naranja!— me volvió a mirar. No otra vez— invitalo a cenar.

—Mamá— me queje.

¡Princeso! - C.V y tú | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora