80: El Puente De Kalinov (Parte 6)

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Fedor se encontraba bebiendo una cerveza, su mirada se centraba en como su prometido ayudaba a Igor con la limpieza de la casa, ciertamente estaba sorprendido por el repentino cambio de actitud de su prometido.

Estos últimos días las cosas habían sido más agradables, Toni era tranquilo y no levantaba la voz por más que Fedor hizo aquellas cosas que tanto le disgustaban, además se la pasaba en compañía de Igor para que este le enseñase cosas de la casa.

El joven se acercó a la mesa frente a Fedor, limpiando con un trapo húmedo los restos de suciedad de lo que había quedado durante la cena.

- No tienes que hacer eso ¿Sabes? - pronunció Fedor al beber de su cerveza

- Quiero hacerlo ¿Algún problema?

- Bueno... Es un poco raro, normalmente en casos como estos, la esposa no desea mover ni un dedo cuando tiene todo a su disposición

- Olvidas que soy un chico de campo, no una doncella mimada... Es evidente que no me gusta estar sin nada que hacer

- Si lo que quieres es hacer algo... Podríamos ir allá arriba y hacerlo...

- No hablo de esa clase de cosas viejo pervertido - el rubio lanzó el trapo húmedo a Fedor, este tan sólo soltó un par de carcajadas para enseguida tomar la mano de su prometido y besarla

- Ni siquiera sabias a que me refería querido

- Es demasiado evidente Fedor, tu solo piensas en hacerme cosas raras

- Olvidemos eso por ahora, eres tan hermoso Toni, estás muy atento y me transmites un aire hogareño, serás un gran esposo...

El rubio se quedó en silencio, simplemente esperó a que Fedor le soltara para que pudiese marcharse de vuelta a la cocina.

Fedor terminó con su bebida alcohólica y se levantó de su silla, sus pasos se dirigieron a la puerta de la cocina donde observó a Igor enseñándole a su prometido, dónde se encontraba cada cosa, el rubio prestaba suma atención a las palabras de Igor, ese gesto provocaba un sentimiento agradable a Fedor, podría decirse qué cabía la posibilidad de que su amado le diese aquellas atenciones que las esposas suelen dar.

Al imaginar aquella escena, su corazón se llenó de alegría, no podía creer lo mucho que su amor por el rubio crecía día con día por básicamente cualquier cosa, por más pequeña e insignificante que parezca, sus pasos se dirigieron al interior de la cocina, simplemente tomó en brazos al joven y lo llevó de vuelta a la habitación donde dormían, el rubio se quejaba sobre la razón de su interrupción, al lo que Fedor solo respondió que ya era hora de dormir.

Una vez llegaron a la habitación, Fedor recostó con cuidado el cuerpo de la persona a la que decía amar con todo el corazón, Toni suspiró y quiso levantarse de la cama a lo que Fedor le arropo con las sábanas para que no se levantara.

- ¿Qué haces? - cuestionó el joven

- ¿Qué haces tu? Vamos a dormir, hace mucho frío y lo mejor es que te arrope bien

- Quiero cambiarme

- Así estás bien

- Pero es un desperdicio usar esta ropa para dormir

- Úsala, para eso es, puedo comprar más prendas si quieres

- Es demasiado - el joven se removió entre las sábanas desviando su mirada de aquel hombre

- Para mi esposo nada es demasiado

- Oye... Ya que estás, pues... Hay un par de pantalones que no me quedaron

- ¿Te quedó grande?

- No, más bien no me cerraban

- Con ese cuerpo es comprensible

- ¡¿Acaso estás llamándome gordo?! - el joven golpeó el pecho de su prometido

- No, no, vamos cariño no te enojes, sería muy estúpido de mi parte decir algo así, siendo que tienes una cintura tan divina... Yo más bien diría que el problema es otro

- ¿Cual es?

- Tus caderas cariño

- ¿Qué tienen de malo mis caderas? - El rubio se descubrió de las sábanas para mirarse a si mismo

- Yo no diría que es algo malo... Pero las tienes muy... Algo pronunciadas

- ¿En serio? - el joven fue deslizando sus manos por su cuerpo con la finalidad de probar si realmente era así - Pues parece que es verdad... Supongo que es cuestión del tipo de ropa que use

- Estás perfecto... - el hombre no pudo evitar centrar su mirada en aquella acción por parte de su prometido, verle recorrer su propio cuerpo con esas manos tan delicadas le parecía provocador, pese a que solo era una acción inocente por parte del chico

- ¿Qué tanto miras? - dijo el chico con una expresión de enojo - estás pensando cosas extrañas de nuevo...

- Nada, no me tengas tan mala fe

- Solo vamos a dormir - el rubio se cubrió con las sábanas y suspiró al sentir el acostumbrado abrazo por parte del mayor

- La próxima vez...

- ¿Ahora qué?

- La próxima vez que vaya a comprar ropa... Puedes venir conmigo

- ¿Salir de aquí?

- Claro, pero tendría que ser en un pueblo lejano, no me gustaría que la gente de aquí te vea... No ahora

- ¿Puedo elegir lo que yo quiera?

- Todo lo que el amor de mi vida quiera

- Que cursi... Pero te acepto el trato

- Será una experiencia divertida... Además sería fantástico que me modelaras un poco esa ropa ¿No crees?

Toni se giró dándole la espalda a su prometido, era inútil tratar de tener una conversación normal con aquel sujeto, siempre salía con alguna insinuación o algo por el estilo.

- El bosque es muy hermoso con toda esta nieve, hay muchos conejos dando vueltas por ahí, deberíamos dar un paseo de vez en cuando

- ¿Conejos? - el rubio volteo a ver a Fedor, su mirada brillaba

- ¿Te gustan los conejos Toni?

El joven asintió entusiasmado - mi hermano y yo teniamos de mascota un conejo cuando eramos niños, desde entonces me gustan mucho

- ¿Quieres uno? Podemos atraparlo

- ¡¿De verdad?!

- Pero necesito algo a cambio

- Me lo temía... - Toni suspiró imaginando lo peor según sus impresiones de Fedor

- Un beso de tu parte... No tiene que ser en la boca, descuida pequeño

- Un beso... - aquello no sonaba tan descabellado como lo que había imaginado, pero aún así... Sonaba a algo que no sería muy digno de su parte - quiero el conejo más lindo que haya en todo el puto bosque, te lo advierto

- No me retes cariño que yo por ti hago lo que sea

- Bien... Aquí voy

- Adelante cariño

El rubio fue despejando los cabellos de la frente del mayor, seguido de ello cerró los ojos y respiró profundamente depositando un pequeño beso en aquel sitio, los brazos del hombre se posaron en las mejillas de Toni, podía sentir claramente lo cálido qué era, una sensación agradable, además había que reconocer que había descubierto un poco del lado más adorable de su prometido.

Toni comenzó a sentir sueño por lo que no opuso resistencia ante las caricias de Fedor, quizás había perdido un poco de su orgullo al aceptar ese trato, sin embargo la idea de tener un lindo conejo como mascota le hacía ilusión, tal vez pospondría sus verdaderos planes un poco más, al menos hasta tener su preciado conejo.

Continuará...

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora