20: Creyente (Parte 3)

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Toni Gambino, se le podría describir como un joven de origen italiano, cabellos dorados, ojos azules como el bello cielo de la ciudad, una sonrisa capaz de brindar calidez a quien sea el privilegiado de verla, la elegancia era una clara virtud de él, desde la forma de su andar, las prendas de vestir notablemente de calidad pura y perfectamente colocadas, un chico educado pero que a la vez sabía cuando dejarse llevar por la diversión.

Esa auténtica belleza de hombre, también tenía el don de los negocios, pues junto a su hermano habían logrado adueñarse de una gran mayoría de negocios en la ciudad, empezaron con un simple badulaque y conforme transcurrían los meses, supieron invertir lo suficiente para conseguir otro negocio, más tarde consiguieron otro, luego otro y otro más, las cosas iban de maravilla para ambos hermanos, sin embargo Toni prefería seguir presentándose como el simple dueño de una pequeña tienda en lugar del hombre de buena calidad de vida que era.

Esto simplemente porque no le gustaba alardear del dinero, a diferencia de su hermano quien tenía sus cosas extrañas, Toni era un poco más calmado y discreto, sólo unas cuantas personas sabían de su verdadero estatus y entre ellas el chino, aquel hombre había sido quien contribuyó para que sus negocios dieran arranque, incluso hasta los días actuales aquel hombre seguía apoyándolo.

El joven se encontraba comiendo de unos alimentos exquisitos en un restaurante bastante elegante de la ciudad, frente a él tenía a un hombre pelinegro de gafas y traje negro, este parecía algo nervioso y Toni no entendía la razón de ello.

— ¿Estás disfrutando de la comida? — cuestionó el hombre tratando de mostrarse calmado

— Si, es bastante buena — respondió con una sonrisa el rubio — es un buen lugar a veces suelo venir aquí

— ¿De verdad?

— Si, con un amigo... El chino de antes

— Ah... ¿Ustedes se conocen de mucho tiempo? — pronunció Raúl antes de dar un mordisco a la carne servida

— Sí, tenemos una buena relación de amistad ¿Usted también lo conoce?

— Desde luego ¿Quién no conoce a Hai?

- Jajaja es verdad — Toni miró hacia la ventana para apreciar el paisaje urbano — es un día precioso ¿No cree?

— Sí que lo es — Salinas tenía deseos de contestarle con "pero no tan precioso como tú lo eres" vaya que estaba teniendo problemas para contenerse con sus sentimientos de adolescente enamorado

— Bueno ¿Y usted a qué se dedica Raúl? — cuestionó el joven al limpiarse la boca con una servilleta

—  ¿Eh? — Salinas se acomodó las gafas — tengo una empresa de seguridad

— Wow ¿De verdad? Eso si que no me lo esperaba ¿Se gana bien con eso?

— Sí bastante, aunque también ayuda el que uno sepa como administrar su propio negocio, actualmente estoy más que bien posicionado... Así que puedo darme muchos lujos — Salinas miró de reojo al rubio pues deseaba despertar su interés

— Me alegro por usted Raúl — el joven dejó los cubiertos sobre su plato vacío pues había terminado de comer

— ¿Cómo te va en el negocio Toni?

— Bien, hay mucha clientela en la ciudad, prácticamente estamos abiertos las 24 horas, así que no me hace falta nada

— Ya veo... En el amor ¿Cómo te va? — habló con cierto nerviosismo

— ¿Eh? Yo... — Toni miró sus propias manos fijamente durante un par de segundos — he tenido mis... Bueno ya sabe, pero actualmente nada serio

— Entiendo — Salinas suspiró de alivio por al menos no haber recibido un "tengo pareja" como respuesta — ¿Quieres dar una vuelta? Así podemos bajar la comida

— Por supuesto

— Sólo déjame pagar la cuenta

— Puedo poner mi parte, no te preocupes Raúl

— No hace falta, yo te invité a que pasaras el rato conmigo así que no hace falta que pongas absolutamente nada

— Muy bien, que amable eres Raúl

— Tú si que eres una persona muy buena — murmuró

Después de haber pagado la cuenta, ambos salieron del restaurante aquel, Salinas llevó a Toni en su auto hasta un parque en el centro de la ciudad, Toni de vez en cuando miraba su teléfono, lo cual despertaba la curiosidad del mafioso ¿Con quién estará hablando? ¿Acaso será el chino? Si el rubio dijo haber tenido sus "cosas" en cuanto a ligues ¿Podría tomarse eso como una señal de que en efecto su mal pensamiento podría ser verdad?

En verdad deseaba con todo el corazón que aquello no fuese verdad, pues independientemente de si el rubio fuera "esa" clase de chico, el verdadero problema era el maldito chino pues realmente no tenía en sus planes la posibilidad de dar comienzo a un enfrentamiento entre grupos y que este comenzara por el joven.

Pero si lo pensaba por más tiempo, simplemente sus sentimientos eran más grandes que su razonamiento, ese chico tenía sí o sí que ser suyo, él debía ser su "reina" y daría la vida por él si así era necesario.

Después de haber pasado un buen transcurso de tiempo caminando por el lugar, decidieron tomar un pequeño descanso recostándose sobre el pasto del pequeño parque, el rubio como si de un pequeño niño se tratase señalaba a las nubes y decía según él las formas que tenían, aquello brindaba una sensación de ternura en aquel mafioso sanguinario, tal parecía que cada minuto que pasara junto a él simplemente le haría enamorarse más y más, Salinas estaba en serios problemas.

Salinas quería sacar nuevamente el tema del chino, pues simplemente ese pensamiento no le dejaba estar en paz, quería descubrir lo que en realidad estaba sucediendo y aclararlo de una vez por todas, no obstante se imaginaba que preguntar directamente por ello sería muy grosero por su parte.

También tenía la opción de enviar a alguno de sus chicos para que investigaran sobre ello, pero ¿Qué pasaría si Toni lo descubre? ¿Pensaría lo peor de él? Era algo muy arriesgado por su parte, después de meditar seriamente acerca de ello durante un par de minutos, se decidió por simplemente ser directo con el tema y si notase que esto llega a ser incómodo para el joven entonces desviaría el tema de inmediato.

— Oye Toni — habló Salinas para enseguida tragar algo de saliva

— ¿Qué sucede? — dijo el rubio al mirarle

— Hoy en el casino... Vi como el chino te ofreció dinero ¿Trabajas para él o algo así? Eh... Si te molesta la pregunta puedes evitar responder

— No, no trabajo para él, Hai simplemente me dio dinero porque quiere hacerlo

— ¿Sólo por que sí?

El rubio asintió para enseguida mirar nuevamente al cielo — Hai me da muchos regalos, siempre dice que me los merezco, es un buen hombre ¿Verdad?

— Pero... A ver déjame entender ¿Qué clase de regalos te da?

— Maletines con una buena cantidad de fichas del casino... Mucho dinero, cosas para mi defensa personal, dulces o rosas y una vez me regaló un auto

— ¿Y no te pidió nada a cambio?

— No, él me ha dado todo eso por voluntad propia, es un buen amigo ¿Ah que sí?

— Ya veo... — Salinas se quedó pensativo, eran bastantes obvias las intenciones del chino pero tal parece que el rubio no era consiente de ello ¿Tan inocente es?

Ya que el rubio parecía responder a lo que le preguntase, Salinas continuó indagando un poco más respecto al tema, descubrió que el rubio era increíblemente inocente, pero de una forma que no pensaba que fuese posible, prácticamente el chino estaba cortejándolo desde hace mucho tiempo, pero tal parece que Toni era el único que aún no se enteraba de ello.

Raúl no pudo evitar carcajearse ante el fracaso del asiático, realmente le parecía muy dulce todo el asunto del rubio, aunque claro que Salinas debería tomarse en serio la forma en la que intentaría pretender al chico, tendría que ser lo más claro posible o de lo contrario terminaría con la misma suerte del chino y eso era algo que no podía permitirse.

Continuará...

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora