60: Profesor (Parte 14)

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El joven de cabellos rubios miraba constantemente su reloj, la hora de salida estaba aproximándose, el joven desvío la mirada hacia sus manos, comenzando a moverlas nerviosamente, pues sabía que en cuanto caminase por los pasillos de aquel colegio, nuevamente sería atrapado por el chico aquel.

Mariano últimamente había estado comportándose de una manera más apegada al joven, era una sensación bastante extraña para Toni, pues si bien nadie había vuelto a molestarle, ese sentimiento de temor constante no se desvanecía con facilidad, era más que persistente, además el joven tampoco se atrevía a negarse a acompañar a Mariano, no sabía cómo hacerlo sin terminar aparentando ser grosero.

Finalmente, la hora marcó la 1:00 de la tarde, el sonido de decenas de sillas arrastrándose se hizo notar de inmediato, los alumnos guardaban sus cosas e iban saliendo de inmediato, Toni como de costumbre terminó siendo el último en salir y tan solo al cruzar la puerta se encontró con el pelinegro esperándole, el rubio solo pudo sonreír nerviosamente ante ello.

- Toni... Que gusto verte, ven vamos a dar una vuelta

El joven sin más que decir, simplemente obedeció y caminó junto a él, Mariano caminaba ocultando sus manos en los bolsillos de sus pantalones, mientras que Toni solo se aferraba a su propia mochila sin saber que más hacer.

- Oye Toni... ¿Tienes pareja? - cuestionó repentinamente

- No... Para nada

- ¿De verdad? Que lástima, con esa cara tan bonita que te llevas

- Yo... Yo no soy bonito, no sé a qué se refiere - murmuró en voz baja

- Para mi lo eres, te veo y digo "joder ya quisiera tener a alguien así conmigo"

- ¿Por qué me dice estas cosas?

- ¿No es obvio? Me atraes mucho

- ¿Cómo dice? - los pasos del rubio se detuvieron en seco al escuchar aquello

- Que me pareces muy atractivo, me gustas y quisiera que fueras mío

- Pero... - la mente del joven se quedó en blanco ante tal afirmación, Mariano tan solo le miró de arriba abajo para enseguida sonreír

- Oye Toni ¿Qué tal si salimos juntos?

- Yo no... No sé que decir - Toni no podía procesar por completo aquello ¿Acaso de verdad se le estaban declarando? Pero... Se trataba del líder de la pandilla que le atormentó durante mucho tiempo ¿Qué pasaría si se negaba a aceptar dicha propuesta? ¿Los problemas regresarían?

- No me dejes así Toni, dime ¿Aceptas?

El rubio bajó la mirada hacia el piso, en verdad deseaba que la tierra se lo tragase de una buena vez por todas.

- Ven aquí niño - Mariano tomó la mano del chico atrayéndolo hacia él para así poder tener más contacto con él - eres muy lindo, me gustaría ser tu hombre - dicho esto las manos del mayor se posaron en el mentón del rubio levantándolo para que sus miradas se encontraran

- Mariano espera - el rubio comenzaba a ser presa de la desesperación, en verdad no quería eso, pero no podía negarse, el miedo de lo podría ocurrir si se negaba era más poderoso que su propia voluntad

Finalmente el mayor aprovechó lo dócil que era el menor para besarle, por suerte para él, en ese momento los pasillos estaban completamente vacíos, por lo cual Mariano tuvo la total libertad de profundizar aquel beso, mientras que sus manos sujetaban fuertemente la cintura del joven, evitando que se apartase.

Era un beso que se tornaba más brusco conforme los segundos pasaban, las manos de Toni intentaban alejarlo, pero era imposible, no podía con él, fue en ese entonces, en aquel pasillo que su destino fue sellado, convirtiéndose en lo que pronto sería llamado como la propiedad de aquel hombre.


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El rubio abrió lentamente los ojos, había tenido un mal sueño, pero lo que realmente le sorprendió fue notar que estaba entre los brazos de su profesor, lo había olvidado por completo, él se encontraba en la residencia de Salinas, pues había venido a festejar su cumpleaños, pero después de haber visto un par de películas a su lado, simplemente se había quedado dormido, el rubio estaba recostado en el sofá junto a su profesor quien aún dormía.

Toni procedió a despertar a Salinas, el cual le dedicó una pequeña sonrisa por aquel momento, pues era algo maravilloso para Raúl el despertar y que el rostro de ese ángel sea lo primero que vea.

- Fue una buena siesta - mencionó el profesor

- ¿No estás cansado de dormir aquí?

- ¿Por qué preguntas? ¿Quieres ir a la cama y continuar ahí?

- ¿Eh? - el rostro del joven se tornó colorado al instante por aquella propuesta que en realidad había sido hecha inocentemente - ¿Ir a la cama? ¿Nosotros dos?

- Oh espera... - Salinas finalmente captó el pequeño mensaje en sus palabras - no me refería a eso, es solo que... Qué bueno ni siquiera yo sé que decir al respecto Toni - el nerviosismo era evidente en Salinas quien iba a morir de vergüenza

- Raúl... solo no digas nada más

-Pero es que... Bueno es que de verdad no tenia esas intenciones... Es decir por supuesto que me gustas y bueno un momento intimó sería algo... Ah no sé que estoy diciendo en verdad

- ¿Tu... Quieres acostarte conmigo?

- ¿En qué sentido?

- ¿Có-cómo qué en qué sentido?

- Si acostarme de... Pues de acostarme a tu lado o acostarme de... Sex- bueno ya sabes, Toni no me hagas decirlo

-  ¿Qué es lo que tenías pensado?

- Pues... Acostarme... A tu lado, ya sabes seguir durmiendo juntos

- Dudaste

- No dudé... Bueno un poquito tal vez pero yo puedo esperar, hacer eso no es algo necesario ahora... Yo te respeto Toni porque de verdad quiero algo serio contigo

- ¿Es una declaración de verdad? - cuestionó el joven con algo de brillo en sus ojos

- Ah... Pues podría ser, claro ¿Por qué no? - respondió Salinas al rascarse por detrás de la oreja - si es bastante obvio que tu y yo nos entendemos... Entonces creo que debemos de dejar de hacernos los tontos

-Raúl... Yo de verdad quiero formar parte de tu vida, no sabes cuanto tiempo he esperado esto

- Pues no tienes que esperar más... Soy tuyo, ahora y por siempre

- Raúl soy tan feliz, de verdad no sabes lo feliz que me haces con esto - el rubio se aferró al cuerpo de su amado profesor, de verdad dudaba si en serio había despertado o acaso aún seguía en otro sueño

Raúl dejó salir una risilla y acarició la cabeza de su amado, tocando y jugando con aquellos suaves y dorados mechones de cabellos, la sonrisa del rubio era una completa obra de arte, se le percibía tan alegre que con sólo verle, contagiaba dicha felicidad al corazón de Raúl, lastimosamente su relación tendría que ser ocultada por cuestiones de ética laboral, aún así deseaba que ese pequeño problema no le impidiese en dar lo mejor de sí mismo en poder devolver algo del inmenso amor incondicional que Toni le había demostrado en cada una de sus acciones día tras día.

Para Toni era como volver a empezar, pues su primera relación había comenzado por prácticamente obligación y eso sin contar las cosas que complicaron a raíz de ello, sin embargo en este caso las cosas eran distintas, esta vez de verdad se sentía con la libertad de ser el mismo, solo con Raúl si felicidad estaba garantizada.

Continuará... 

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora