Loubby o Pacosita - "Me gustas"

"Vamos a reírnos mucho de esto"

Hugo, Paco y Luis se habían vestido con su traje de gimnasia el que por suerte se encontraba en sus casilleros. A ninguno de los trillizos les gustaba usarlo ya que era obligatoriamente del mismo color y cuando estaban juntos en gimnasia los profesores siempre se confundían al llamarlos. Aun cuando Paco señalaba su característico peinado, Hugo siempre estaba calentando y Luis permanecía de espaldas en las gradas fingiendo estar dormido. De todas formas que trillizo era quién, era el misterio para todos.

Luis estaba intranquilo. Hugo estaba paranoico insistiendo en que debían llamar a la policía debido a que había sido claramente un intento de asesinato. Paco estaba preguntándole a Lina si había tomado fotos exclusivas del asunto en caso de necesitar una evidencia grafica que luego podrían mostrar en el show. Luis estaba a un paso de morderse los dedos pensando en cómo salir bien librado de eso. Hasta él sabía que todo lo sucedido era grave.

Hugo: (Intentando arreglarse el peinado para no verse como Luis) Deberíamos darle aviso al tio Rico

Luis: No creo que sea necesario hermano, eh... ya sabes, ya acabaron las clases, Mcquack vendrá pronto a recogernos y volveremos a casa. Solo imagínalo – lo tomó de los hombros con nerviosismo – un largo fin de semana en calma en nuestra muy protegida mansión.

Paco: Si bueno. Pero no podemos dejar esto así ¿Qué tal si intentan matarnos de nuevo? Tuvimos suerte. En cuanto volvamos a casa hablaremos con el tío Rico.

Luis: (mordiendo sus propios dientes) Si... y ¡le diremos que nos cambie de colegio! Tal vez clases privadas ¿Imaginan si nos vuelve a suceder? Tío Donald enloquecería.

Clases privadas sonaban a una estupenda idea.

Hugo: (Pensativo) La clases privadas no suenan nada mal pero...

Paco: ¡Qué! ¡No! Me gusta la preparatoria ¡Qué hay de mis admiradores! ¡Y mi show! ¿Qué hay de Lina? Y...Y... - miró a Hugo - ¿Qué hay de violeta? ¿Recuerdas? Dijiste que te sentías mal por no hablar con ella.

Hugo reaccionó ante eso y volvió a pensar. Era cierto. Tenía que arreglar sus cosas con Violeta y si dejaban la preparatoria nunca más volvería a verla. Por otro lado estaba la seguridad de sus hermanos. No. Sus hermanos valían más que una chica aunque le siguiera disgustando la idea.

Hugo: Le diremos a tío Rico que queremos clases privadas – dijo – Luis tiene razón Paco, nuestra seguridad es primero.

Paco pateó su bolso con disgusto.

Luis suspiró y una sonrisita de alivio se grabó en su rostro. Con un poco de suerte se las arreglaría para evitar a Rosita y que se enterara de lo sucedido, sus hermanos permanecerían ocultos en la mansión y pues, algo bueno había salido de todo eso, no tendría que volver a clases. Todo lo que tenía que hacer desde ese instante era volver a casa, intervenir en una o dos decisiones y sería libre. Nadie tenía por qué enterarse que lo sucedido había sido culpa suya.

El chofer o Mcquack como los tres le llamaban, estacionó a las afueras de la preparatoria y los trillizos subieron casi arrastrándose. Lo que les había pasado les había dejado exhaustos, tanto, que durmieron todo el trayecto de regreso a casa.

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Hugo: (Bostezando) Estoy tan cansado que después de hacer los deberes me iré a la cama sin cenar.

Paco: ¿Deberes? ¿Deberes? ¿Quién quiere hacer deberes? Voy a caer tirado aquí mismo.

Luis: (Siendo cargado en brazos por Mcquack mientras éste responde un texto en su teléfono) Sí. Estoy muerto. Mcquack ¿Me llevas a mi cuarto?