71: Rosas (Parte 1)

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Raúl x Toni

Toni es la pareja de Hai y lo que había comenzado como una buena relación, terminó tomando un camino muy oscuro. Raúl en cambio tiene una relación de años con García pero últimamente todo es muy raro y eso le preocupa.

(En lo personal no soy tan fan de la temática omegaverse o al menos no tanto como lo fui años atrás, en realidad sólo había escrito una sola historia sobre esa temática en el pasado, así que pues voy a intentarlo nuevamente)
La idea de esta historia es de la puerca de  @Nutella12479 chinga tu perra madre (con amor uwu)
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El omega de aroma a menta miraba atentamente a través de la ventana, su mirada azulada denotaba una tristeza absoluta, el joven llevaba puesto una camisa blanca ancha que lograba cubrir sus muslos y solamente eso, como era aún demasiado temprano, no tenía tanta prisa en arreglarse, aunque tampoco tenía muchos deseos de hacerlo.

La noche anterior había sido bastante difícil, había discutido con su pareja como de costumbre y desde luego que él salió ganando en el conflicto. El rubio se apartó de la ventana para dirigirse a su tocador, un mueble de madera bastante precioso con un espejo el cual tenía grabados dorados en el marco de madera, Toni levantó la mirada hacia aquel espejo notando sus ojos ligeramente húmedos, sin más procedió a desabotonar la camisa y la dejó caer al suelo.

Podía notar la marca de Hai en su piel blanca, esa marca que representaba ese lazo que había establecido hace tiempo atrás y que en el presente se convertía en un gran problema, también podía notar los moretones ubicados en su brazo, producto del forcejeo en la pelea de la noche anterior, el omega suspiró y se encaminó hacia el baño, lo mejor sería comenzar a arreglarse antes de que su pareja regresara, para así evitar otra molestia de su parte.

Conforme el agua comenzaba a deslizarse por su cuerpo, el rubio se enjabonaba cuidadosamente dejando mucha espuma cubriendo varias partes de su cuerpo, sus cabellos rubios estaban completamente empapados, otro suspiro se escapó de los labios del omega, como si por cada suspiro que diese, un poco de su tristeza pudiese desvanecerse.

Toni era un omega, no obstante no era cualquier omega, era la pareja de una persona que poseía gran poder en la ciudad, un mafioso intocable, lo cierto era que el rubio era la persona que había sido elegida por el propio alfa, algo como una relación arreglada, si bien al principio el alfa había puesto su empeño en cortejar al omega con regalos y citas espléndidas para ganarse su afecto, en la actualidad, ya que ambos estaban unidos, finamente Hai dejó de fingir y comenzó a dejar salir su desastrosa personalidad.

El asiático tenía problemas de alcoholismo, era un hombre que gustaba de la grande vida y de ir de fiesta en fiesta e ingiriendo sustancias a las cuales tenía una gran facilidad de obtención, sumado a ello, era un hombre que le encantaba llevar consigo a su omega a cada una de esas fiestas caóticas, puesto que era un gran honor el mostrar al mundo el maravilloso omega que había conseguido, el presumir que ese chico tan apuesto era completamente suyo.

Desde luego que Toni no compartía esas costumbres, puesto que aunque el rubio era una persona alegre y que gustaba de cosas como bailar o cantar, ese ambiente en el que Hai estaba envuelto era demasiado diferente a lo que Toni acostumbraba a ver.

El joven salió del baño secándose el cabello con una pequeña toalla, tenía el aroma a rosas de su jabón impregnado en su piel, un aroma que era del gusto del rubio, las ropas que el joven se colocó cuidadosamente, eran prendas bastantes finas, ropa que Hai le había conseguido traer desde Italia, el joven se miró al espejo del tocador nuevamente, notando lo bien que le quedaba dicha ropa, pensando en que quizás sería un buen día para salir a la calle en vez de quedarse a esperar por su pareja.

Toni terminó de arreglarse el cabello y colocarse sus pendientes así como la cadena de plata que tanto le caracterizaba, salió de su habitación para proceder a bajar las escaleras a toda prisa, llegando a la planta principal donde encontraría un paquete con una nota a su nombre puesto sobre la mesita al centro de la sala.

El joven la tomó con sus manos, notando que era un paquete de pastelillos de fresas y chocolate, la nota en cuestión era de Hai básicamente disculpándose por la pelea de anoche, el rubio guardó la nota en el bolsillo de su pantalón y siguió su camino con la caja en manos.

El omega salió de la gran mansión para dirigirse a su vehículo, dejando la caja con los postres sobre el asiento del copiloto, pensaba ir a visitar a su hermano Carlo y comer aquellos postres con él, tan sólo para no desperdiciarlo, después de todo la disculpa de Hai no le importaba mucho, puesto que ya había perdido la cuenta de todas las veces que este se había disculpado después de hacerle pasar un mal rato, simplemente ya ni importaba nada.

Mientras tanto, Raúl el alfa con aroma a limón miraba su teléfono constantemente, su pareja últimamente había tenido un comportamiento extraño, no quería centrarse en eso, pero era inevitable no hacerlo si el problema era cada vez más y más evidente.

Raúl era un alfa inusual, pues no cumplía con la imagen de un alfa común, es decir alguien intimidante, alto y fuerte, él era todo lo contrario, por ello muchas veces fracasó al momento de conseguir una pareja que pudiese gustar de él, después de todo muchos de los omegas que había conocido solo estaban en busca del mejor postor, alguien que sea capaz de protegerles, cosa que a primera vista Raúl dejaba mucho que desear, sin embargo al final había encontrado una pareja, no era un omega, era un beta de nombre Agustín García, un hombre que tenía un puesto en la policía, alguien que aparentaba ser correcto, pero en realidad en las sombras estaba envuelto en la corrupción, aquello era algo que tenía en común con Raúl y fue el motivo por el que se conocieron en primer lugar.

Su relación llevaba años de duración, pero lo que algún tiempo fueron días de sonrisas y romance, el hoy en día tan solo se convertía en días y días apagados y repetitivos, como si todo el amor se hubiese agotado ya, era tan extraño pero no había nada más que hacer, solo quedaba esperar el día en el que simplemente ambos terminen con todo, es triste pero es más doloroso el seguir fingiendo que nada está sucediendo.

En dos lugares diferentes de la ciudad, dos personas sufren por una mala relación, por un amor que resultó más destructivo que fructífero.

Ellos aún no lo saben, pero sus caminos están por cruzarse, una segunda oportunidad para amar está por llegar, claro si es que logran superar los obstáculos que tendrán por delante

Continuará...

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora