Corrupción (En Corrección)

64: Feroz (Parte 1)

Toni Fem x García Fem

Donde tras enterarse de una desagradable noticia, Tania la doncella, huye de su hogar perdiéndose en un bosque, lugar donde se encontrará con una "bestia feroz"

Era una noche muy especial para aquella familia, una gran fiesta se estaba llevando a cabo en la hermosa mansión, era el cumpleaños de una integrante de la familia, una doncella de melena dorada, una joven cuya belleza era difícil de igualar, su figura perfecta, su dulce voz y su carisma era lo que hacía de ella una criatura que captaba la atención de muchos.

La celebración había marchado de maravilla, la doncella usaba el vestido más elegante que poseía, sus zapatos dejaban un sonoro taconeo al pasar, el ligero tintineo que producían los pequeños cascabeles de sus cadenas adornando sus bellas y delicadas manos eran algo muy lindo.

Sin embargo, la alegría pronto se vio desvanecerse y siendo reemplazada por otro sentimiento, cuando en la cena con todos los demás invitados en frente, se dio la gran noticia que debido a la edad que la doncella cumplía, sus padres habían decidido que era momento de esposarla con un buen hombre.

La decisión se había tomado con bastante anticipación y a espaldas de aquella doncella la cual sólo escuchaba manteniendo un ceño fruncido en todo momento, un acuerdo con un hombre de una buena familia y con el mismo estatus social de aquella familia era lo que estaba preparado para la joven.

Normalmente lo que una joven hacía en casos como esos era simplemente callar y aceptar su destino, no obstante, esa joven en específico no era como todas las demás, ella alzó la voz en protesta y manifestó su total desagrado ante tal estupidez, la familia desde luego que intentó calmarla y reprenderla pues todo esto sucedía frente a sus invitados.

Sin embargo ella ya había elegido no ceder de ninguna manera, fue así como la doncella se marchó inmediatamente de aquella enorme habitación, sus pasos eran apresurados, las voces de sus familiares llamándola se escuchaban cada vez más y más distantes, pues al estar en plena noche, la visibilidad se hacía más difícil, siendo así que la doncella pudo perder de vista a todos ellos.

La doncella sin temor alguno o más bien por todas aquellas otras sensaciones entremezclándose dentro de sí, le hacían actuar sin detenerse a razonar, pues su andar le estaba llevando a dirección de aquel bosque tan denso que estaba a la cercanía de su hogar. Su vestido sufría algunas desgarres por las ramas que se atoraban en la tela, las basurillas arrojadas por los árboles se quedaban en algunas partes de sus cabellos dorados, pronto sus pies comenzaron a doler, producto del gran esfuerzo que hizo al correr una gran distancia usando zapatillas de tacón.

Finalmente la joven pudo observar un punto de luz, un pequeño sitio despejado de árboles el cual era perfectamente iluminado por la luz proveniente de la luna llena, la doncella sin más, se acercó hacia aquel lugar, una vez estando en medio, ella levantó la mirada notando el hermoso cielo nocturno repleto de estrellas brillantes, ciertamente era una bellísima vista, la joven suspiró y se sentó en el sueño repleto de pasto, se retiró las zapatillas comenzando a masajear suavemente sus pies adoloridos mientras maldecía internamente aquella tonta decisión que habían tomado sus padres, definitivamente no quería casarse con aquel hombre, después de todo, ella estaba harta de personas de su mismo estatus, todos eran iguales, hombres que no saben hacer otra cosa que alardear de sus riquezas, simplemente eran sujetos muy aburridos y detestables.

Estaba increíblemente enojada, seguramente cuando regresara a casa las cosas se tornarían demasiado complicadas.

Los minutos fueron transcurriendo, la doncella terminó por recostarse en aquel pasto ya sin importarle nada, ni siquiera el caso de que algún animal salvaje viniese a atacarla, sus bellos ojos azules se cerraron lentamente, estaba algo cansada, tenía planeado dormir un poco, sólo un poco y ya regresaría a casa para armar un escándalo con sus progenitores.