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—  He tenido que fingir sentir cosas por las personas con quienes salía, pero nunca sentí nada real. Llegué al punto de creer que sólo las personas estúpidas creían que esta indescriptible sensación existía. Ahora contigo, ahora que te conozco, no necesitaré decirte palabras bonitas y mucho menos intentaré seducirte. Tú solo te darás cuenta de que lo que siento por ti es real . . .

— Entonces haz una lista. — murmuró el menor de golpe, soltandose del agarre de manos y mirando a otro lado.

— ¿Qué? — soltó Hyunjin desentendido.

— Haz una lista de las cosas que te gustan de mí. — dejó como condición, pese que hasta para él sonaba ridículo. — O dime exactamente qué o cómo-

— Eres como esa sensación de cuando escuchas una canción y sabes que va a ser tu favorita. — se apresuró en decir sin pensar, causando que el menor frunciera el ceño confundido.

— Oh, vamos, lo puedes hacer mejor. — lo animó, dejando salir una risita al ver su expresión pensativa. — Te salió horrible.

— Lo sé. — admitió el rubio. No podía creer que esa situación lo ponía tan nervioso al punto de decir estupideces. — Ni yo me entendí, pero lo vi en Internet.

— Supongo que tenía sentido o era romántico en tu cabeza. — declaró, mirando a través de la ventana, que tenía Hwang detrás de él, la nieve caer. — Oh, dios, ¿romántico? . . . ¿Cómo es que llegamos a este punto?

— No lo sé . . . — suspiró y apoyó su espalda en el asiento, y aunque su movimiento se había visto natural, en realidad quería que Seungmin tuviera un mejor panorama para que observara los copos de nieve. Tras ello temió preguntar — ¿Te arrepientes?

— Me arrepiento de haberte dicho que me iba a casar contigo si llegaba a nevar. — fue lo único que contestó sin mirarlo. — Vaya, ¿ahora qué?

— ¿Qué de qué?

— Estoy pensando en Jeongin. — confesó, bajandole por completo el brillo en el rostro del mayor. — Le dije que no sería una cita y tú hasta te confesaste.

— ¿No era una cita para ti? — interrogó con un tono escéptico. — ¿En serio?

Tsk! — esta vez lo miró con una pequeña sonrisa de labios, la cual Hyunjin no pudo ignorar y sólo atinó a corresponderle con una mas amplia. En ese momento Seungmin analizaba todo; sus palabras, la situación, el lugar, lo que sentía y a ese lindo chico rubio, que al conocer sólo vestía ropa cara, y que ahora, después de conocerlo, podía ponerse sin pena una parka como la de él y la gorra blanca que le eligió y prometió jamás usar. — ¿Por qué me conmueve tanto tus mini pendejadas?

— ¿Mis mini qué?

— Y ahí vas otra vez. — suspiró sin dejar de mirarlo. Pensó entonces: ¿cómo es que no le había visto lo guapo desde un principio? Es decir, el apodo de príncipe nunca le quedó grande. — Necesito tiempo para pensar en todo esto, ¿de acuerdo?

En cuanto dijo aquello la cabina comenzó a moverse, había iniciado el descenso y Seungmin aprovecharía para dejar las cosas en claro.

— Probablemente esperabas que te diera una respuesta, pero entiendeme un tantito, ¿no? — ante el continuo silencio, agregó — Se supone que he estado enamorado de la misma persona desde hace tres años . . . Pero no puedo rechazarte y eso es lo que me está confundiendo justo ahora. Si estoy enamorado no me debería costar hacerlo, sin embargo . . .

— ¿Sin embargo? — lo incitó a seguir. Seungmin bajó la mirada y se quedó mirando las manos de Hyunjin, las cuales estaban encima de su regazo. Tuvo el mínimo impulso por tomarlas, pero tampoco debía darle falsas esperanzas si no estaba seguro de nada. — ¿Te gusto, Kim Seungmin?

𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙣𝙚𝙫𝙖𝙙𝙖 ❄️ | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora