𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙣𝙚𝙫𝙖𝙙𝙖 ❄️ | HYUNMIN

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El toque de sus labios . . . Ese magnífico toque, tan suave, tan delicado, tan efímero. Ese era considerado el primer beso de Seungmin, y se lo había dado a él. Sólo a él, a nadie más que a él. Era completamente suyo. Su primer beso le pertenecía, así como él se sentía parte de Kim.

Aquel rápido movimiento, en el que Seungmin se había inclinado, había depositado su primer beso sobre sus labios con los ojos cerrados y luego se había alejado, dejando de mirarlo con las mejillas sonrojadas, fue tan sorpresivo para Hyunjin, que le costó unos segundos procesar que el menor había tenido la iniciativa.

Pero un momento.

— Ese no es un beso. — murmuró, causando que Kim lo mirara entre desconcertado y avergonzado. — Déjame enseñarte. — prosiguió, acercándose aún más, tomando su rostro entre sus manos y aproximando sus labios a los ajenos, pero antes de hacerlo, juntó su frente con la ajena y sonrió escéptico. — No puede ser — susurró totalmente incrédulo. Min no entendía de qué hablaba, por lo que se dedicó a contemplar sus lindas expresiones en silencio. — Me haces tan feliz. — le dijo, sin poder esperar ni un segundo más para besarlo, cerrando sus ojos en el proceso, comprobando lo inexperimentado que era el menor, y llevando el ritmo de los movimientos con facilidad.

Ese era un verdadero beso según Hwang Hyunjin. Uno que era acompañado por la grácil melodía de la música, en donde las personas sólo sentían, ya que cerraban sus ojos, desconectaban sus sentidos, y sentían, sentían a otro ser humano, sentían su calidez, su corazón, sus sentimientos, completamente todo.

Su primer beso mientras la nieve comenzaba a descender del cielo y bañar las calles.

A los segundos el contacto se rompió, y de inmediato Hyunjin tomó su mano, llevándolo consigo a la sala, donde colocó sus manos en su cintura y comenzó a mecer su cuerpo. Seungmin no tardó en entender lo que quería hacer, por lo que llevó sus brazos hasta sus hombros y acarició su nuca con las yemas de sus dedos, ambos yendo al compás de la canción.

— No entiendo ni una sola palabra de lo que dice el cantante, pero parece ser todo un Romeo. — comentó el menor, volviendo el ambiente tan único como él. — Y besas bien, principito. Es decir, soy exigente, pero no estás tan mal.

— Sé que soy la primera persona a la que besas. — aclaró con solemnidad.

— Tsk! Eso no me quita lo exigente. — sentenció, ya siendo tan normal para él tener el rostro del mayor tan cerca al suyo.

— Espero poder ser la única persona a la que beses hasta el final. — manifestó con suavidad, mirando fijamente sua labios, para después verlo a los ojos. — No sólo quiero ser tu primera vez, quiero ser todas tus ocasiones.

Seungmin reprimió una sonrisa por lo tímido que podía llegar a sentirse con él. No era como se sintiera asfixiado, si no que sobrecargado de amor y admiración, algo que nunca había recibido con tanta intensidad.

Sentía como si estuviera flotando sin haber ingerido ni una sola gota de alcohol.

— ¿Me das otro beso? — preguntó en voz baja, pero Hyunjin no demoró ni un milisegundo en cumplir su deseo.

Volvieron a juntar sus labios, dejando de balancear sus cuerpos y haciendo que ese beso lleve un ritmo más acelerado. La firmeza con la que lo sujetaba le hacía sentir tan pequeño, que al intentar ganar más poder, llevó sus manos hasta la espalda del rubio, luego llegó a sus hombros, se paseó hasta su quijada y las mantuvo en sus mejillas, hasta el toque acabó, y mirándolo fijamente acarició su labio inferior con la yema de su dedo pulgar, siendo tan delicado como cuando uno intenta acariciar un diente de león. Lo vio sonreír, cuestión que le hizo imitarlo, y entonces se abrazaron.