"El chico de verde"

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Luis Mackpato se quedó mirando a aquella desconocida inspeccionando esa mano que le estiraba y la sonrisa aterradoramente entusiasta que tenía grabada en el rostro. Daba miedo.

Luis: Mmm - le obsequió un asentimiento y volvió a mirar su teléfono.

Por experiencia las chicas demasiado entusiastas nunca tramaban nada bueno, además odiaba el rosa y ella llevaba mucho rosa por todas partes.

Rosita: Soy nueva en la ciudad - continuó ella ignorando el hecho de que literalmente él la estaba ignorando - mi abuela y yo venimos de una casa de campo en las afueras de la ciudad y he venido a estudiar por primera vez ¡¡La preparatoria es tan genial!! ¡¿A ti te gusta la preparatoria?! Pff – se respondió ella sola - ¡obviamente! ¡La preparatoria es lo mejor!

Luis volvió a fruncir el entrecejo y evitó mirar a su nueva compañera ¿Notaría los audífonos en sus orejas? solía usarlos para que no le fastidiaran demasiado. Usualmente resultaba.

La chica continuó hablando sola unos buenos minutos mientras éste le subía a la música suspirando ¿Por qué le habían sentado con una chica tan extraña?

No tenía tiempo para socializar. Estaba cansado, la noche anterior se había quedado viendo su programa favorito y de no ser porque Paco – su hermano - había brincado sobre su frágil cuerpo, esa mañana se habría quedado en cama.

Todavía le dolía el cuello por haber sido arrojado fuera de la cama, y lo que sea que hubiese hecho Hugo – su otro hermano – para intentar aliviarle el dolor, no había funcionado.

Rosita: Ey Luis - éste le volvió a ignorar, podía sentir como le tironeaba de la sudadera - Luis... Oye Luis... Luis.

Luis: (Girando la cabeza ante su insistencia) ¿Pero qué es lo que quieres? 

Rosita se sobresaltó y señaló el pizarrón con un dedo y sus ojos muy abiertos.

Rosita: El profesor dice que pases a hacer el siguiente ejercicio.

Oh.

Luis miró hacia el frente dónde el profesor le observaba con gesto de enfado. Quitándose los audífonos se puso de pie con las manos en los bolsillos e ignoró las risitas de sus compañeros.

Ya allí observó la complicada ecuación e inclinó la cabeza. No pudo evitar soltar un bostezo. Odiaba asistir a clases. Se supone tenían dinero ¿De verdad necesitaba pasar esa tortura escolar?

Profesor: ¿Y bien? Imagino estaba prestando atención.

Luis rodó los ojos. Aunque hubiese puesto atención resolver eso parecía demasiado complicado. Ser el Nerd-Inteligente era el trabajo de Hugo. Echó una mirada hacia atrás al oír una risa familiar pero no encontró al inquietante Doofus Drake o a Gavin, Oh cómo odiaba a Gavin, era una gran suerte que no hubiese asistido a clases ese día, el idiota se había dormido en clase de gimnasia y Luis solo le había hecho una pequeña broma, una bromita por todo lo que solía fastidiarle. Cuando echó otra mirada, vio a Rosita que enseñaba una hoja de su cuaderno en la que con un rotulador rosa había escrito como resolver el problema y la respuesta final seguido de muchas estrellas y sonrisas en círculos.

¿Era el único que tenía la idea de que la chica había salido recién de preescolar? 

Bueno. Si ella insistía tanto en querer hablarle... igual podía ir y copiar la respuesta.

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Exitosamente lo del ejercicio ayudó a que ambos rompieran el hielo ya que minutos antes Rosita llegó a pensar que el chico le estaba ignorando y que tal vez ella estaba siendo muy fastidiosa ¡Que equivocada había estado! Luis era su primer amigo y él estaba encantado de serlo. Además, con la capucha no lo había notado antes pero Luis tenía los ojos más celestes que jamás había visto, había quedado embobada observándolos tanto tiempo que el joven le había golpeado el rostro con su dedo y después amistosamente se había reído.

Rosita no pudo evitar sonrojarse y tocar la zona en la que el dedo del chico le había golpeado.

Ya después de clase Luis se ofreció a llevarla a su siguiente clase y Rosita había quedado encantada por el gesto, y conversaban animosamente mientras caminaban.

Luis: Así que casa de campo ¿Y creciste con... quién era?

Rosita: Mi abuela. Ella es la abuela más genial de la vida, te va a encantar. Lo prometo.

Luis: Tu abuela ¿eh? Y ¿Qué hacían las dos allí?

Rosita comenzó a caminar más lento y mirar de un lado hacia el otro. No podía decirle que estaba estudiando para ser espía como su abuela ¿O sí? Era un amigo, los amigos no se mentían entre si y Rosita no quería mentir, por otro lado ser espía era un secreto.

Luis: Si lo prefieres puedes no decírmelo – sonó triste.

Rosita mordió sus labios y se quedó de pie frente a él.

Rosita: Voy a decírtelo pero no puedes decírselo a nadie ¿bien?

Luis: (Haciendo un gesto de cierre con sus dedos y sus labios) hecho.

Rosita sintió su corazón acelerarse ¡Se llevaban tan bien que ya conversaban en gestos!

Rosita: Mi nombre es Rosita Vanderquack, nieta de la agente secreta veintidós, una ex espía que hizo muchos enemigos en sus días de trabajo. Para protegerme de una malévola organización criminal, la abuela me escondió y entrenó de mil formas de supervivencia para poder enfrentarlos si vienen por mí. Ahora es mi primer año fuera de la zona segura y me han permitido estudiar como una prueba para demostrar mis habilidades de adaptación – se frotó la barbilla – eso creo, por lo menos la última parte.

Rosita miró al chico que le estaba viendo fijamente. De pronto parpadeó y rio entre dientes soltando algo parecido a "no puede estar pasándome esto"

Rosita: (Desmotivada) No me crees ¿verdad?

Luis: Eh.. no, no, no. Si te creo – le pasó un brazo por los hombros apretándola junto a él – No lo sabes pero nosotros no somos muy diferentes.

Rosita: ¿En serio?

Ésta se sonrojó. Luis olía muy bien. Olía a chico. Oh, a eso olía un chico. El olor a chico era el mejor.

Luis: (Moviendo los ojos de un lado hacia el otro) Resulta que mi madre también era una espía, pero ella desapareció misteriosamente y hace un par de años aparecieron dos chicos que fingen ser mis hermanos, pero no lo son, cuando estamos solos ellos siempre intentan asesinarme.

Rosita: Pero... ¿No sería obvio si no lo fuesen? Una prueba de ADN podría demostrar que no son tus parientes.

Luis: Es que no notarías la diferencia Rosita, ellos son clones de mí, cuando los veas te darás cuenta, para distinguirme siempre me visto de verde – señaló su capucha - He intentado por todos los medios deshacerme de ellos sin llamar la atención pero... Nunca lo consigo, Hugo siempre es demasiado listo, y Paco, ay, Paco. Ese clon azul no le teme a nada.

Rosita se preocupó al ver el rostro de Luis tan apesadumbrado. No podía ser cierto ¿Y si lo era? Tal vez su abuela la había traído porque sospechaba que algo maligno le estaba sucediendo al joven de ojos celestes y ¿Quién mejor que su nieta para emboscar a los enemigos? Y Luis era su nuevo mejor amigo, no tenía razones para mentirle.

Rosita: ¿Estás seguro de que no son tus hermanos? Tal vez... - había que ser racional, Luis podía no conocer a toda su familia hasta que simplemente llegaron.

Luis: (Poniendo rostro de dolor absoluto) Pensé que tú si me creerías. Eres una espía ¿recuerdas?

Rosita: (Horrorizada) No... es que si te creo pero...

Luis: (Soltó un suspiro) Bueno, no importa igual no hay nada que pudieses hacer para ayudarme.

Rosita: Pero Luis yo... mm – se cruzó de brazos - ¿Sabes qué? Investigaré a esos clones y veremos si eliminarlos es necesario.

Dicho eso le dejó atrás por el corredor. Si Luis estaba tan seguro de que esos chicos no eran sus hermanos entonces Rosita tomaría cartas en el asunto. 


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Loubby o Pacosita - "Me gustas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora