Usualmente utilizaba aquel tiempo para contemplar lo que sucedía a su alrededor, pero ese día en particular, por alguna razón, su cabeza se mantuvo ocupada con viejos recuerdos. Recuerdos que, al ser dolorosos, le resultaba tedioso de repasar en su mente.
De repente, su celular sobre la mesa vibró, indicando que le había llegado un mensaje. Hyunjin suspiró y tomó el móvil, observando en la pantalla al remitente.
«Padre
Hijo, hoy se me hizo otra vez imposible. Te he depositado suficiente dinero para que te diviertas ésta noche con tus amigos. Feliz navidad.»Hwang apagó su teléfono y lo dejó nuevamente en la mesa. No pudo evitar suspirar con decepción, pero, ¿a quién engañaba? ¿Qué esperaba? . . . Ya no tenía siete años.
Miró de soslayo a su alrededor. Las personas en aquella cafetería se veían apuradas, con bolsas llenas de compras, con sonrisas pintando sus rostros, que demostraban lo felices que estaban por la noche que pasarían.
En Corea del Sur era muy común pasar las fiestas navideñas con tu pareja, pero aquel día Hyunjin quiso pasarla con su padre, a quien no veía hace un año. Éste siempre viajaba de un lugar a otro, ganando dinero en cantidades que el rubio no comprendía y no se sentía capaz de obtener por sí solo, aunque trabajara toda su vida. Por una parte estaba bien, puesto que él y su hermano podían disfrutar de ello. Jinyoung ya había acabado la universidad y se encontraba en el negocio familiar, mientras él seguía con sus estudios, siendo el que más lujos se podía dar entre sus amigos. Es decir, ¿quién no quisiera tener un departamento tan grande como el suyo en una suite, a la edad de veinte años? Sin siquiera pagarlo. No trabajaba y podía salir de compras cuando quisiera. Las fiestas sobraban en su vida, al igual que los amigos y las personas con las que quisiera comprometerse románticamente. No le faltaba nada, entonces . . .
¿De qué te quejas, Hyunjin? ¿Por qué nunca estás satisfecho? ¿Por qué mierda te sientes vacío?
— No lo sé . . . — se susurró en respuesta.
Aún recordaba aquellos días, a la edad de seis a ocho años, antes de que su madre muriera, cuando esperaba a su padre, cambiado y listo para la salida que tendrían, junto con su hermano mayor, pero él nunca llegaba. Nunca lo hacía. Siempre era el mismo mensaje. "Se me hizo imposible"
A los diez años Hyunjin comprendió que siempre había sido una excusa, y que su progenitor no iba porque no quería, no por otra razón.
Lo había odiado en ese entonces, porque sólo lo pudo ver en el funeral de su madre, y cuando se los tuvo que llevar a vivir con él, aunque realmente nunca hubo una convivencia como tal.
A los dieciocho exigió su independencia, y había vivido bien hasta entonces.
Hyunjin tomó su celular de un segundo a otro y se dirigió al chat que tenía con su ex novio. Tecleó las palabras correctas y entonces envió su mensaje sin dudar: «Lo siento. No podremos pasar ésta noche juntos. Se me hace imposible.» Apagó el móvil y lo guardó en el bolsillo de su saco, el cual tomó mientras se paraba y se encaminaba con dirección a la salida del local.
Había estado con Minho durante dos meses, siendo su noviazgo más largo, por lo que se le hacía más difícil soltarlo, pero sabía que lo haría, siempre lo hacía, y, además, ya tenía en la mira a alguien más. El nuevo chico de la universidad era todo un encanto.
Se colocó el saco largo color caqui apenas el frío se colo en su sueter. El invierno era una verdadera mierda en su país. Lo detestaba. Por esa razón tenía planeado viajar a mitad del siguiente año.
Ya deseaba escuchar a su mejor amigo apostar cuánto tardaría el chico nuevo en caer en sus redes, y cuánto duraría su relación. Era bueno adivinando, y por esa razón Hyunjin siempre perdía dinero por su culpa. Aún así, Jisung era la única persona en el mundo que no lo juzgaba por haber tenido tantas parejas, siendo hombres y mujeres, de la misma cantidad.
Hwang observó el vaho que salió de sus labios por el frío que sentía en ese momento, pero debía seguir caminando, puesto que no había estacionado su auto cerca, y además, deseaba ir a las tiendas que quedaban al otro lado de la calle, por si había novedades, y también porque debía comprar un regalo para su amigo secreto. Changbin no era muy exigente, pero le gustaba sentirse especial.
Continuó caminando entre las personas, evitando chocar con algunas de ellas, lo cual era difícil, ya que, por alguna extraña razón, a las personas les gustaba hacer todo a última hora, como él en ese momento.
Había quedado con un grupo de amigos de la universidad a pasar la navidad en su casa. Jisung estaría a cargo de la decoración, y Changbin junto con Chan de la comida. Ahora iría antes, puesto que había cancelado su cita con Minho, de lo cual no de arrepentía en lo absoluto. Arrepentirse no era algo común para él. No entraba en su vocabulario.
Siguió con sus pasos tranquilos y la mirada curiosa, que se paseaba entre todo lo que ofrecían las tiendas a través de las enormes lunas traslúcidas. Fue tanto su entretenimiento, que no se dió cuenta que un chico de cabello negro había estado caminando en su dirección con su celular pegado a su oreja y la cabeza en otro mundo. Ambos chocaron bruscamente, separándose al instante por la impresión. Hyunjin llevó su mano a la zona golpeada de su pecho y le frunció el ceño en cuanto lo escuchó exclamar:
— ¿¡No te fijas por donde vas!? Maldito idiota.
Y entonces Hwang vió venir lo menos esperado, ya que el desconocido le mostró el dedo del medio y continuó como si nada, volviendo a pegar su móvil a la oreja y acomodando el par de bolsas que tenía sujetas en su otra mano.
Hwang no era el tipo de persona que se enfrentaba a otra en una vía pública. Además de darle vergüenza, no se sentía cómodo con las discusiones. Nunca le habían gustado. Ese tipo de charla sólo traía consigo ropturas y perdidas. Eso habían traído a su vida tiempo atrás.
Decidió seguir caminando como si nada hubiese pasado, pese a que el dolor en su pecho se había intensificado.
En cuanto logró comprar algo perfecto para Changbin, quiso llamar a Jisung para informarle que iría a casa, pero prefirió sorprenderlo, así que descartó la idea y se encaminó con dirección a su auto, que no estaba estacionado muy lejos.
Al llegar vió más allá, en uno de los parques más grandes de la zona, a varias parejas que esperaban ansiosas la primera nevada, la cual tardaría en llegar más que otros años.
Para Hyunjin eso era ridículo. Las personas enamoradas se volvían más idiotas de lo que habitualmente eran, y eso le causaba cierto temor a él, ya que, a pesar de haber tenido tantas novias y novios, nunca había considerado sentir amor por ellas y ellos, y temía de que en algún punto de su vida aquello cambie, y que, por el mismo karma, alguna futura relación no dependa de él, sino de la parte contraria. Hwang siempre había tenido el control, y no iba a renunciar a ello tan fácil.
Lo malo es que, aquello era tan inevitable, como querer evitar que nevara.
~•~°•.~•~
Hooola!!
¿Qué les pareció el primer capítulo?En ésta historia estarán mis clichés favoritos ❤ porque cliché no siempre es sinónimo de una mala historia uwu ❤
Pasen una linda navidad!!
~JiNi95~
ESTÁS LEYENDO
𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙣𝙚𝙫𝙖𝙙𝙖 ❄️ | HYUNMIN
Fanfiction❝ Nunca sabremos qué pasará más adelante, ni con quién pasaremos la primera nevada. ¿Cómo era la primera nevada? . . . Única, especial y tan . . . fugaz. ❞ Booktrailer disponible en TikTok (@its.me.nice95) ∆ Historia hecha y creada por mí ❤ ∆ No c...