45: Profesor (Parte 10)

684 95 16
                                    

Es duro recordar aquellos días, esas veces en las que el miedo formaba parte del día a día... Odio recordar esas veces en las que tenía miedo de ir al colegio, miedo de escuchar el sonido del timbre anunciando la salida, miedo de caminar por los pasillos, con la idea de que en cualquier momento ellos podían aparecer.

Dolor... Era lo único que podía sentir al final de cada una de las veces que lograban encontrarme, cuando mi cuerpo yacía en el suelo, mi mirada estaba totalmente vacía, mi sangre brotando de mi nariz y boca, aún recuerdo el constante sabor a óxido proveniente de esta.

Por supuesto, también cabe mencionar al grupo de agresores permaneciendo justo frente a mi, haciendo bromas al respecto de mi estado... Burlándose de lo patético que lucía derrumbado, sin poder defenderme, sin poder pedir ayuda... Sabía que eso sería una pérdida de tiempo, mi garganta estaba afónica de tanto gritar y llorar, además sabía que nadie vendría a ayudarme ¿Por qué lo harían? ¿Por qué arriesgarse por un completo desconocido? Era obvio que ese grupo era peligroso, era obvio que sí intentaban algo... Serían la próxima víctima.

Muchos sabían lo que estaba sucediendo, muchos habían visto cómo me acorralaban en los baños simplemente para golpearme en el estómago como forma de "saludo"... Y pensar que todo este tormento comenzó por una estupidez, una puta tontería que fue escalando rápidamente hasta el punto más alto... En aquel entonces sabía que mi vida se estaba arruinando, que no podría salir de casa sin el constante temor de ser vigilado por alguno de ellos, que debía alejarme de mis amigos para que ellos no salieran perjudicados en esto, no quise buscar ayuda... No valía la pena, tan solo comencé a mandar a la mierda mis notas, bajando considerablemente... No me importaba después de todo tenía la idea de que en cualquier momento aparecería mi cadáver tirado por algún lado, ya sea por cuenta propia o por alguno de ellos.

Solo esperaba que mi hermano no pasara por lo mismo... No quería que nadie supiera que él estudiaba en ese mismo colegio, mi deber como hermano mayor era cuidar de él... Y si bien no pude conmigo mismo, esto no significaba que no usaría la poca voluntad que me restaba para salvarle a él, es por ello que me rehúse un sinfín de veces comer junto a él en un lugar público, nunca admití que tenía un hermano ante cualquiera que me lo preguntara, por más cercano que está persona haya sido.

Todo debería quedarse como mi propio problema y de nadie más, de igual forma tenía que arreglármelas para no levantar sospechas... Cosas como ropa ancha y larga, lo suficiente para ocultar vendajes y moretones, pasar todo el tiempo dentro de mi habitación con la excusa de estar ocupado para no ser visto, mi peso bajó bastante pues no tenía deseos de probar bocado ¿Para qué? Si probablemente ellos me matarían en cualquier momento... Simplemente ya nada me importaba... Nada a excepción de que no lastimaran a nadie más por mi culpa.

Salinas caminaba por los pasillos del colegio, había tenido una conversación bastante seria con su alumno favorito hace un par de minutos atrás, desgraciadamente el chico estaba muy preocupado de que aquel problema que tanto le había jodido regresara nuevamente a él, justo ahora que finalmente estaba saliendo adelante.

Salinas frunció el ceño y sacó un cigarro, procediendo a encenderlo, tras dar una calada, se dispuso a continuar con sus pensamientos, quería ayudar a Toni de nuevo, es más lo haría sin dudarlo pues tal como había prometido... Estaría a su lado por mucho tiempo, en ocasiones solía imaginar el sufrimiento que este tuvo que pasar, deseaba poder ser capaz de enterderlo a la perfección, para así poder brindarle las palabras que necesite, saber cómo podría ayudarlo a estar bien consigo mismo.

Aún podía recordar la primera vez que lo conoció, era en aquel entonces un joven completamente diferente al actual, era un chico completamente normal, reía, bromeaba con sus dos amigos, era bastante altanero incluso, tal vez podría decirse que era más parecido a Carlo, solo que Toni si sabía cuando parar y no ser tan castrante como lo es el hermano menor.

El profesor nunca lo había pensado tan seriamente pero ahora que aparentemente tenía algo de tiempo, realmente tenía la impresión de que Toni era un joven único y si bien cambió bastante a causa de todo lo sucedido... Aún así no lo hizo para mal, no buscaba venganza, no quería hacer el mismo daño que le habían hecho a él, a alguien más... Simplemente quería una vida tranquila y ya.

Salinas suspiró mientras observaba su cigarro consumirse, Salinas se sentía privilegiado al ser de los escasos en conocer el lado más dulce de Toni, ese lado más tranquilo... Más hermoso, además ¿Qué coño? Ahora que lo pensaba lo había besado la otra vez, Salinas tosio al atragantarse con el humo accidentalmente por haber recordado eso.

Su rostro se miraba avergonzado, es decir había caído en cuenta de que probó los labios de Toni en aquel restaurante, quizás si aquello se supiera le traería problemas en el trabajo, no obstante... No se arrepentía de ello, en realidad podría hacerlo nuevamente... Claro si este así lo deseaba.

El hombre negó rápidamente con la cabeza al imaginarse besando al chico nuevamente, estaba totalmente colorado por la imagen mental que estaba teniendo pero ¿Cómo no hacerlo? Si el rubio era lo mejor que le había pasado en la vida, el único que podía despertar ese lado de humanidad que en ocasiones creía perdido.

Por su lado, Toni se encontraba ya en clases, por suerte logró entrar a la segunda clase, está brindada por la profesora Lina, al menos por esa hora Toni estaría más tranquilo, pues las clases de aquella profesora eran más calmadas a comparación a clases con el profesor Fedor, donde no podías desviar la mirada del pizarrón ni un segundo porque él se daría cuenta e iniciarían los conflictos.

Sin más, el rubio tomó su mochila, notando que esta tenía un espacio abierto, pues el cierre estaba dañado "seguramente fue durante el forcejeo" pensó, al introducir su mano en busca de su libreta donde solía garabatear, logró darse cuenta de que había algo más dentro, al examinar pudo notar que se trataba de una tarjeta.

El rubio extrañado la miró, dándose cuenta de que esta ponía el nombre de Mariano, seguido de varios números y una dirección.

"Esta loco... Realmente está muy equivocado si cree que iré ahí... Seguramente estará acompañado y puede que quizás no me deje marchar después"

El rubio tomó la tarjeta dispuesto a romperla ahí mismo, no obstante se sintió observado, al mirar hacia atrás pudo notar como Carlo y José volteaban hacia otro lado.

"No es el momento... Ellos podrían preguntar, mejor la guardaré y la tiraré después"

Sin más que hacer, el joven la ocultó entre uno de sus otros cuadernos y dejó reposar la mochila nuevamente en el suelo, cosa la cual fue vista por ambos chicos, los cuales se miraron mutuamente, pues sabían que algo andaba mal, es decir Toni de un momento a otro había desaparecido esa mañana, no entró a la primera clase, además de que había venido acompañado hasta la puerta por Salinas... ¿Qué sucedía entre ellos? Era la pregunta que rondaba entre el par de amigos, todo era tan confuso para ambos que no sabían si confiar o desconfiar de aquel hombre.

Continuará...

Corrupción (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora