Rose Weasley || SCOROSE || (Terminada)

Capítulo 43

Por décima vez Rose se miró al espejo para asegurarse que todo esté correcto.

Lucía un vestido corto de terciopelo bordó, simple pero elegante para la boda de su prima. Su padre casi se larga a llorar cuando la vio en el living de La Madriguera. Para Ron, ver que su hija había crecido lo tomó casi por sorpresa... pero estaba orgulloso de ella.

Hugo estaba a su lado, comiendo como siempre. Él le había ganado en altura por algunos centímetros.

—¿Has visto a Teddy?— le preguntó a su hermano.

— Está terminando de arreglarse y creo que ha estado a punto de llorar.

— ¿Por qué?— Hugo suspiró pesadamente.

— Al parecer casarte te genera esa clase de emociones.

Rose simplemente sonrió como respuesta y antes de sentarse en el sofá se sobresaltó al ver a dos personas llegar a la chimenea por la red flu.

Albus e Ivy salieron ilesos e increíbles.

— ¡Ivy!— la pelirroja salió al encuentro de su amiga, no sabía que iría.

— Victorie insistió en que mi invitación incluía dos personas— dijo Al.

La Gryffindor lo evaluó con la mirada y entendió que esos dos terminarían juntos muy pronto.

Se quedaron hablando y ayudando en lo que podían mientras los demás invitados llegaban y entraban a la gran estructura que había fuera.

Una hora más tarde Rose estaba rodeada de gente, en su mayoría familia, pero también habían rostros que no conocía del todo.

Una de las sorpresas fue ver a Draco Malfoy llegar al lugar y tomar asiento. En ese momento dejó de prestar atención a su tía, que le estaba hablando.

No mucho tiempo después, Scorpius hizo su aparición, caminó sereno y se sentó al lado de su padre. Tardó poco en volverse a levantar cuando encontró a Albus con la mirada.

Ni siquiera podía tener unas vacaciones en paz y sin tener que verle el rostro. Se obligó a si misma a enfriarse, para que el fuego de la rabia interna no la consumiera por completo.

Minutos después la ceremonia se llevó a cabo y Rose tuvo la desgracia de que su asiento quedaba justo al frente de los Malfoy. Trató de concentrarse en la charla con Hugo a un lado y Lily del otro.

Pero cuando todos estaban en silencio y solo se escucharon los votos de los novios, ella sintió que su espalda, su nuca y su cabeza eran atravesadas por una mirada que sabía exactamente a quién pertenecía.

Ver a su prima vestida del tradicional blanco, resplandeciente y hermosa en todos los sentidos... Teddy con un traje elegante y con aquella sonrisa de desbordaba felicidad... Rose no los estaba viendo a ellos, veía a otras dos personas.

Por unos segundos quedó aturdida y no volvió a la normalidad hasta que todos aplaudieron y festejaron de la emoción. Ella no se había dado cuenta de lo mucho que estuvo apretando los bordes de su silla hasta que relajó sus manos.

Cuando la pareja caminó entre los invitados y todos comenzaron a dispersarse, Rose no lo pensó dos veces antes de salir del lugar rápidamente e ir a La Madriguera en busca de silencio.

En la casa vacía respiró profundamente y cerró los ojos para mandar todos sus pensamientos y emociones muy al fondo. No podían salir, no ese día, no en la boda de Victorie.

Se miró en un reflejo que su maquillaje esté intacto y cuando se dio la vuelta encontró a su padre, quien la miró con curiosidad y preocupación.