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Ese era su segundo día en aquella casa, y por como estaba comenzando, ya podía asegurar que era el mejor de todos. Y es que tenía a un Seungmin con la mejilla apoyada en su hombro, durmiendo ajeno a todo con tranquilidad. ¿Había algo mejor que eso?

Hyunjin casi hasta aguantaba la respiración, porque no quería hacer movimientos bruscos. No se perdonaría si el menor se llegara a despertar por su culpa. Debía aprovechar la oportunidad que le estaba brindando el destino, ya que Jeongin tampoco se encontraba en la habitación. Eran sólo ellos dos, echados uno al lado del otro, con los rayos del sol alumbrando el lugar desde el exterior, y con el silencio reinando entre ambos. Lo único que era satisfactorio de escuchar era la respiración pacífica de Seungmin.

— Así es, duerme. — susurró casi inaudible, sumando un atisbo de sonrisa con sus labios. — Yo te cuido.

No era de extrañar si fuese tarde y ambos siguieran en la cama (o bueno, sobre las frazadas), ya que casi no habían dormido la noche anterior. Lo que le incomodaba de cierta forma era quedar mal ante sus futuros suegros. "De acuerdo, es paso a paso" pensó sonriente.

— ¡Fue suficiente! — exclamó una voz a la lejanía. Ante ello Hyunjin miró con dirección a la puerta, viendo cómo esta se abría por Jeongin, quien ingresó a la habitación de inmediato. — Es hora de despertar. Ya es medio día.

— ¿Medio día? — cuestionó Hwang sorprendido. Vio al menor asentir, mientras se dirigía al otro lado de Min, el cual aún seguía durmiendo. — Espera. Sabes que se mantuvo despierto hasta-

— Su madre dice que vaya a tomar sopa para su resaca. — le interrumpió de golpe, para así continuar con su tarea, que era alejar el cuerpo de Seung del rubio. — Ey, ya, despierta. Sabes que a tu mamá no le guste que tomes hasta terminar así.

— Yo no fui — murmuró Min adormilado. En ese momento Hyunjin se sentó, ya que Jeongin había hecho que el peli negro cambie de posición, dejando de apoyar su mejilla en el rubio. — El príncipe me obligó.

— Eso no es verdad. Tú llevaste las latas-

— Shh. Shh. Shh — siseo el menor aún sin abrir los ojos. — Los ebrios no mienten.

— Pero ya no estás ebrio-

— ¡Hwang Hyunjin! — exclamó Seungmin, sentándose de golpe, pero poniendo una expresión de dolor en ese instante, y llevando su mano izquierda a su cabeza mientras fruncía el entrecejo. — Ash! Por todas las Teen movies de Netflix, así de mierda es este dolor. Esas cervezas tenían algo.

— Sí, alcohol. — manifestó Hwang con obviedad.

Seungmin le disparó con la mirada, encontrándose con la sonrisita burlona en el rostro del mayor. Ante ello le pinchó la barriga con su dedo, viéndolo encogerse en su lugar y sacándole una pequeña risa, que fue lo suficientemente contagiosa como para hacerle sonreír también a él.

— Ya paren.

— Hyunjin-

— Hyunjin. Hyunjin. Hyunjin. ¿Acaso ya olvidaste que hace una semana no querías ni que lo mencionara? — le cortó abruptamente Yang, llevándose en menos de un segundo la completa atención del par. — Es la verdad.

— Sshh — volvió a sisear el peli negro, pero esta vez con su dedo índice sobre sus labios y con dirección al menor. — Jeonginnie, no puedes ser tan grosero y seguir viviendo del pasado.

— Seungmin — mencionó el contrario un poco frustrado. En cuanto desechó el pensamiento que iba a decir en voz alta, suspiró, bajó la mirada y entonces dijo — Está bien. No es tu culpa. — tras ello miró a Hwang, y con una seriedad sombría agregó — Es la de él.

𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙣𝙚𝙫𝙖𝙙𝙖 ❄️ | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora