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No supo si el efecto del alcohol había pasado o si simplemente Hyunjin había decidido que era suficiente, pero Seungmin lo observó alejarse de sus brazos sin mirarlo, como si hubiese hecho algo demasiado vergonzoso frente a él.

No pudo evitar pensar en sus palabras y analizar lo que había pasado en su niñez, sintiéndose cada segundo más idiota por haberlo juzgado en un principio por el simple hecho de que vestía abrigos caros, tenía una penthouse para él solo y por a veces comportarse un tanto egocéntrico.

- Príncipe . . . ¿Ella te decía así? - interrogó Min verdaderamente curioso. Estaba dispuesto a aceptar sólo silencio de parte del mayor si es que este no quisiera hablar al respecto.

- No exactamente . . . - balbuceo el rubio, mirando fijamente sus rodillas. - Pero decía que debía comportarme como uno. Un buen, apuesto y elegante príncipe. "Eso debes ser, Hyunjin. Sólo tu bonito rostro te sacará de apuros, incluso más rápido que el dinero". Eso decía. Lo odiaba.

Y otra vez la culpa atacó al corazón de Seungmin, quien mordió el interior de su labio inferior con fuerza. Había desencadenado tantos malos recuerdos en Hyunjin, aún sin conocerlo por completo, pensando que estaría vacío por dentro a causa de su lujosa vida. Se sentía tan patético en ese momento.

- Lo siento-

- Admito que al inicio sí me molestaba que me dijeras así pero - se volteó para verlo y calló de inmediato en cuanto sus miradas se encontraron. Entonces retomó lo que había estado diciendo - pero entonces llegabas tú con tus adjetivos fuera de lugar que cambiaron por completo lo que esa palabra siempre había significado para mí. No sé cómo lo hiciste . . . Pero actualmente pienso que eres la única persona que me puede llamar así sin incomodarme.

Kim lo agradeció internamente, entendiendo lo que el mayor quería decir. Asintió, aceptando seguir llamándolo así, pero al mismo tiempo prometiendo no dejar que otra persona haga lo mismo para no incomodarlo.

- Entonces . . . Magnífico príncipe azul - y en cuanto lo llamó así, Hyunjin sonrió apenas y continuó prestándole atención. - ¿Hace cuánto no comes algo hecho en casa?

- La última vez que Jisung y yo experimentamos en la cocina fue hace . . . ¿tres meses?

- Hablaba de algo rico. No de algo que probablemente se quemó o le faltó sal. - indicó el menor, acercándose furtivamente al contrario. - Comida de verdad.

- Oh . . .

"Está bien, Seungmin, aún no es tarde para arreglar tus errores" se dijo a sí mismo confiado al entender la expresión del dueño del lugar. ¿Hablaba realmente él o era su subconsciente dando su opinión libre gracias al alcohol que había ingerido?

- Oye-

- Ven conmigo. - le cortó abruptamente el mayor, comenzando a pararse, a lo que Min también hizo casi al instante.

Al levantarse ambos sintieron un ola de mareos, como si todo a su alrededor hubiese empezado a girar o a derretirse, ni siquiera estaban seguros. El vino era demasiado engañoso. Sin embargo, en cuanto Hyunjin se sintió repuesto, le extendió su mano al menor, el cual vio aquel gesto como un salvavidas que debía tomar antes de caerse hacia atrás. Entonces, los dos, tomados de las manos, se dirigieron a la habitación principal del lugar.

Hyunjin, entre tambaleos y escuchando la risita de Seungmin debido a lo mucho que les estaba costando caminar con normalidad, lo guió hasta el closet. Soltó la mano de quien mantenía el ceño fruncido, aún sin entender qué hacían ahí, y entonces rebuscó entre unas bolsas de compras, sacando de una de ellas una polera color durazno. Se levantó y se la mostró con una pequeña sonrisa de labios somnolienta.

𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙣𝙚𝙫𝙖𝙙𝙖 ❄️ | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora