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Seungmin había ido a la cocina por algo de comer, encontrando así un par de envases de ramen en el cabinete superior del respostero. De inmediato su mente le obligó a recordar el suceso mas reciente en donde había consumido lo mismo, teniendo en su cabeza a Hyunjin y la elegancia con la que había comido de los fideos frente a él en aquella tienda.

Sacudió su cabeza al darse cuenta de que se mantuvo absorto en sus recuerdos por más tiempo del necesario, volviendo a su tarea inicial. En cuanto tuvo todo listo, volvió a la sala, viendo así a su mejor amigo con el celular en manos, aún teniendo su teclado ya instalado frente a él.

— Al parecer Changbin hyung también se fue a Australia con Chan hyung. — comentó el menor, observando cómo Seungmin colocaba un tazón de fideos en la mesita.

— ¿En serio? — interrogó Kim sin demostrar tanto interés genuino, sólo sorpresa.

— Sí, mira. — indicó Yang, volteando su móvil para que el mayor pudiera ver la pantalla. — Ha publicado una foto con él en Sidney.

— Oh, entonces pasarán año nuevo allá juntos.

— Parece que sí. — dijo el contrario, volviendo su vista a su celular mientras Min iba por el otro tazón a la cocina. — ¿No has visto las historias en Instagram de Chan hyung?

En cuanto Seungmin pensó en ello, recordó un detalle muy importante: su celular.

— ¡Oh, carajo! ¡Charco de sasaengs! ¡Caja repleta de pizzas con piña! ¡Mierda infinita cósmica de astronautas! — exclamó el peli negro aún sin terminar su recorrido hacia la sala. Jeongin retiró la vista de la pantalla y lo miró intrigado.

— ¿Qué pasó?

— Es que . . . — le extendió el bowl al menor, quien lo sujetó con cuidado, dejando su móvil en el sillón, sin dejar de mirarlo. — Bueno, es que . . . dejé mi celular en el centro comercial para que lo repararan. Se me cayó en medio del robo, así que . . . La cuestión es que lo olvidé.

— Tonto. — dictaminó Yang, comenzando a comer. Min asintió de acuerdo con los labios fruncidos. — Con razón ni siquiera leíste mis mensajes. Estaba tan preocupado que casi llamo a la casa de mis suegros.

Seungmin no pudo evitar sonreír, tomando su tazón de ramen para empezar a comer.

— Suerte que no lo hiciste. Se habrían preocupado. — dijo el peli negro ciertamente aliviado. Jeongin sólo asintió.

Tras unos minutos, cuando ya habían acabado de cenar, el menor volvió a tomar su celular y comenzó a jugar con los teclados del piano mientras veía la pantalla, como si estuviese dispuesto a aprender a tocar una canción en específico.

— ¿Qué haces? — preguntó Kim, a pesar de que la escena era muy obvia.

— Quiero aprender a tocar una canción . . . Y tocarsela a la persona que me gusta.

Seungmin se quedó paralizado un par de segundos; aspiró el aire necesario, y con la cabeza gacha preguntó:

— ¿A Hyunjin?

— No.  — respondió Jeong con una calma y seguridad que lo dejaron perplejo.

— ¿Te gusta alguien mas? — temió interrogar, pero al final lo hizo porque necesitaba estar seguro.

— Sí. — contestó Yang sin mirarlo, totalmente concentrado en las notas de la canción. — Me gusta . . . mucho.

"¿Por qué no me siento feliz o aliviado?" Se cuestionó a sí mismo ante su propio escepticismo irrazonable. Se suponía que había estado esperando eso, así que . . . "Es que siempre será así. Vendrá alguien nuevo siempre. Alguien le gustará probablemente cada mes, pero nunca seré yo".

𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙣𝙚𝙫𝙖𝙙𝙖 ❄️ | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora