Corrupción (En Corrección)

102: Profesor (Parte 21)

La habitación comenzó a llenarse de sonidos débiles, suspiros y tímidos gemidos, el profesor besaba el pecho de su amado alumno con tanta dulzura, sus manos acariciaban su cintura mientras que el chico daba pequeños saltitos sobre su entrepierna, su expresión lo dejaba claro, Toni se sentía libre de poder sentir placer al estar con Raúl, todo, absolutamente todo de él se sentía bastante bien.

Cada caricia era más dulce que la anterior, cada beso era dado con mucha ternura, Raúl era muy cuidadoso y atento a la hora de hacer el amor, el hombre quería asegurarse de siempre cuidar de su pareja, de procurar hacerle sentir en las nubes, después de todo Toni era especial, él no era como alguna de sus ex parejas que tuvo. Su alumno era muy dulce, un ser de sentimientos puros, era una lástima que alguien tan bueno haya tenido que pasar por una experiencia tan dolorosa en el pasado, pero a final de cuentas eso ya no importaba, Raúl estaba en la vida de Toni para impedir que sufriera de nueva cuenta, él daría su vida misma de ser necesario.

Toni deslizó sus manos por la espalda de su profesor, sus dedos acariciaban con lentitud la piel del hombre al qué tanto admiraba y amaba , el rubio sonrió y besó los labios de Raúl, tenía la alegría en toda la cara, esa alegría que le producía el poder sentirle tan cerca, el poder estar en esa situación donde sus pieles desnudas mantengan contacto constantemente.

— Te amo Raúl — pronunció entre jadeos, apenas y podía hablar debido al inmenso placer qué estaba sintiendo

— Yo también te amo Toni, eres tan importante para mi... Te volviste una parte indispensable en mi existencia

— Quisiera estar contigo por toda mi vida

— Si es tu deseo, con gusto lo cumpliré, con un enorme gusto voy a aceptar ser tu acompañante por toda la vida ¿Sabes? — el hombre recostó al rubio sobre la cama — aún estoy con la idea en mente, quiero hablar con tu hermano, con quien sea necesario para poder dejar en claro mi amor por ti

— ¿Lo dices enserio? ¿De verdad estás dispuesto a todo por mi?

— Claro, lo que sea con tal de permanecer contigo siempre

El pelinegro acercó al contrario contra su pecho, sus labios besaron la frente del chico y sus cuerpos se unieron en forma de un cálido abrazo, Toni cerró los ojos al escuchar los latidos de su pareja, se sentía cansado luego de haberse entregado nuevamente a su querido profesor y por ello pensaba hallar descanso en sus brazos, por un momento poder dormir en paz y así olvidarse del calvario qué sufriría en caso de que las amenazas de Mariano resulten ser reales.

[...]

Por su lado, el pandillero se encontraba llegando a su residencia compartida con sus fieles compañeros, el hombre caminó hacia la cocina mientras silbaba muy alegremente pues se había encontrado con el amor de su vida, le encantaba haberle visto, haberle tenido tan cerca, sabía que era cuestión de tiempo para que pudiese tenerle a su lado justo como en los viejos tiempos.

Tiempos en los que Toni sólo le tenía a él, cuando su vida era fuertemente influenciada por Mariano, cuando Mariano era quien tomaba las decisiones sobre el qué hacer y que no. El pandillero extrañaba todo ello, extrañaba a su pequeño ángel y deseaba re tenerle consigo para finalmente lograr casarse con él, tal y como se lo había prometido.

El hombre se acercó al refrigerador y tomó una cerveza, al destaparla y sentarse frente a la barra, se encontró con su compañera, una mujer la cual estaba dentro de su pandilla. La chica al igual que Mariano, bebía de una cerveza y su mirada demostraba frustración.

— Mariano creí que regresamos a este lugar para volver a ser los reyes de la ciudad, no simplemente para que tú recuperes al niño ese

— Vamos Karol, era bastante evidente desde un principio lo que quería hacer, él es mi prometido tengo que tenerlo devuelta

— ¡Fue por él qué tuvimos que huir en primer lugar!

— De eso nada, todo fue culpa de ese maldito profesor qué le metió ideas a la cabeza, mi ángel nunca me hubiera traído ese mal por cuenta propia

— Ese niño no te ama Mariano ¿Por qué no puedes darte cuenta?

— No digas tonterías Karol, él es mío, yo fui el único hombre en su vida, es a mi al qué pertenece

— ¿Por qué no puedes dejarlo en paz? Olvídalo ya

— Me moriría si no lo tengo conmigo

— ¿Tú morirías por él? ¿Y yo qué Mariano? Tú sabes que a diferencia de ese mocoso... Yo te amo a ti, te amo con locura

— No me gustas de esa manera Karol, ya habíamos hablado de eso

— No entiendo la razón... No sé que tiene él que yo no pueda ofrecerte

— Son muy distintos... Toni es inocente, es frágil y depende de alguien quien lo proteja... Es muy dulce y tímido, me gusta lo sumiso que puede llegar a ser... En cambio tú, eres una mujer fuerte, no necesitas de nadie y tu carácter cambia constantemente buscando ser más valiente — Mariano bebió un trago largo de la bebida alcohólica — eres una gran mujer, pero no eres mi tipo

— Esto no va a salir nada bien y lo sabes Mariano — la mujer se levantó de la cama y tomó el resto de la cerveza qué le quedaba

— Saldrá bien siempre y cuando tú no vuelvas a meterte de por medio, al igual que aquella vez

— Descuida, ya entendí que por más que quiera alejarlo de ti, siempre irás tras él, eres mi amigo, además del hombre al qué amo y por eso mismo te digo que ese niñato solamente te va a traer problemas, es la verdad pero allá tú si no quieres darte cuenta

La mujer dejó la botella sobre la barra, su mirada mostraba rabia, por lo que se levantó de su asiento y se marchó de aquel lugar. Mariano por su parte simplemente continuó bebiendo, no iba a hacer caso a nada de lo que aquella mujer le dijo, Toni era su todo, su hermoso ángel caído del cielo y por ende el ser más puro qué había conocido, un chico sin malicia alguna ni comportamientos cuestionables como los del resto de la pandilla, era por ello qué Mariano le adoraba tanto, por ser diferente a todo lo que había acostumbrado a ver antes.

Por ello el hombre estaba decidido a tomarlo como suyo y nunca dejarlo ir, no le importaba si tenía que ser incluso en contra de su voluntad.

Continuará...