Luis-tective.

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Luis: (con el ceño muy fruncido) Esos dos están actuando muy extraño ¿no crees? – Hugo el que veía fijo su teléfono giró su cabeza hacia su hermano y luego hacia Rosita y Paco quienes hablaban en murmullos, ambos estaban sentados muy juntos en el salón de la mansión.

¿Desde cuándo murmuraban?

Últimamente los trillizos rojo y verde les habían visto pasar más tiempo juntos que cualquier vez anterior, corrían cada mañana al amanecer lo que era sospechoso, practicaban artes marciales, eso no era nada sospechoso y Rosita le estaba enseñando a disparar a Paco, eso se pasaba de sospechoso. Hugo y Luis habían concordado en que Paco debía mantenerse lejos de cualquier arma de fuego por el bien de todos y de él mismo, pero ambos insistían en practicar.

Hugo: (ladeando la cabeza) Yo los veo igual que siempre – la verdad tenía mejores cosas que hacer que involucrarse en lo que fuera a pasar.

Luis: Mm... no... esa es la pose que Paco pone cuando está tramando algo.

Y además Luis estaba seguro de que Paco parecía estar acosando a Rosita, cada vez que se acercaba o más bien lo intentaba, Paco se la llevaba casi a rastras, si estaban en un cuarto y Luis llegaba le cerraban la puerta en la nariz y eso ya no le estaba agradando.

Hugo: (Levantándose de pronto al recibir un mensaje de texto) Sí, como digas, usualmente los planes de Paco terminan mucho mejor que los tuyos, no pasará nada.

Luis: (muy confundido) pero ¿Y tú a dónde vas?

Hugo: Iré a dar una vuelta, cúbreme.

El trillizo verde miró los cristales de los ventanales, ya casi daban las diez de la noche y ¿Qué rayos? hasta lloviznaba.

Luis: Pero Hugo... - ¿Qué podría hacer su hermano mayor a esas horas fuera? - mañana tenemos clases ¿no vas a hacer los eh... deberes?

Hugo: (intrigado) ¿Cómo sabes que no he hecho los deberes?

Luis se encogió de hombros.

Luis: Por ninguna razón en especial, pero de querer hacerlos yo que tú los haría, debes saber que la parte más urgente es la página veinte. Y por cierto tío Donald podría flipar si te marchas, deberías quedarte en casa, ya sabes, para no sobre exigir sus nervios.

Hugo: Déjame ver si entiendo ¿Lo que intentas decirme es que si tú te escapas de la mansión para hacer de las tuyas está malditamente bien pero si yo lo hago es casi imperdonable? Oh, Y deja de copiar mis deberes.

Luis: (refunfuñando) Vale... casi ni los miro, pero según recuerdo yo soy el malo, es mi trabajo meterme en problemas.

Hugo: Nop, tu trabajo es quedarte aquí y ser un buen hermano pequeño – le revolvió el pelo a Luis y este se quejó arreglándoselo a las malas.

Luis: ¿Qué rayos pasa contigo Hugo? Últimamente tú también actúas raro. Siempre pareces de buen humor. Ayer me comí tu postre y ni siquiera te enfadaste.

Hugo: (se encogió de hombros) Un postre no mata a nadie. Eres mi hermano ¿Quieres mi postre? Ten mi postre.

Luis: (encogiéndose en su lugar con los ojos bien abiertos) Estás asustándome hermano. Todo el mundo está actuando extraño ¿Es contagioso? ¿Vamos a morir? ¿Es una especie de epidemia? ¿La vacuna vale mucho dinero? Puedo pagarla, para mí claro, ustedes ya están condenados.

Hugo rio y le ignoró dejándolo atrás.

Luis tragó con fuerza ya que sabía que algo no marchaba bien, e iba a averiguar el qué.

Loubby o Pacosita - "Me gustas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora