48: Alianza (Parte 5)

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Toni se hallaba sentado en un sofá, según los últimos mensajes que recibió de su prometido, este se encontraba ya bastante cerca de llegar, el joven se sentía bastante nervioso ante la visita que iba a recibir, más en especial tratándose de que ese hombre iba en serio con lo de pretenderle.

José por su parte, se encontraba de pie cruzado de brazos, mirando fijamente la puerta principal, no tenía idea de que clase de persona era el prometido de su jefe, pero si intentaba algo malo en contra de Toni, sin duda José arriesgaría su propia vida con tal de proteger a su jefe.

La espera terminó en cuanto se escucharon los primeros golpes en la puerta, José se acercó con navaja en mano en caso de que no fuesen ellos y posteriormente abrió la puerta. Lo primero que pudo visualizar fue al chico rubio aquel, vestido de traje impecable y a su acompañante, un hombre de cabello negro y coleta, que vestía de camisa negra y pantalones blancos, sin más que decir simplemente les dejó pasar.

Gustabo sonrió al ver a su prometido sentado cruzado de piernas bebiendo una taza de café, el joven nuevamente vestía ropas finas, eso despertó la felicidad de Gustabo, pues realmente le daba la certeza de que el chico era un hombre de dinero, alguien que fácilmente podía cumplirle los caprichos que deseara "Finalmente alguien que valga la pena" pensó al acercarse hacia él.

- Buenas - saludó Gustabo al tomar la mano del italiano y depositar un beso en ella

- ¿Fue duro el viaje? - cuestionó Toni quién no sabía cómo reaccionar ante los gestos del mayor

- Un poco, pero ha válido totalmente la pena... Todo con tal de volver a apreciar su belleza

- ¿Eh? - el menor tomó un sorbo de su café intentando disimular su nerviosismo ante las palabras de aquel hombre

- ¿Podría sentarme a su lado?

- Si... Claro, no veo el porqué no

Gustabo procedió a sentarse junto al joven en aquel sofá, estando tan cerca podía sentir el aroma de su perfume, podía notar lo largas que eran sus pestañas, la tonalidad blanca de su piel "Es jodidamente guapo" pensó, realmente pensaba que era un chico lindo, incluso al tomar su mano pudo notar la suavidad de su piel "Fácilmente podría ser un príncipe" sus ojos se encontraron con los del joven por unos instantes, eran de un azul parecido al suyo, no obstante esos ojos a diferencia de los suyos, se veían llenos de vida, tan deslumbrantes, incluso podría decirse que podía encontrar algo de inocencia en ellos, en cambio los suyos, eran unos ojos que ya lo habían visto todo, una mirada que o se encontraba totalmente vacía o estaba repleta de ira.

Mientras tanto, Emilio se encargó de convencer a José de que les dieran su espacio, el mexicano estaba dispuesto en ayudar a Gustabo pues tenía bastante curiosidad sobre cómo terminaría su plan, Emilio sabía hasta dónde llegaba la inteligencia y el poder de las palabras de Gustabo, por ende tenía altas expectativas sobre lo que sucedería a partir de adelante.

Regresando con la pareja, Gustabo hablaba animadamente con Toni sobre algunas de sus experiencias dentro de su organización y el como estaba muy seguro de que la familia del Italiano tendrían muy buena suerte en los Santos.

- Si realmente las cosas van a ser así... Entonces que emoción por llegar a su ciudad

- ¿Sabe?... Toni de hecho ustedes están muy cerca de mudarse

- Creí que esperarían hasta la boda

- La boda se adelanta

- ¿Cómo dice?

- Eso mismo, fue algo que se decidió el día de hoy, al parecer realmente les urge a su familia comenzar a moverse, además nosotros tendremos que vivir juntos en una misma casa

- ¿No es muy pronto?

- Claro que lo es... Es por eso que le dije que estoy pensando seriamente en hacer las cosas bien con usted, quiero enamorarle Toni - dicho esto el mayor sujetó la mano del menor - quiero que usted sea feliz conmigo... No me gustaría que usted se sintiese obligado a estar conmigo ¿Entiende?

- Si... Lo entiendo - Toni bajó la mirada a sus rodillas ¿Debería darle una oportunidad? ¿Es la decisión correcta? Estaba realmente inseguro de todo eso

Gustabo se relamió los labios al ver como el joven aquel parecía no tener idea que hacer "Esto será más fácil de lo que pensé" Gustabo finalmente tomó con sus dedos el mentón del joven y levantándole, para que así sus miradas se conectaran nuevamente, las mejillas de Toni adquirieron un lindo color, esto causó una sonrisa interna en Gustabo "Ya eres mío pequeño" "No intentes huir de mis garras" finalmente Gustabo echó un vistazo a los alrededores, verificando que el compañero de Toni no estuviese por la habitación.

Fue entonces donde acercó su rostro al de su prometido hasta que sus labios se encontraran a escasos centímetros, podía notar como la expresión del joven dejaba en evidencia su nerviosismo, algo bastante inusual para alguien que supuestamente es jefe de una mafia "Que tierno" Gustabo acarició las mejillas de su prometido.

- Dime Toni ¿Usted quiere que le bese? Porque podría hacerlo ahora mismo si quisiera

- Yo no... - Toni no sabía que responder, sentía un calor en sus mejillas y su cuerpo temblaba un poco ¿Estaría mal hacerlo? Bueno era su prometido, era el hombre con el que pasaría el resto de su vida, quiera o no, tal vez solo por esa vez le dejaría

- Responda Toni - Gustabo nuevamente deslizó sus dedos hasta los labios de menor, tocándolos suavemente con la yema de sus dedos - diga algo... Que en verdad tengo ganas de probar sus labios

- Adelante - soltó sin más - puede besarme

Gustabo sonrió para cortar con la poca distancia, sus labios estaban encontrándose con los labios de su prometido, en un beso lento, pues ya que estaba, Gustabo iba a aprovechar y explorar cada centímetro de la boca ajena usando su lengua, las manos temblorosas del menor se aferraron a sus hombros, Toni no sabía que hacer más que dejarle continuar con el beso que repentinamente se estaba tornando más y más intenso, hasta que finalmente Gustabo se separó de él, dejando atrás hilos de saliva que unían sus bocas al menos durante pocos instantes, antes de desaparecer.

Toni cuyo rostro estaba ruborizado completamente, se levantó del sofá pues dijo que necesitaba ir un momento a la cocina por un vaso de agua, Gustabo le miró marcharse, centrando su vista en la perfecta figura que su prometido tenía, más específicamente su trasero el cual se marcaba por los pantalones tan ajustados que usaba.

- Podría follármelo en cualquier momento - murmuró para si mismo con una sonrisa maliciosa

Fue en ese momento donde golpes se escucharon en la puerta nuevamente, Emilio y José quienes habían permanecido en otra habitación hablando entre ellos, acudieron de inmediato para ver qué era lo que ocurría, pues los golpes eran bruscos, Emilio puso una mano en su pistola y José en su navaja, procediendo a abrir la puerta.

Sin embargo para sorpresa de todos la persona que estaba detrás de esta puerta, era el hermano menor y segundo jefe de la mafia, Carlo Gambino y su expresión no era una de alegría precisamente, más bien parecía querer acabar con todo el mundo.

Continuará...



Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora