23: Tradición Familiar (Parte 7)

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Salinas se encontraba en una tienda mirando algunos trajes, había ido a una tienda que Toni le había recomendado, pues el hombre debía ir aprendiendo a vestirse correctamente, el rubio había insistido demasiado en ello.

El alcalde miraba cada uno de los trajes buscando algo que fuera de su agrado, podía apreciar que la calidad de dichos trajes era muy buena, después de todo era la tienda donde Toni y Carlo compraba sus propios trajes, era difícil para el hombre de gafas pensar que tendría que dejar atrás su habitual forma de vestir pero si su pareja se lo pedía entonces tendría que hacerlo, más que nada porque si se negaba habrían consecuencias.

Después de pensarlo durante unos minutos, Raúl se decidió por comprar una camisa roja, pantalones negros, seguido de también un chaleco negro, de esa forma tendría otro estilo de ropa, quizás eso sería suficiente para su pareja, una pequeña idea cruzó por su mente, decirle al rubio que también vistiera de los mismos colores, de esa forma irían a juego.

Con esa pequeña idea en mente, se dispuso a pedirle al chico por medio de una llamada que hiciera ese favor, aunque claro que Salinas no mencionó que eso era parte de un pequeño juego o de lo contrario muy seguramente el joven se negaría ante ello.

El alcalde de inmediato pagó las respectivas prendas y se dispuso a marcharse a su despacho con toda la ilusión de ver a su prometido lo antes posible, al llegar al lugar se vistió inmediatamente con lo comprado y se dispuso a esperar afuera. En cuestión de minutos su prometido hizo acto de presencia, el joven como de costumbre llevaba ropas buenas, una sudadera negra y pantalones ajustados como de costumbre solo que de un tono rojo, el joven confundido bajó del Mercedes y se dirigió a Raúl, quien tenía una gran sonrisa en los labios.

- ¿Porqué tenía que vestir una prenda roja? ¿Es alguna clase de fetiche raro tuyo? - cuestionó el rubio

- En realidad era para que fuéramos a juego - respondió para enseguida caminar a la entrada

- Qué hijo de puta

- Oh vamos te ves muy bien así, combinamos a la perfección no cabe duda de que estamos hechos el uno para el otro

- No te emociones tanto, solo es ropa... Aunque al menos tengo que decir que te ves bien, es decir ya no te pareces tanto a un vendedor de seguros como antes

- Tu si que te ves increíble, toda la ropa que usas te sienta bien

- Es que soy un hombre elegante también te digo

Ambos ingresaron al despacho en donde el rubio se sentó frente a la barra de bebidas, Salinas procedió a servirle un trago de mezcal, a lo cual el rubio aceptó gustoso.

- Esto me hacía mucha falta... Beber un poco - pronunció el joven después de dar un trago

- Oye Toni ¿Cuándo será la boda?

- No sé... Aún no hemos planeado gran cosa, lo poco que ya está lo hemos visto Carlo y yo

- No creí que el fuera a ayudar con esto

- Bueno... Sabes que te odia a muerte pero a pesar de ello nos ayudará por nuestra madre

- ¿Cuándo la conoceré?

- Eh... - el rubio rascó su barbilla - creo que se enterará cuando vaya visitarla en alguna cena navideña

- ¿No vendrá a la boda?

- No le diremos nada... Quiero ir a la cena y cuando estemos la familia entera decir "por cierto mamma me casé, este hombre es mi esposo"

- Eso suena una pésima idea...

- Lo sé, pero es muy original ¿no crees? - pronunció al mirarle

Raúl sonrió ante lo absurdo que sonaba la idea del joven, tras un par de tragos más tuvo el deseo de encender la radio y escuchar un poco de música.

- ¿Quieres bailar? - cuestionó el hombre de gafas al ofrecer su mano al joven

- No veo el porqué no - respondió al tomar aquella mano

Ambos se posicionaron en mitad del despacho procediendo a bailar un poco, Salinas sujetaba la cintura del joven mientras que este colocaba sus manos sobre los hombros del antes mencionado, era un baile lento, por lo que sus cuerpos estaban cercanos.

Salinas miraba atentamente el bello rostro de su pareja, él en verdad era muy apuesto, en un determinado momento el joven recargó su rostro contra el pecho del mayor a medida que continuaba el baile, Toni podía escuchar los latidos acelerados de Raúl, cosa la cual se le hacía bastante tierna. Al terminar la melodía, Raúl tomó el rostro del joven y le plantó un beso en los labios.

- ¿Podemos ir un momento a la habitación? - pidió el pelinegro

- ¿Eh? ¿Para qué? - cuestionó el joven un poco nervioso

- Solo quiero... Claro si le lo permites, tocarte pero solo un poco

- Bueno... Pero solo un poco eh

- Si, lo prometo

La pareja caminó a la pequeña habitación que tenía en el despacho, en donde prácticamente el joven fue recostado sobre la cama, Salinas procedió a besarle nuevamente mientras comenzaba a deslizar sus manos por su cuerpo, Toni se sentía cada vez más nervioso pues temía que las cosas se salieran de control en el momento menos esperado.

- Toni... - susurró el hombre al oído del rubio - me gustas

- Raúl... Ah~ - gimió débilmente al sentir las manos del hombre acercarse a una zona peligrosa

- Que sensible eres... Eso me encanta

Salinas se encargó de retirarle la sudadera negra de encima, dejando ver que debajo de esta llevaba una camisa blanca sencilla, el hombre sonrió y deslizó sus manos por debajo de esta, acariciando su cintura con mucha delicadeza, el solo oír la forma en la que el rubio suspiraba le incitó a subir lentamente por sus torso hasta su pecho.

Raúl aprovechó el momento para depositar besos en el pecho del rubio, Toni tan sólo se aferraba a las sábanas sin saber que más hacer ante aquellos toques tan placenteros.

- Oye Toni, que sepas que estoy pensando en dejar de ser ateo - pronunció el pelinegro

- ¿Y eso? - cuestionó el joven al entreabrir los ojos

- Porque no sé a quién dar gracias por tremendo culo - declaró para enseguida sujetar el trasero de su pareja

- Que hijo de puta... - murmuró el rubio al sentir como Salinas apretaba fuertemente su trasero

- ¿Por qué eres tan sexy? - volvió a hablar al sujetar las piernas del chico levantándolas un poco, de esta forma sus cuerpos obtenían más contacto

- Raúl... Espera - Toni se estremecía ante el roce de su entrepierna contra la de Salinas

- Quiero joderte... En verdad lo deseo - murmuró para acto seguido morder el cuello del rubio - Toni... Se mío

- Hah... Raúl es suficiente - afirmó el joven al ocultar su rostro con sus manos - por favor... Para

- Esta bien... - Salinas retiró las manos de su pareja notando lo hermoso que su rostro lucía al estar avergonzado - muy lindo...

Toni frunció el ceño y mejor optó por ocultar nuevamente su rostro pero esta vez contra el pecho de Raúl, este por su lado tan solo dejó salir una risilla para proceder a acariciar la cabeza de su prometido, realmente estuvo cerca de ir más allá con él, en ese pequeño momento Raúl se dio cuenta de que definitivamente sentía atracción hacia su prometido.

Quería intimar con él, pero no de la forma que usualmente solía hacer como en sus viejas costumbres, si no más bien quería realmente "hacerle el amor" Toni era jodidamente provocativo incluso sin ser su intención, él era su pareja definitiva, la persona a la cual le sería fiel de verdad ¿Quién lo diría? Raúl Salinas el máximo vividor, el tipo que iba de flor en flor, se encontraba flechado por un hombre, un hombre el cual resultó ser la más bella de todas las flores.

Continuará...


Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora