46: Devoción (Parte 2)

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El cura observaba lo perfecto que lucía el jardín de la iglesia, habían algunas mesas con aperitivos, las decoraciones y los arreglos florales estaban de lo más perfecto y todo gracias a Toni, el joven se había encargado junto con algunos otros feligreses de organizar aquel pequeño evento para recaudar fondos, ofreciendo una pequeña fiesta.

Las cosas marchaban bastante bien, así que Carlo no tenía más de que preocuparse, ya había saludado a todos las personas que habían llegado, también había dado su sermón correspondiente, así que sólo quedaba que los invitados se la pasaran bien y dieran el apoyo solicitado.

Sin más que hacer por el momento, el cura comenzó a buscar con la mirada a Toni, una sonrisa se escapó de sus labios al visualizarle apartado del resto de personas, el joven se encontraba sosteniendo un par de platos con sus manos, su cuerpo parecía tembloroso, aunque nadie se percataba de ello, Carlo se acercó lentamente hasta posarse justo detrás de él.

- ¿Sucede algo Toni? - cuestionó el hombre bastante divertido

- Usted... Sabe lo que está sucediendo - respondió el joven dejando el plato sobre la mesa, su rostro estaba completamente ruborizado

- Solo aguanta un poco más ¿De acuerdo? Los haz hecho bastante bien hasta ahora... Nadie se ha dado cuenta

- Esto... Es muy vergonzoso, solo espero que sepa complacerme como es debido, una vez termine todo esto - pronunció con una voz temblorosa, mientras miraba al hombre detrás de él - ya sabe... A lo que me refiero

El cura soltó una risilla al introducir su mano por los bolsillos ocultos de su sotana negra, normalmente usaba esa prenda, más bien solía simplemente vestir de de pantalones y camisa, pero al ser una ocasión especial, entonces lo ameritaba, el joven frente a él, apoyó sus manos contra la mesa intentando contener con todas sus fuerzas los sonidos que amenazaban con salir de sus labios.

- Carlo... Ngh... No haga eso tan de repente - alcanzo a hablar

- No me provoques querido, no olvides a quien le sirves

- Ya me las pagarás... - amenazó el chico, mordiéndose el labio y arqueando ligeramente las cejas, no quería llamar la atención de ninguna manera

¿Cómo habían llegado a esa situación? Simple, los celos del cura eran los responsables, Toni había recibido constantes halagos por varios sujetos últimamente, cosa que molestaba a Carlo bastante, pues evidentemente no quería que nadie más se atreviera a tocarlo, fue por ello que tomó la descabellada idea de darle una lección al chico para que mantuviese en mente quien era su dueño.

El pobre chico tenía que permanecer lo más que pudiese en aquel evento con un pequeño vibrador dentro de sí, era algo muy vergonzoso para él, pues tenía que disimular estar normal en todo momento, además de que esto se complicaba aún más por los cambios de velocidades dados por el pequeño control remoto que desde luego, controlaba el cura.

No obstante finalmente después de un rato más, el rubio comenzaba a desesperarse, tenía deseos de ir hacia los baños y masturbarse, su cuerpo estaba rogando por ello, fue en entonces que amablemente interrumpió su conversación con aquellas personas con las que había estado hablando sobre el evento y sin más se dispuso a apresurarse a los baños.

Al ingresar fue un alivio muy grande que nadie más se encontrara ahí, por lo cual el rubio avanzó hasta un cubículo a la vez que se desabrochaba sus pantalones, el rubio sin más se dejó caer de rodillas sosteniendo su miembro totalmente erecto con sus manos, comenzando a masturbarse.

Los jadeos se intensificaban segundo a segundo, aquello para haber sido una tontería... Tenía que admitir que era bastante excitante, había sido una tortura totalmente placentera, el rubio cubrió su boca con su mano a la vez que continuaba masturbándose con más fuerza, pues sentía que ya estaba por acabar, finalmente contuvo un gemido fuerte seguido de como las pequeñas gotas blanquecinas salpicaban sus dedos y parte del suelo de aquel baño.

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora