81: Rosas (Parte 5)

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El ambiente era aparentemente tranquilo, el lugar era una mansión amplia, los invitados eran personas de negocios nada legales, políticos y servidores públicos qué tenían la palabra corrupción en toda la frente, las feromonas se entremezclaban dando como resultado un aroma repulsivo, aunque debido a la influencia del alcohol y otras sustancias, no eran notadas por los presentes.

El omega de cabellos rubios estaba sentado junto a su alfa, este mantenía una conversación amistosa con otros líderes de mafias, cosas como posibles negocios juntos o simplemente anécdotas de sus familias, ciertamente Toni estaba tremendamente incómodo, odiaba cuando de alguna forma el tema de las conversaciones se desviaba a relatar como aquellos líderes hablaban de sus líos con omegas, esos sucios alfas hablaban de los omegas como si fuesen un simple objeto de placer, usando palabras como “putas” o “zorras busconas” para referirse a ellos, lo peor era el contexto de aquellas palabras, donde muchos de esos omegas tan sólo por negarse a acostarse con ellos, les hacían la vida imposible, o bien decían que sus actuales parejas les cansaban y que se buscarían un remplazo rápidamente pues los omegas veían dinero y “abrían las piernas”

Era una situación asquerosa para Toni, casi vomitiva, pues siendo un omega tenia que aguantar el escuchar todo ello, Hai tan sólo reía y les seguía el rollo, aquello dañaba fuertemente el autoestima de Toni, Hai sabía que su omega no era lo que esos alfas decían, entonces ¿Por qué no dice algo al respecto? ¿No piensa defenderle? El rubio no pudo tolerar más esa humillación a su casta, por lo que le dijo a Hai que necesitaba tomar un poco de aire pues no se sentía bien, una excusa que por suerte funcionó.

El omega huyó de aquella fiesta refugiándose en un balcón alejado de todos los demás, su mirada estaba desolada, quería llorar nuevamente, se sentía tan miserable, se odiaba por ser tan débil... Sentía que eso le daba la razón a la clase de cosas que Hai le gritaba cuando discutían.

Se maldecia fuertemente por haberse dejado marcar por un alfa como ese, quería regresar el tiempo atrás y evitar haber sido tan ingenuo al creer que Hai era el buen hombre que decía ser, sin embargo el hubiera no existe, su presente es estar con un hombre al que odia y que le lastima cada que tiene oportunidad.

Sus manos sostenían un vaso con alcohol, un solo trago bastó para acabárselo por completo y con él, sus pocas ganas de seguir en esa relación tan horrible, un aroma familiar llegó a sus fosas nasales, el omoega se giró notando la presencia de aquel alfa tan peculiar.

El pelinegro sostenía un vaso y una botella, este sin más se fue acercando al omega y con una sonrisa serena le propuso tomar juntos.

Ambos se apoyaban del barandal del balcón, admiraban el paisaje del lugar mientras se servían tragos sin parar mientras hablaban de sus respectivas vidas.

- Tu pareja es una mierda - habló el alfa al aventar hacia la nada su vaso de cristal

- Lo sé... Es un puto idiota

- Que le jodan esta noche... Quédate a beber conmigo - pronunció un ebrio Salinas al beber directamente de la botella

- Si... ¡Que te jodan chino de mierda! - El rubio gritó al a aventar su vaso al aire

- Ten... Bebe un trago más - Salinas ofreció su botella al omega

- Gracias - el rubio sin dudarlo bebió directamente de la botella

- ¡García púdrete! - gritó el alfa repentinamente - ¡también tú pareja de Toni! ¡Chupenla!

El omega echó las risas al escuchar al alfa, simplemente la estaban pasando de maravilla, era una sensación tan agradable, como si ambos se conocieran de toda la vida, Toni se llevó la mano al pecho pues sus latidos se aceleraban de la nada, sus mejillas se sentían calientes y sus feromonas brotaban como si fuese a enloquecer, las mismas cosas sucedían por el lado del alfa, no sabía si atribuirle al hecho de estar ebrio o algo más pero... Quería al omega frente suyo.

Toni recordó aquella historia qué decía que existían omegas y alfas destinados a estar juntos, almas gemelas que nacieron para estar juntas y que era cuestión de encontrarse o no, pero aquello se supone que era un mito, un cuento que se contaba en la infancia.

Salinas soltó la botella vacía y miró al dulce omega, ambos se acercaron poco a poco, sus miradas se mantuvieron juntas durante un par de segundos hasta que finalmente sus labios se unieron en un casto beso, un beso que hizo despertar todo tipo de emociones hermosas en ambos.

Sus labios continuaban encontrándose, el aire faltaba por instantes pero aún así no deseaban terminar por aquel momento tan especial, las manos de Salinas sujetaron la cintura del omega, las manos de Toni colocadas en el rostro del alfa, era una situación difícil de describr para ellos, se estaban besando siendo que solo era la segunda vez que se veían, ambos tenían pareja pero no parecía importarles en lo absoluto, tan sólo se sumergian en sus propios instintos y estos dictaban que uno debía entregarse al otro en cuerpo y alma.

Las cosas se salieron de control rápidamente, ambos recorrieron aquella mansión hasta encontrar una habitación para estar solos, era una suerte tremenda qué nadie haya notado ese suceso.

Nada más cerrar la puerta, el mar de besos fluyó nuevamente, Salinas besaba al omega con tanta pasión, su instinto le ordenaba tomarlo como suyo, marcarle como su omega y tener un bebé con él, Toni por su lado sentía que ese alfa era el alfa qué necesitaba, quería entregarse a él de inmediato, le necesitaba en su interior y que nunca se marchara de su lado.

Ya en la cama el alfa no dudó en desnudarse y desnudar al omega debajo suyo, jamás se había sentido tan impaciente por tener intimidad con alguien, sus manos fueron dando caricias por el cuerpo del omega, era un deleite el observar como este reaccionaba tímidamente a los toques, verse reflejado en aquellos tiernos ojos azules fue lo que hizo a Salinas decidir que se dejaría llevar por su alfa interior.

El omega gimió dulcemente al momento de que el alfa fue ocupando un lugar en su interior, el joven estaba tan húmedo por el lubricante natural por lo que no hubo necesidad de retrasarse más para preparación, Salinas gruñó al olfatear el cuello del omega y notar la marca del otro alfa.

- Esta cosa es horrible... Tu debes ser mi omega... Mío - el alfa comenzó a moverse sacando como resultado los débiles sonidos obscenos del omega

- Yo... Quiero ser tuyo - el chico apoyaba sus manos sobre la espalda del alfa - por favor... Sé mi alfa

- Ya soy tu alfa... Me gustaría marcarte ahora mismo... Y borrar esa odiosa marca de ese imbécil

- No puedes... Debes esperar

- También... Quisiera un cachorro... Tuyo y mío

- Es demasiado pronto... Eres mi alfa destinado pero hay que esperar

- ¿Me quieres?

- Si por supuesto... No sé la razón pero te quiero demasiado como para dejarte ir

- Eres mi omega... No hay duda

Salinas fue moviendo sus caderas con suavidad, quería ser delicado con aquel omega al que ya consideraba su alma gemela, estaba cautivado por las expresiones de Toni, el joven parecía gozar los toques y el vaivén que se había formado entre sus piernas, ciertamente el joven había perdido el apetito sexual hace bastante tiempo debido a los problemas con su pareja, pero evidentemente este no era el caso.

El rubio estaba teniendo placer, por primera vez en mucho tiempo tenía la sensación de que estaba entregándose por amor y que era recíproco y no solo siendo usado para la satisfacción exclusiva de uno como el caso de Hai.

Fue hermoso, ellos hicieron el amor hasta sentirse completamente satisfechos, al terminar se mantuvieron recostados en la cama mientras pensaban en lo que habían hecho, habían engañado a sus parejas... Fue un impulso solamente ¿O en verdad era el destino? Una vez vestidos nuevamente, arreglaron el desorden qué causaron en su momento de pasión.

Regresaron a la fiesta, Toni tuvo que ir al tocador para perfurmarse un poco y cubrir el aroma de las feromonas del alfa, aquello debería haberse quedado como una cosa de una sola noche, sin embargo no pudieron simplemente decir adiós, por el contrario compartieron sus números de teléfono ¿Por qué? Pues porque sentían que sería un error muy grande marcharse y no volver a verse nunca más.

Continuará...

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora