38: Sombra (Parte 7)

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"Por más tiempo que pase, aún estás presente en mis sueños ¿Qué domonios hiciste para lograr ser tan inolvidable? Tu amor es tan dañino... Tan tóxico que una vez te ves envuelto en él, lentamente te va consumiendo hasta el último aliento"

Greco miraba desde su patrulla al chico rubio que se encontraba conversando con sus compañeros, el hombre simplemente no podía dejar de observarle, le encantaba verlo sonreír, escuchar su risa y apreciar el brillo de aquellos ojos tan preciosos.

El comisario admitía que para ser un simple alumno, el joven hacía un buen trabajo, mayormente esto era producto de la habilidad del habla que este tenía, pues en muchas ocasiones el rubio simplemente con hablar con los atracadores, estos terminaban entregándose, también podía lograr tranquilizar a los detenidos más problemáticos, pues el chico terminaba ganándose la simpatía de aquellos.

Después de que el rubio aquel se despidiese de Leónidas y Gregorio, corrió hasta llegar al patrulla de Greco.

— Hola guapo ¿Buscas algo de compañía? — pronunció el joven con una sonrisa

— Solo entra ya — respondió Greco sin más

— Que aburrido... Ponle un poco más de ganas a la vida — dicho esto el rubio abrió la puerta del patrulla y se sentó como copiloto

— Ve marcandome en cuanto salgan avisos ¿Ok?

— Si, si... Aunque por mi parte me gustaría hacer otra cosa — dicho esto el rubio deslizó su mano por la pierna del comisario

- Gustabo... Por favor, estamos en servicio — dicho esto apartó la mano del rubio

— Lo dicho que aburrido eres... ¿Hasta cuando dejaremos de hacernos los tontos y haremos lo que perfectamente sabemos que deseamos?

— No sé de qué hablas

— ¿De verdad? — el rubio se acercó al cuello del hombre dándole una pequeña lamida

— Gustabo... Estoy conduciendo no hagas esas cosas, comportate como es debido

— Esta bien... — el rubio se acomodó de nuevo en su asiento y con una expresión seria continuó hablando — si eso quieres, vale entonces déjame en esta esquina

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Greco yo no estoy para estar rogándole a alguien, ya buscaré a otro que si quiera recibir mis atenciones

— No hagas dramas por dios

— Es la verdad, me cansé de estar detrás de ti, ahora déjame aquí y llamaré a alguien más

— Soy tu superior y si digo que no te bajarás es que no te bajarás

— ¿Y si llamo a Conway?

— ¿Por qué le llamarías?

— Ese señor también está detrás de mí, he notado que le gusto mucho y pues... No lo sé, quizás podría entregarme a él

— No digas tonterías por Dios ¿Tan poca cosa te importo? — el comisario frenó el patrulla al llegar en una esquina

— Eso mismo digo yo... Greco estoy harto... Quiero saber ¿Qué sientes por mi?

— Eres un buen compañero y te estimo mucho

— Eso no es lo que quería escuchar, no me sirves — dicho esto el rubio abrió la puerta del patrulla y salió corriendo inmediatamente

Greco suspiró y continuó manejando el patrulla, dejaría a aquel chico con su berrinche, pues ya se le pasaría con el pasar de las horas.

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora