Rose Weasley || SCOROSE || (Terminada)

Capítulo 30

— Detectamos magia oscura desde el ministerio, la misma que hemos detectado las otras veces y coincidían con la aparición de personas que parecían estar desorientadas— le explicó Hermione a la directora.

— Debo ir a tranquilizar a mis alumnos, ¿vendran los aurores?

— Llegarán en cualquier momento, por esta red flu.

La puerta de la oficina se abrió dejando ver a Ron con los tres adolescentes.

— ¡Scorpius!— exclamó Draco y fue directo a su hijo, que ahora igualaba su altura.

— Rose, Albus ¿están bien?— Hermione se acercó a ambos y ellos asintieron— Ron, trae a Hugo, y a todos, debemos...

— ¿Nos sacarán de aquí?— la pelirroja la interrumpió mientras veía como su madrina se retiraba del lugar.

— No sabemos qué es eso que se abrió allí afuera, muchos querrán quedarse en Hogwarts porque es seguro, pero me sentiría mejor que tú y tu hermano vengan a casa.

— Quiero quedarme aquí— soltó sin ser tan grosera, no quería que su madre se enojara justo ahora que tenía que escapar de ese lugar.

— Estaré más tranquila si vas a casa, Rose.

Se preguntó mentalmente si ella le creería si le contara qué era ese portal realmente. ¿Creería que la podía llevar a otro universo?.

De lo que estaba segura era de que no le dejaría intentar acercarse por más de que tuviera una daga mágica.

— Aquí estoy segura mamá, solo quiero ir al comedor con los demás.

— Yo también, quiero estar con mis hermanos— se metió Albus.

Ron suspiró pesado y le dio una mirada cómplice a su esposa.

— Rose, no quiero que salgas del comedor en donde están todos ¿entendido?, si todo se descontrola tendrás que ir a casa... mientras puedes quedarte.

— Al, Harry llegará en unos minutos con los aurores— empezó a decir Ron— es prudente que él sea el que decida qué es lo más seguro para sus hijos.

El azabache no se molestó en reclamar porque eso disminuiría sus chances de salir de allí.

Rose no tardó en irse de aquel lugar para dirigirse directo a su habitación y buscar el arma. Luego esperaría a que R aparezca.

— ¿Qué harán los aurores? ¿Qué es exactamente eso?— indagó Draco.

— No lo sabemos con exactitud— explicó la ministra— solo que es una acumulación de magia muy poderosa y desconocida... la orden es inspeccionar antes de proceder con cualquier protocolo.

Scorpius le dio una mirada a Albus, luego le hizo señas para que los distrajera. El rubio no tenía ninguna chance de que su padre lo dejara volver con los demás así que debía salir de allí cuanto antes para no dejar a Rose sola. Albus no tardaría en unírseles.

— Cuando estaba yendo al gran comedor vi que eso absorbía las piedras que estaban entre el pasto— comentó Albus acercándose a los adultos haciendo que pongan toda su atención en él y dieran la espalda a la puerta— es algo que absorbe... ¿y si lo hace también con los aurores?

— Combatirán magia con magia, tal vez no haga falta acercarse tanto.

La puerta hizo un pequeño ruido cuando el rubio salió pero inmediatamente fue tapado por la llegada de los aurores, entre ellos, Harry.

Scorpius fue corriendo hasta la torre de Gryffindor y esperó solo unos minutos a que saliera su amiga.

— ¿Y Albus?— preguntó una vez fuera mientras bajaban las escaleras.