Rose Weasley || SCOROSE || (Terminada)

Capítulo 38

Esa noche había sido de las que se despertaba agitado y con las sábanas por el suelo.

Scorpius dormía tan profundo que a veces sentía que todo lo que pasaba en su cabeza era real y por más de que se dijera que solo era un sueño siempre caía en la trampa.

Gracias a Merlín que no le pasaba todas las noches, al principio tenía miedo de cerrar los ojos y que la pesadilla continuara, luego notó el patrón y podía decifrar cuando o no podría dormir realmente bien.

Ese sábado se había levantado de la cama algo cansado para el entrenamiento del equipo, todos los de su casa tenían los ojos puestos en él porque era el capitán ese año.

Los últimos siete meses había aprendido a ejercer autoridad, la mayoría hace más de un año, lo veían como un chico manipulable y fácil de manejar. Se cansó de eso, él no era así, pero la gente confundía su bondad con debilidad.

Sabía que si no cambiaba cómo se veía por fuera nadie le haría caso, nadie lo tomaría en serio. Por eso cuando lo eligieron como capitán del equipo guardó en un frasco mental su verdadera personalidad y creó otra en donde sonaba seguro y firme en cada palabra que salía de su boca.

No era que su parte buena se había ido, solo que no la sacaba a relucir con todo el mundo, se lo reservaba. Se reservó tanto que volvió a ser callado con la mayoría, ya no se divertía con cualquier cosa y ni siquiera supo cuándo eso había cambiado.

O en realidad si sabía.

Cuando el entrenamiento finalizó se sintió satisfecho por su equipo, Thomas, que era cazador, se lo había confirmado. Tal vez serían buenos rivales aquel año.

Al bajar de las escobas pudo ver a los jugadores de Gryffindor, listos para empezar con su rutina.

Realmente le tenía sin cuidado el equipo de los leones, pero allí se encontraba ella.

No pudo evitar clavar sus ojos en Rose que aún a lo lejos parecía resplandecer. A veces trataba de entender cómo hacía para verse de esa forma mientras caminaba, simple y complejamente preciosa.

Llevaba un short y una remera que puestos en ella parecían las prendas más finas que había visto. Tenía rodilleras y más protección en la parte superior para poder desempeñar a la perfección su puesto en el equipo. Era una guerrera y el campo de quidditch era su campo de batalla.

— Voy a fingir no estar ofendido por la poca atención que me das cuando te hablo— dijo Thomas caminando a su lado.

Scorpius sacudió la cabeza y lo miró confundido.

— ¿Qué decías?— su amigo suspiró y rodó los ojos.

— Nada.

No volvió la vista hacia la pelirroja y se dedicó a ir a las duchas y luego cambiarse.

Cuando volvió a su habitación se encontró a Amelia sentada en la silla al frente de su escritorio. Pensó que tal vez Hunter o Amy la habían dejado pasar porque no era un secreto que estaban juntos.

Se esforzó por no quejarse delante de ella, no le agradaba la idea de alguien metido en su habitación en su ausencia, era un lugar que lo consideraba privado.

— ¿Cómo te ha ido en el entrenamiento?

Él se dejó caer sentado en la cama luego de poner sus cosas en el baúl. Soltó un resoplido cansado.

— Intenso— contestó con la voz algo ronca debido a su agotamiento— tenemos chances contra Hufflepuff, muchas.

Ella le sonrió y se paró al frente para acariciar su cabello mientras él miraba sus pies. Sus uñas le causaban escalofríos y no le terminaba de cerrar aquella sensación.