.•∆ 11 ∆•.

1.5K 295 139
                                    

Hyunjin llegó a la sala de estar, donde Jisung yacia echado en el sillón más largo y grande, mirándolo expectante. Hwang realmente vió interés en su mirada, pero estaba demasiado cansado como para tener ese tipo de charlas con él en ese momento. Seungmin ya estaba más tranquilo, tomándose su tiempo y espacio después de lo que él mismo había presenciado, así que lo único que quería era ir a dormir.

— Hablamos mañana, ¿de acuerdo? — propuso, pero casi ya era un trato. — Sólo no pienses nada raro. Soy capaz de contarte todo lo que respecta a mí, pero sabes que respeto mucho lo de las demás personas.

— Lo entiendo. — admitió el menor con cierta decepción. — Descansa.

— Igualmente.

Sin embargo, conforme pasaron las horas, el sueño desapareció en medio de la madrugada. Hyunjin se levantó en busca de un ansiado vaso de agua, pasando al lado de la puerta del baño y de su sala; iba a continuar sin detenerse siquiera a observar el bello paisaje que le ofrecía la vista de su penthouse a través de esas paredes de vidrio, pero entonces una silueta le llamó la atención, haciéndole abrir con motivación sus somnolientos ojos.

Seungmin estaba sentado cerca a uno de esos inmensos vidrios, específicamente en medio, observando atentamente el exterior mientras abrazaba sus piernas flexionadas, con la espalda levemente encorvada y el mentón apoyado sobre sus rodillas.

Ante aquella imagen desconcertante y repentina, Hyunjin pensó que tal vez el menor no había podido dormir, y lo único que se le ocurrió hacer para pasar el rato fue observar al mundo dormir.

Por ese momento se olvidó de su sed, y con aire inquisitivo se acercó a él, sin hacer ruido, puesto que sólo llevaba puestas un par de medias. Cuando se sentó a su lado izquierdo, pudo notar cómo el menor se limpiaba los rastros de lágrimas que había derramado en su ausencia con rapidez, por lo que sintió que estaba invadiendo de alguna forma su privacidad.

"Pero de todas maneras . . . Yo sé lo que se siente estar solo".

— ¿Estás bien? — le preguntó, conociendo la respuesta, sin embargo, esa pregunta era una forma de dar a conocer el interés por la otra persona, y por eso la quiso formular en un momento así.

— Sí . . . Todo bien por aquí. — respondió Seungmin, fingiendo con su tono de voz un estado de ánimo demasiado falso.

— ¿Quieres que te deje solo? — interrogó Hyunjin, estando dispuesto a respetar su decisión al pie de la letra.

Seungmin pareció pensarlo. Se mantuvo callado unos segundos, observando la oscuridad de la ciudad. Hwang sólo miraba su perfil atento, mientras mantenía sus piernas cruzadas y sus manos descansando en su regazo.

— No, creo que . . . no quiero estar solo. — contestó el peli negro sin mirarlo.

— De acuerdo. — dijo bajito el rubio, sin dejar de observarlo, a pesar de que él no lo veía.

No supieron exactamente cuántos minutos pasaron en silencio, uno al lado del otro, admirando dos distintos paisajes en un mismo lugar, y al mismo tiempo. Cuando la nieve comenzó a caer sobre los montones de edificios que saturaban a la capital, el inigualable sentimiento de paz llenó sus pechos de un segundo a otro.

A Hyunjin no le gustaba el frío, pero admitía que las nevadas tenían su propia magia, completamente única e irremplazable. El cielo en definitiva creaba arte, y todo lo que es hermoso puede ser considerado arte, por lo que no le sorprendía que algo así de admirable tratara de cambiar el color del mundo tan gris en el que vivían. Cada invierno, el cielo lo intentaba.

— Fue mi culpa, ¿sabes? — murmuró Min al borde de las lágrimas. Hyun frunció el ceño en su dirección, sin entender a qué se refería. — Debí ser más precavido. No debí subir al taxi confiado. No tuve que dejarme engañar por la sonrisa cordial que me ofreció y-

𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙣𝙚𝙫𝙖𝙙𝙖 ❄️ | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora