Loubby o Pacosita - "Me gustas"

El pabellón del misterio - parte 1

Paco: ¡¡Es el lugar más mega ultra estupendo de la vida!! – blandió su espada con destreza imitando poses heroicas y dando giros hasta que casi chocó con una gran estatua de un ave – JA, ven aquí ave gigante ¡Soy Sir Paco maestro de la espada y te derrotaré!

Hugo a su lado estaba vestido de hechicero y cargaba un báculo con una gema de goma. Al entrar al juego los reunían en un salón y cada uno podía elegir un personaje.

Hugo: Sí, ya lo sé pero – miró hacia Luis que seguía eligiendo su disfraz - ¿No se te hace extraño que esté tan emocionado por jugar un juego con nosotros que pagó él mismo?

Paco: (distraído) ¿M? no sé, tal vez si quiere pasar tiempo con nosotros, esto es divertido.

Hugo puso los ojos en blanco. Seguro, Luis por supuesto iba y hacía cosas de la nada porque buscaba cariño de sus hermanos, Hugo suspiró. Eso era tan real como que debería haberlo obligado a devolverle el teléfono.

Luis: ¿Y cómo me veo?

Hugo y Paco se voltearon al mismo tiempo y casi bufaron.

Hugo: ¿Qué se supone eres? – alegó tomando un collar lleno de cuentas que cargaba- ¿El tesoro del juego? Si es así voy a poner una mala reseña cuando me pidan valorización.

Luis: Pero, soy un Elfo – Paco y Hugo se miraron - ¡Ya saben! los elfos son arqueros y usan ropa elegante.

Era hasta obvio. Luis era un Elfo, pero había elegido todas las joyas falsas más llamativas que había encontrado para su atuendo.

Paco: (jugando con su espada) Si claro, estoy seguro que esa corona de hojitas y rubís que llevas en el pelo es para la princesa y no para ti.

Luis: ¿De qué va? lo dices porque tú la querías – la sostuvo en su cabeza con un resoplido – Saben qué, consigan su propia corona, esta es mía.

Hugo: ¿Por qué necesitaría un Elfo una corona?

Luis: Pff es parte de mi personaje, soy un príncipe Elfo embarcado en una gran y dolorosa búsqueda.

Paco: Vale – rodó los ojos - ¿Y a qué hora comienza esto? ¿Iniciaremos con un calabozo o un sótano macabro, una cámara de tortura...?

Luis: (intentando no sonreír con malicia) Eh, si, se supone habrá otros jugadores pero dentro de poco nos dejaran entrar a nuestra propia aventura.

Al instante apareció una chica vestida de enfermera sangrienta y entró al cuarto con un pergamino en la mano.

Zelest: (con un tono de ultratumba y soltando una bomba de humo de color verde oscuro) ¡¡Sean bienvenidos aventureros a la infratierra!! – sonrió terroríficamente riendo como una bruja perversa, a los tres se les desencajó la mandíbula al ver que la enfermera sangrienta escupía algo negro que le teñía los dientes y goteaba hasta el pecho - ¿Ya están preparados para la gran misión? Desde el momento les digo que nadie ha conseguido el tesoro del gran calabozo y – dejó de hablar mal y se puso seria – Primero ¿firmaron los papeles de permiso? El juego puede causar desmayos, ansiedad, trauma y ataques cardiacos, no recomendado para embarazadas, ancianos y asmáticos, así que si presentan un problema médico debo pedir que se retiren.

Paco: ¡¡Este va a ser el juego más genial de todos!! ¿Qué debemos hacer? ¡¿Es una batalla? ¿Tenemos que usar el cerebro para abrir tumbas? ¿Escalar? – era una casona gigante tenía sentido.

Zelest: ¿Ninguno presenta enfermedades riesgosas? – volvió a preguntar con sus pestañas gigantes azotando.

Los tres: (exasperados) ¡Que no!