31|Mensaje inesperado

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Me detuve al ver a mi mamá sentada, me estaba esperando a mi por lo que pude ver.

-¿Qué sucede?- le pregunté.

-Tenemos que hablar, ven siéntate- señaló la silla de enfrente.

Me senté donde ella me dijo.

-Si quieres hablar sobre tu blusa favorita blanca que ahora es rosa, fue un accidente, lo juro- me apresure a decirle.

-¿Qué hiciste qué?.

-¡Oh no! ¿No era eso, verdad?.

-No, pero ahora se porque no la encontraba, ¿Donde la tienes escondida eh?.

-En mi armario, pensaba contartelo pero se me olvidó.

Ella me miro sería pero negó- hablemos de lo que tengo que decirte- mi dijo viéndome y yo asenti atenta- encontré a una familia que está interesada en quedarse un tiempo aquí, sólo serán algunos días en lo que encuentro otro trabajo.

-Me parece bien... por ti... ¿Ya pensaste dónde nos quedaremos?.

-Ya, tu tía Victoria tiene cuartos de sobra y dice que podemos quedarnos con ella, claro ayudandola con el gasto, como por ejemplo de la luz, la comida y esas cosas.

-¿Qué?- le dije sin creerlo- ¿Con los hijos de Satanás?.

-Si hablas de sus hijos traviesos, si.

-No puede ser verdad.

-Vete preparando mentalmente.

-Me volveré loca viviendo bajo el mismo techo de esos remolinos andantes.

-Tu tía Victoria dijo que se portaran bien, ya los tiene advertidos.

-Estoy perdida, es como si mi tía hablará con las paredes, esos niños no entienden nada.

-Es lo que hay, Tn. Es mucho mejor de lo que pudimos conseguir, vamos a estar con alguién de la familia y además ¿Qué acaso no adoras a tú tía favorita?.

-Ehh, si. En primera es mi única tía, en segunda si la adoro y por último, estoy feliz de vivir con ella pero no con sus criaturas.

-Tú hermano está encantado.

-Si claro, es obvio que para el era como si la Rosa de Guadalupe le echara su airesito.

-Sigo diciendo que es lo mejor que pudimos encontrar.

-Bueno, si, tienes razón.

(...)

Toque la puerta de Chris, acordamos en que seria en su casa para "Ayudarme en una tarea". Jugué un rato con la libreta que traje para disimular, ni siquiera sabía de que materia era, la agarré al azar. Abrí la libreta para ver la portada, no era ni de la escuela, era de recetas de cocina de mi mamá.

Christopher abrió la puerta, tenía el cabello mojado, creo que se estaba bañando y por eso tardó en abrir. No pude evitar ponerme nerviosa al verlo con el cabello alborotado y todavía escurriendole gotas de agua.

-Hola- lo saludé.

-Hola, pasa.

Se hizo a un lado y yo entre. Nos fuimos al lugar más común del mundo, la sala. Seguía estando serio. Todo estaba tan sólo, seguro que su madre no estaba.

-¿En qué tarea quieres que te ayude?- preguntó directo al grano. Tomó mi libreta y la abrió, arqueo una ceja- ¿Recetas de cocina?.

-Sólo fue para despistar... quiero hablar contigo... ¿Por qué estas así?.

¡Princeso! - C.V y tú | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora