Capítulo 44

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— ¡Matt!— exclamó Rose al verlo volver finalmente a Hogwarts.

Él había ido a pasar las fiestas a Estados Unidos con sus abuelos y se había quedado diez días más. En esos días de clases la pelirroja no hizo nada más que estar ansiosa por su llegada, no sabía en qué momento se había empezado a sentir así.

No había nadie en el pasillo y la luz naranja del atardecer entraba por las grandes ventanas. Ella fue corriendo al chico y lo abrazó fuertemente a pesar de que él no parecía tener emoción alguna.

Vaya, sin duda echaba de menos al Slytherin con corazón de piedra.

Luego de unos segundos Rose sintió sus brazos alrededor de ella y por un momento sus pies no tocaron el suelo, él la abrazó con la misma intensidad, sorprendiéndola.

Fueran lo que fueran, antes que nada, se habían convertido en amigos, y la Gryffindor sabía que seguramente seguía siendo difícil para él pasar navidad sin sus padres. Rose quería que supiera que no estaba solo... no sabía que Matt, aunque no decía nada, se lo agradecía muchísimo.

— Bueno— dijo él separándose— ya es suficiente ¿no crees?— a pesar de su sarcasmo tenía una sonrisa en el rostro, de esas que no siempre le veía.

— Extrañé tus comentarios románticos— el chasqueó la lengua e hizo un hechizo para que su equipaje lo siguiera hasta la sala común de Slytherin.

— Te traje un regalo de navidad atrasado... O tal vez de cumpleaños— empezó a buscar en su mochila mientras caminaban.

— ¿En serio?

El pelinegro le extendió un rectángulo envuelto perfectamente en papel de regalo. Rose supo de antemano que era un libro y se emocionó antes de abrirlo.

Lo tomó entre sus manos y rompió el envoltorio para ver una edición limitada de su libro favorito. Ella abrió la boca, sorprendida, y la euforia la invadió cuando abrió la tapa dura y se encontró con una firma y dedicatoria de la escritora. Su escritora favorita.

— Ya lo sé, soy el mejor.

Rose salió de su estado de trance y dio pequeños saltos para luego abrazarlo nuevamente.

— Maldito idiota, eres el mejor, no tengo palabras... en serio gracias.

Al separarse ella tuvo que limpiarse una lágrima rebelde de emoción antes de que Matt la viera y se empezara a burlar. Todo el camino a las mazmorras ella fue abrazada a su regalo.

— ¿Qué hay de nuevo?

— Adivina quien ha venido a estudiar a Hogwarts— Matt frunció el ceño y se puso a pensar.

— Me imagino que no es nadie famoso ni agradable por la cara que traes.

— Daven McKinnon.

— No hablas en serio— ella asintió en confirmación y el Slytherin puso cara de asco— ¿ya ha empezado a mendigarte atención? ¿o pedirte cinco minutos en el paraíso? ¡Oh! Lo olvidé... cinco minutos es demasiado para él, quedaría exhausto.

Rose no pudo evitar soltar una carcajada y Matt rió con ella.

— Pues si, ha vuelto a sacar el tema en casa de mis abuelos.

— Que imbécil.

— ¡Lo sé! Toda mi familia estaba a metros de donde estábamos.

Matt dijo la contraseña se la sala y la pelirroja entró a su atrás. Por fortuna, no había nadie en la habitación que compartía con Albus y dos chicos más.

Rose Weasley || SCOROSE || (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora