32: Creyente (Parte 4)

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Salinas observaba fijamente el contacto de Toni, sentía grandes deseos de hablar con él y decirle aquellas cosas tan lindas que pensaba acerca de él, la forma que con tan sólo una mirada le hacia arrodillarse ante su belleza, el cómo cada una de sus sonrisas parecían hacerle sentir tanta calidez como nunca antes había sentido.

El hombre se sentía realmente en las nubes, cosa la cual era un poco turbio, pues mientras el seguía pensando en el joven y sonriendo como un jovencito en su primer amorío, detrás de él se estaba llevando a cabo una de las ya de por sí acostumbradas torturas a aquellos que solían causarle problemas en su organización, finalmente reunió fuerzas, tomó un poco de aire y comenzó a teclear en la pantalla del teléfono.

"Hola :)"
"Toni ¿Cómo te encuentras?"
"Soy Raúl"

"Hey Raúl"
"¿Qué tal estás?"
"Por mi parte estoy muy bien"

"Me alegro por ti"
"Yo estoy bien"
"Bueno dentro de lo que cabe"

"¿Cómo es eso?"
"¿Pasa algo malo?"

"No realmente..."
"Problemas del trabajo"

"Sabes que puedes contar
conmigo para lo que necesites"
"Si necesitas alguien para
hablar... Aquí estoy para ti"

Salinas sonrió ante el mensaje del chico ¿Cómo no amarlo? Si este era una auténtica dulzura de persona, la sonrisa del mafioso se desvaneció al escuchar los gritos de los hombres que estaban siendo torturados por sus ayudantes, por lo que el hombre mostró una expresión de enojo y gritó.

— ¡Ya callen a esos imbéciles! — exclamó con ira — ¡Ya córtenles la puta garganta y préndanles fuego!... No soporto sus estúpidos lloriqueos

Los secuaces acataron la orden inmediatamente, encargándose de la molestia de su jefe, Salinas miró nuevamente hacia su teléfono

"Gracias eres una gran
persona, la mejor sin dudar"

"Oh vamos Raúl"
"Lo dice como si yo fuera Jesucristo"

"Tal vez no"
"Pero aún así eres maravilloso"
"Que nadie te diga lo contrario"

"Que dulce"
"uwu"

"¿Qué es uwu?"

"No lo sé"
"Pero muchos lo escriben"
"Se ve lindo supongo"

"Tú si que te ves lindo"

"¿Raúl?"
"Pero..."

"Lo siento"
"No quise sonar irrespetuoso"

"No pasa nada..."
"Sólo que no me esperaba eso"
"Que halagador me resultó"


Salinas se sentía más nervioso ¿Sería buena idea comenzar a dar pequeños pasos? ¿No sería demasiado atrevido de su parte? Joder si que la tenía complicada, pues si se tratara de otra persona quizás hubiese sido directo y sin rodeos, pero en este caso estaba hablando de aquel a quien consideraba el amor de su vida.

Por ello quería tratarlo con mucho respeto, pues lo último que quisiera era que este se sintiera incómodo y se alejara, después de pensarlo durante un par de segundos miró nuevamente el móvil y continuó con lo que él quería hacer.


"Sólo estoy siendo sincero"
"Creo que eres..."
"Un chico especial"
"Me refiero a que como tu
no he visto a nadie"

"Raúl ¿Qué dices?"
"Yo no soy especial"

"Si que lo eres"
"Créeme que hace bastante que
no encuentro a alguien tan...
tan puro, tan inocente, tan lindo"

"Raúl"
"No sé que responder a ello"

"Quizás la próxima vez que
nos veamos, puedas decirme
lo que opinas"
"Debo irme"
"Te llamaré luego"

"De acuerdo"
"Cuídate mucho"
"Te quiero"

"Yo más"
"uwu"

Salinas guardó el teléfono en su bolsillo, se sentía tan bien al haber halagado a su adorada "futura pareja" según sus pensamientos, por ello le dio igual lo que sus chicos habían hecho con las víctimas, es más ya ni se acordaba de la razón por la cual eran torturados en primer lugar.

Toni por su lado, simplemente dejó el teléfono sobre la cama, se sentía un poco impresionado ante las palabras del supuesto dueño de una empresa de seguridad, el joven no sabía cómo sentirse al respecto, es decir le parecía algo tierno pero realmente no podía comprender la razón de las palabras de ese sujeto... Suponía a que simplemente se trataba de una buena persona y ya.

El rubio comenzó a rodar por la cama en lo que continuaba dándole vueltas al asunto, Raúl era agradable, le parecía un hombre muy atento pese a sólo haberlo conocido desde hace poco, quizás podrían ser grandes amigos, finalmente Toni suspiró y sujetó su pequeña cadena con la cruz con sus manos, aquella cadena era muy especial para él, nunca se la quitaba pese a cualquier circunstancia, pues esta era un recuerdo de su lugar de origen, era un regalo, un pequeño regalo al cual le guardó mucho cariño.

En eso al joven se le iluminó la mirada al recordar lo que tenía guardado en el cajón de su mesa de noche, rápidamente el chico sacó de ahí una pequeña caja, dentro se hallaba una corbata negra muy fina desde luego, era algo que había comprado desde hace tiempo, no obstante nunca pudo usarla pues simplemente no encontró el momento de ello, por lo tanto pensó en mejor obsequiársela a Salinas, aquello sería una buena manera de agradecerle por su amistad.

No estaba seguro si sería del agrado de aquel hombre pero lo que importaba era la intención del regalo, la intención de hacerle ver que en efecto el también cree que es un buen sujeto.

Claro el rubio no podía comprender que claramente Salinas estaba enamorado de él, así como tampoco podía darse cuenta de que Hai también le estaba cortejando, simplemente el rubio era muy despistado y de buenos pensamientos, incluso su propio hermano y sus amigos podían notar a metros de distancia lo que él no podía a tan sólo escasos centímetros.

Pero daba igual, pues precisamente esa inocencia, esa torpeza por decirlo de alguna forma era lo que le daba su encanto, un chico el cual era muy complicado de encontrar, sobre todo en una ciudad como Marbella donde todo estaba repleto de suciedad y perdición, un lugar donde la corrupción, el consumo de drogas, el alcoholismo, la criminalidad y las traiciones era el día a día y en medio de toda aquella oscuridad se encontraba esa pequeña luz, esa luz cuyo nombre era Toni Gambino.

Continuará...

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora