104: Promesa (Parte 14)

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Un sentimiento de temor profundo se había sembrado dentro de aquel omega, no era para menos pues tenía a aquel al qué había considerado su protector, su verdadera familia hablándole de una forma la cual nunca pensó que podría suceder. Toni retrocedió ante la mirada iracunda de su hermano, no salían palabras de sus labios, no sabía como defenderse o siquiera hacer algo al respecto, estaba jodido.

— ¡Te lo volveré a decir las veces que sean necesarias Toni! ¡Aléjate de Jack Conway!

— Carlo... — el rubio se sentía inmensamente pequeño comparado con su hermano, podía jurar qué por un momento había escuchado la voz de mando de este, fue en la primera vez que dio aquella orden de alejarse del alfa, tuvo una sensación horrible recorriendo su cuerpo, nadie nunca había usado la voz de mando con él y ciertamente deseaba qué nunca se volviera a repetir

— Te dije que no quería un maldito alfa para ti ¡¿Qué parte de eso no te quedó claro?! — el alfa  se acercó a su hermano y le tomó con fuerza de los hombros — nunca me sentí tan decepcionado de ti

Los ojos del omega se abrieron por la impresión de aquellas palabras, quería creer que definitivamente Carlo no había dicho eso ¿Decepción? ¿De verdad aquel quien era su mejor amigo y su fiel acompañante durante tantos años estaba diciéndole qué se sentía de esa forma con él? ¿Solamente por haberse enamorado?

— ¿Soy una vergüenza para ti ahora? — el rubio soltó una risa nerviosa, en cualquier momento podría romperse — eres igual a papá después de todo

— ¡No me compares con ese hijo de puta! Eso no viene al caso en este momento, la cuestión es que fuiste tan idiota como para caer en las garras de ese otro imbécil

— Porque lo amo y él a mí

— ¿Amor? ¿Acaso no lo entiendes? Los alfas no pueden amar, lo único que quieren es usar a las personas, a los omegas ingenuos como tú, eres tontísimo

— Me enamoré de un alfa ¡¿Acaso eso es un pecado para ti?!

— ¡Es una completa estupidez! Eres tan putamente idiota como para fijarte en ese ¿Si sabes que tu estúpida relación es algo planeado desde el principio?

— Lo sé... Él me dejó en claro con una simple frase... Dijo que yo había nacido para pertenecerle

— ¡¿Entonces?! Le diste el maldito gusto a papá y lo sabes ¿No?

— ¿Cómo te enteraste de todo?

— Fui a Italia a hablar con papá ¿Sabes por qué? Porque había llegado una maldita carta para ti... Una repulsiva carta donde te felicitaba por elegir “la mejor opción” — el alfa soltó su agarre del omega y comenzó a caminar en círculos — él dijo que estaba seguro de que tendrías un brillante futuro con un alfa y que al fin le harías sentirse orgulloso de ti... Él dijo que estaba ansioso por que te cases, que conmovedor ¿No crees?

— Debí suponerlo... Era extraño qué viajaras estando solo

— Ya te imaginarás mi sorpresa cuando llegué y me encontré con él, cuando me dijo que tenía un matrimonio pactado para ti desde hace mucho y me mostró una estúpida sonrisa al decirme que mi hermano ya conocía a su prometido y que incluso tenían una relación — Carlo detuvo sus pasos y miró al contrario — me mentiste... Me desobedeciste y encima te vienes a involucrar precisamente con el idiota qué papá te sirvió en bandeja de plata ¡El tipo qué él quería para ti!

— ¿Terminaste ya? — Toni levantó la mirada, su pecho le dolía bastante por las palabras de desprecio qué estaba recibiendo

— ¿Qué quieres decir con eso?

— ¡Me estás juzgando por la maldita cara! Si no te lo dije es porque temía qué pasara esto

— ¿Y no tengo razón para hacerlo? Escucha, ya fue suficiente de esta estupidez — Carlo señaló a su hermano — vas a olvidarte de ese imbécil y no lo vas a buscar en tu puta vida... Solamente así te voy a perdonar por esto

— ¿Perdonar el qué? ¿El haberme enamorado?

— ¡No le llames amor a esa aberración! ¡Date cuenta Toni! Olvídate de él y es mi última palabra

— Tú serás el qué va a tener que olvidarse de mí...

— ¿Me estás amenazando? ¿Es en serio?

— Ya dijiste todo lo que piensas acerca de mí, no tiene caso que siga estando en esta casa — el omega se dio la vuelta, estaba dispuesto a marcharse de aquella casa, Carlo le había hecho daño con sus palabras y eso fue un golpe fatal para él

¡Detente ahí mismo! — Carlo usó una vez más su voz de mando, quería retener a su hermano por las malas si era necesario

Toni se quedó quieto, nuevamente esa sensación desagradable estaba sobre si mismo, odiaba esa sensación, odiaba el hecho de que propio hermano le hablase usando esa cosa.

— Jamás... — esa fue la gota qué derramó el vaso, con eso supo que había tenido suficiente — jamás vuelvas a dirigirme la palabra de esa manera... Porque yo definitivamente no te voy a perdonar

Toni reunió valor suficiente para salir del pequeño trance y corrió de prisa para salir de la casa, dejando atrás a un Carlo el cual se quedó perplejo al caer en cuenta de lo que había hecho.

— Siempre te lo dije Toni, todos los alfas somos una mierda... Ya lo comienzas a entender — el rubio cenizo se dio la vuelta y regresó hacia las escaleras — ya volverás, lo harás cuando ese idiota consiga lo que quiere de ti y ya no le sirvas más

El rubio corrió por las calles, ni siquiera pensó en tomar su vehículo, simplemente quería huir y no regresar más a ese lugar, era como si su mundo entero fuese a caerse a pedazos, jamás había pensado que la molestia de Carlo llegaría a tanto, no para usar su voz de mando contra su propio hermano.

Finalmente terminó por resbalarse y caer al suelo en un descuido, el omega intentó contenerse lo más que pudiera para no romperse al llanto en esa situación tan lamentable. El rubio sacó su teléfono del bolsillo y al ponerse de pie llamó a su alfa, le necesitaba más que nunca.

— Jack... ¿P-puedes venir por mi?

— ¿Qué ocurre? — el alfa se sorprendió ante el sonido de la respiración entrecortada del omega

— Te necesito... Ven por favor

— Mándame ubicación, salgo enseguida

La llamada fue finalizada, el alfa guardó el teléfono en su bolsillo y se apresuró para tomar las llaves de su auto, temía qué algo le hubiera sucedido a su omega y por alguna razón, tenía la sensación qué lo que sea que sucedía, tenía que ver con los mensajes que había recibido por parte de su socio y amigo, el señor Gambino.

Continuará...

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora