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— Bueno, sí . . . — murmuró Seungmin. Observó de reojo el rostro del mayor, y tras tragar saliva preguntó un tanto apenado — ¿Estás sorprendido? — Hyunjin lo miró fijamente. — Antes te di a entender que mi vida era perfecta pero, ni siquiera me puedo sentir cómodo en alguna de las cenas que tengo que compartir con mis padres.

— Bueno, soy el mas indicado para entender que todo lo que brilla no es oro. — declaró, para después agregar — Porque sí, mi cabello no está bañado en oro, es sólo que me echo el acondicionar antes que el champú.

Seungmin lo miró con una sonrisa que indicaba estar sorprendido por la broma que le había salido tan natural en medio de una conversación "seria". Hyunjin también sonrió orgulloso de poder relajarse haciendo ese tipo de cosas, sabiendo que el menor no lo miraría mal, porque de alguna forma u otra él lograba entenderlo.

— Gracias por el tip que quise pedirte, pero que no me atrevía a hacerlo por vergüenza, magnífico príncipe. — le siguió el juego, tal y como Hwang lo había previsto. En cuanto la tensión del ambiente se aligeró, Min asintió — Está bien, sí. Mentí esa vez. En realidad sí tengo problemas con mis padres, pero no son como los de Jeongin, así que intento no hacerlo mas grande, ¿sabes? — trató de aminorar el dolor que le causaba pensar en ello. Hyunjin entendió que sí, quizá la gravedad era diferente, pero eso no significaba que no pudiera afectarle. Él lo sabía, pero al parecer Seungmin no. — Yo . . . creo que ellos no son el problema, si no yo. Yo soy el problema . . . porque jamás podré presentarles a una linda chica con quien podría casarme y tener una familia. Jamás podré decirles: "papá, mamá, mi amada esposa está embarazada, así que serán abuelos y yo un padre orgulloso". Nunca tendré la dicha de salir de la iglesia esposado con alguien a quien ame, porque todos . . . Todos simplemente pensarían que . . . que estoy despreciando el esfuerzo que pusieron mis padres en mí. — irremediablemente su voz se cortó en ese instante. Hwang abrazó sus piernas y dejó de mirarlo, dejando su copa de vino vacía a un lado. No quería que alguien que había demostrado tanta despreocupación días atrás, termine sintiéndose oprimido por su presencia. Min recuperó el aliento, mordió su lengua para evitar comenzar a llorar, y con un hilo de voz añadió — Lo siento mucho por ellos.

— Tú no les debes nada.

— ¿Qué? — y con esa pregunta no pudo evitar mirarlo.

— Son tus padres, sí. Y probablemente se esforzaron mucho porque tuvieras una buena educación y seas alguien de bien, pero ese era su deber desde un principio. — estiró sus piernas y se colocó en una mejor posición, en donde su rostro estaba más cerca al ajeno. — Las personas no deberían traer hijos al mundo si van a esperar algo a cambio. El único que tiene derecho a reclamarles eres tú, porque no pediste nacer en primer lugar. Ellos te crearon, ellos se joden, y ellos aceptan lo que tú decidas hacer ahora con tu vida. Si les parece mal, que se lo guarden, porque nosotros como hijos también nos hemos guardado muchas cosas a lo largo de su crianza y en la forma de cómo experimentaron durante gran parte de nuestra vida, equivocandose e intentando enseñarnos cosas cuando ellos también estaban aprendiendo gracias a nosotros. Que se jodan, Kim Seungmin, que se jodan.

El menor se quedó sin palabras por unos segundos. Sin embargo, tomó su copa y le pidió que le sirviera mas vino, lo cual hizo el rubio rápidamente.

— Creo que tiene sentido lo que dices. — admitió el peli negro. — Tal vez tenga muy normalizada la idea o meta de ponerlos orgullosos con todo lo que haga.

— Y puedes hacerlo, pero sin necesidad de reprimirte o fingir ser alguien que no eres. — aclaró el mayor, a lo que Kim asintió, terminando su bebida en un instante. — Además, ser gay no es nada malo. Yo soy un bisexual que goza de su libertad con orgullo.

𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙣𝙚𝙫𝙖𝙙𝙖 ❄️ | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora