Los días pasaron con normalidad, fue una nueva rutina de la que nunca podría acostumbrarse. Él llegaba a su habitación con libros nuevos y se quedaba allí un momento hasta que lo llamaron. La besó corto y suave en los labios antes de irse, siempre dejándola con ganas de más.
Eso hizo que Diana inevitablemente lo necesitara.
Una semana después, Malfoy apareció visiblemente tenso a través de su puerta.
Ella se giró para mirarlo. Nunca podría dejar de mirarlo. —¿Me he perdido de algo?—su voz tembló.
Aún no encontraba el tono adecuado para hablarle.
—Si pudiera hacer algo más, lo habría hecho. —dijo, cortando la palma de su mano y guiando su sangre hasta las murallas. —Ojalá hubiera podido matarlo.
—Protecciones sanguíneas para un conjuro de sangre...¿Por qué? —ella se atragantó y frunció el ceño con preocupación. —¿Que está mal?
—Hubo una junta, han reclutado a más carroñeros con la marca tenebrosa. Uno en específico, te menciono. —se enderezó y trazó runas por las paredes. —Tuvo la osadía de exigirte para después de la guerra. No digo que tú tengas un dueño. Pero, es obsceno. Ha dicho cosas desgastantes de lo que quiere hacerte.
Su mente viajó al hombre que le había hablado cuando él se fue.
—La única solución por el momento es crear más barreras de protección. —dijo, suspirando y volviéndose para mirarla.
—Un pasó cerca de los límites de las barreras y voy a matarlo. Le dire al señor tenebroso que fue por negligencia e intento de sabotaje a su proyecto de conquista mágica, Y mi palabra es más pesada que una investigación con Aurores por asesinato.Diana se sentó en el borde de la cama y miró sus dedos. —¿Era necesario...cortar la palma de tu mano?
Él la miró. —Totalmente necesario. —sus ojos la recorrieron comprobando lo que pedía; su seguridad y bienestar. —Además, mi madre me ha pedido regresar a Hogwarts por al menos tres meses para mantener la tapadera en su lugar. Middy te hará compañía. Hará todo lo que yo hago. —Malfoy levantó su rostro con uno de sus dedos para que ella lo mirase. Una sonrisa de complicidad se formó en su rostro. —Bueno, casi todo lo que yo hago.
Sus mejillas se encendieron y rápidamente miró hacia otro lado. —¿Cuando regresarás a Hogwarts?
—Antes del primero de Septiembre, pero, por supuesto, no quiero dejarte sola y mucho menos que han estado...pidiéndote. —la amargura goteó en sus palabras. —Si llegan a hacerte algo...
—Bueno, solo me hablo una vez. Creo saber quien es.
Él palideció.
—¿Qué?
Ella abrió los ojos, dándose cuenta de lo que había dicho. —Dios mío- no...es decir...
Sus ojos se oscurecieron. —¿Te hizo algo?
Ella se congeló. —Si olfatearme como si fuera un plato gourmet y arrastrar sus uñas por mi esternón es hacerme algo...supongo que si.
Sus ojos se volvieron fríos y oscuros. —voy a matarlo.
Diana lo detuvo. —Dios mío- no. No puedes ir así. Usaste magia de sangre...es peligroso.
Él enarcó una ceja. —¿Sabes cuantas veces he estado más en peligro que solo esto?
Ella lo miró también. —Quédate.
Malfoy rodó los ojos y se sentó junto a ella.
Diana sonrió para sí misma.
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Éternel; Draco Malfoy
Fanfictionᴇᴛᴇʀɴᴇʟ|| El mundo está en un hundimiento lento, Voldemort toma como rehén a la Verdugo de la Orden del Fenix por su extraña maldición parasitaria para explotarla y convertirla en el arma de guerra más maravillosa que el mundo mágico haya tenido y...