77: Creyente (Parte 8)

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La cita había sido exitosa, la tarde fue tan espléndida entre risas y anécdotas que ambos compartían, Salinas miraba con suma atención cada una de las sonrisas que provenían del italiano, adoraba pensar que estaban teniendo muy buena química, puesto que las palabras fluían por sí mismas, no se sentían forzadas en lo absoluto.

Toni parecía tan alegre, quizás por la influencia del alcohol, pero simplemente no podía contener las risas y la forma en la que tomaba más confianza con Raúl, siendo ejemplo de ello la manera en la que posaba su mano en su hombro cada vez que quería hablarle más de cerca, esto hacia revolotear el corazón a mil del mafioso.

— Toni — Salinas sujetó ambas manos del rubio para llamar su completa atención — ¿Qué te ha parecido la cita?

— Me la estoy pasando de maravilla

— Estoy feliz de escuchar eso — Salinas procedió a besar el dorso de las manos de su pareja

— Raúl me agradas bastante — Toni retiró sus manos para enseguida acercarse más al contrario, rodeándole el cuello con sus brazos — cada vez pienso más y más que nuestra relación irá muy bien

— Dedicaré todos los días de mi vida porque así sea — el mafioso procedió a dar un par de caricias por la espalda del rubio

Sin pensar en algún momento o más bien por la incapacidad de hacerlo correctamente, Toni se levantó de su silla para proceder a sentarse sobre las piernas de su pareja continuando así con el abrazo, Salinas no pudo evitar dejar salir una carcajada ante tal acto tan inesperado, Toni mantenía su rostro contra el cuello del pelinegro, frotándose suavemente mientras sus manos daban unos cuantos masajes a su espalda.

Salinas no iba a desaprovechar la oportunidad de tener tan cerca a su amado, por lo que se aferró a su cuerpo, deseaba poder impregnarse del dulce aroma del rubio, quería permanecer más tiempo de esa manera, las manos de Salinas sujetaban fuertemente la cintura de Toni, le deseaba y mucho.

— Raúl... ¿Puedes prestarme una habitación? Tengo algo de sueño — pronunció el rubio al separar su rostro del cuello de Salinas para mirarle fijamente

— Bebiste mucho después de todo, es comprensible así que te llevaré ahora mismo

— Gracias, eres un sol Raúl

Toni fue apoyándose del hombro de su pareja, puesto que los efectos del alcohol ya eran demasiado fuertes, Raúl le llevó a una habitación de invitados, la más bonita que tenía, una vez ahí recostó suavemente el cuerpo del rubio, le acomodó perfectamente para evitar que durmiese incómodo o se cayese de la cama.

— Raúl... — murmuró el rubio al sujetar el brazo del pelinegro

— ¿Qué sucede? — Salinas dio un par de caricias a las mejillas de Toni

— Gracias por lo de esta noche — dicho esto el rubio atrajo al contrario hacia el, besándole de inmediato

Raúl fue siguiendo el ritmo lento del beso hasta que poco a poco comenzaba a apresurar las cosas, haciendo de aquel tierno beso en algo que era un poco más indecente, el mafioso fue descendiendo sus manos hasta sujetar las caderas del rubio, presionado su cuerpo contra el suyo.

Una vez se separó de los labios del chico, se dirigió a su delicado cuello para atacarle con más besos, a la vez que sus manos fueron deslizándose por debajo de la tela de la camisa del chico, Salinas hubiese ido más allá, si no fuese porque al apartar su rostro del cuello del rubio, se encontró con que este ya se había quedado dormido.

— Que malo eres al dejarme así — Raúl se levantó cuidadosamente de la cama y acto seguido arropo al rubio con las sábanas para que no sintiese frío

El pelinegro salió de la habitación con una sonrisa en la cara, al menos había tenido el privilegio de tener su cuerpo junto al de su queridísimo novio, los latidos de su corazón se aceleraban conforme lo recordaba, ahora que había probado un poco de ese lado “diferente” de Toni, deseaba poder ver más de ello.

Sin embargo la felicidad de Raúl se vio interrumpida por la llamada entrante de su teléfono, con una expresión de fastidio respondió a la llamada, odiaba que le cortaran el rollo de esa forma.

— ¿Qué sucede?

— Capturamos a una persona de un bando contrario, estaba dando problemas así que bueno ya sabe, queríamos ver si usted vendría a verle por si mismo — era la voz de Sergio

— Estoy ocupado ¿Qué no recuerdas?

— Ah lo siento, olvidé que tenía su reunión importante con el chico aquel

— Como sea, no me importa lo que le suceda a ese tipo, hagan lo que quieran con él, torturenlo y matenlo, ya me darán detalles mañana

— De acuerdo jefe, que la pase bien en su encuentro casual

— Ya te dije que no es de esos, mi chico es especial, no es como las zorras que he conocido antes

— Entendido jefe, le hablo después

La llamada fue finalizada, en realidad Raúl no tenía nada más que hacer, sin embargo tampoco deseaba salir de casa, no al tener en cuenta de que tenía a un bello chico durmiendo en una de las habitaciones, además estaba seguro de que un pequeño problema podría ser fácilmente resuelto bajo el cargo de Sergio quien era de su máxima confianza.

Últimamente han habido intentos absurdos de espionaje por parte de organizaciones criminales contrarias, simplemente pequeños grupos que querían tener la posibilidad de acabar con la mafia de Salinas, cosa poco probable puesto que el imperio que Raúl tenía, era algo que ya tenía sus años de antigüedad, un imperio cuyas bases estaban perfectamente construidas, Raúl en el tema de sus negocios, no se tentaba en hacer lo que debía hacer, sus años de experiencia le habían servido para comprender como es que debía ser un verdadero jefe, no cualquiera podría tener madera de uno.

Casualmente muchas de esas agrupaciones tan molestas, tenían contacto precisamente con la escoria de Hai, por eso mismo Raúl se burlaba internamente al saber que él pudo obtener aquello que Hai jamás obtendría en su miserable vida y esto se trataba de Toni.

Quizás Hai podría hacerle competencia en cuanto a riquezas e influencia, sin embargo el corazón de Toni sólo podría pertenecerle a uno y ese era Raúl, no había duda alguna, prueba de ello estaba su presente, teniendo a su amado durmiendo en una de las habitaciones de su hogar, el hecho de que tenían una relación y que sus labios se habían encontrado en besos que duraron considerablemente, el saber que era cuestión de tiempo en que podría obtener su cuerpo y desde luego que se casarían.

Raúl no va a desperdiciar esa oportunidad, Toni es el amor de su vida, la persona a la que quiere como su señor, tenía una vida ya planeada junto a él, nada puede salir mal en dichos planes, nada.

Continuará...

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora