95: Promesa (Parte 7)

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El menor de los hermanos se encontraba en su residencia, su mal humor había cesado brevemente debido a sus conversaciones con “amigas”, Carlo era un hombre coqueto, a menudo se dejaba llevar y trataba de conquistar una que otra gatita, no siempre le funcionaba pero al menos se la pasaba bien.

El hombre dejó el teléfono sobre la cama, tenía un poco de hambre por lo que tenía que bajar a la cocina y preparar algo de comer, no demoró mucho en llegar, fue entonces que noto que la casa se sentía vacía sin la presencia de su hermano, el omega cuando estaba en casa siempre se la pasaba haciendo cosas de un lado a otro, en especial se había acostumbrado ya al sonido de sus pasos dando vueltas por toda la casa mientras mantenía la vista en el teléfono en todo momento.

El alfa suspiró y sacó de la nevera algo de jamón queso y lechuga, iba a prepararse un sándwich más que nada por la simple pereza de tener que hacer otra cosa más elaborada, mientras untaba algo de mayonesa en el pan, desvío la mirada al reloj de la cocina, se estaba haciendo tarde, esperaba que su hermano no demorara más en llegar o de lo contrario tendría que llamarle y buscarle él mismo.

El hombre sacó una bolsa de papas de la alacena y con su plato con sándwiches en mano, tomó una lata de gaseosa de la nevera, estaba listo para regresar a su habitación y continuar charlando con la chica que había conocido hace un par de días, sin embargo al cruzar por la sala se percató de aquella pila de cartas y revistas que yacían sobre la mesa de centro, era la correspondencia de la semana, seguramente Toni no la había revisado aún de lo contrario ya no estaría.

El alfa terminó dejando sus cosas en la mesa, iba a revisar un poco de ellas por si había llegado algo interesante, periódico, facturas que pagar, cupones y ofertas de supermercados y revistas de todo tipo, era lo que conformaba aquel montón, Carlo las miraba mientras masticaba la comida… hasta que sus ojos notaron como un sobre cayó al suelo al momento de tomar una revista de música.

Un sobre pequeño, con un sello y una dirección que Carlo perfectamente conocía, el hombre frunció el ceño y más al notar que la carta iba dirigida a su hermano, el hombre de cabello rubio de un tono más oscuro procedió a abrir la carta, si iba dirigida a su hermano entonces nada bueno podía provenir de ella.

Su expresión se fue convirtiendo en algo que daba miedo conforme leía aquella carta, estaba asqueado, sentía que podría matar a alguien en ese instante, al terminar de leer hizo trizas el papel y el sobre, su hermano no debía ver eso, acto seguido se levantó de su sofá y tiró los trozos de papel en una papelera que estaba cerca, sus pasos al subir las escaleras eran pesados a la vez que sus colmillos eran mostrados con ira.

Llegó a su habitación y tomó el teléfono ignorando los mensajes que la chica aquella le había enviado, tenía que comprar boletos de avión urgentemente, tenía que resolver toda aquella mierda él mismo, si es que siempre lo supo, los alfas son todos una porquería.

Mientras todo ello ocurría, Toni continuaba en la comida con el alfa, el atardecer estaba cayendo, el mayor notó como el rubio miraba fijamente el sol ocultarse.

— ¿Tienes prisa por irte?

— No es eso… ya le dije que tengo un hermano

— Es tu hermano, no tu padre ¿Cuántos años cree que tienes? ¿Cinco?

— Él sólo quiere que yo esté a salvo

— ¿A salvo de qué?

— De tipos como usted — el rubio señaló al mayor con una expresión seria — es broma, solamente es muy celoso —  cambio su expresión a una cálida sonrisa

— Que broma de mierda — el alfa ciertamente se había preocupado por un instante al pensar que Toni sentía desagrado por él

— Es humor italiano, no lo entenderías

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora