ᴄɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴀ ʏ ᴏᴄʜᴏ

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Draco estaba estable. Agotado y aturdido tanto mágica y físicamente. No quedaba ningún rastro de Maldición y aunque ya no estuviera maldito, su nivel de mortalidad para los hechizos había aumento por su ahora alma pura y limpia.

Cada maldición que lanzaría seria cruelmente impecable. Poderosa.

Ella le dio las últimas gotas de lágrimas de Sekhmet y mejoró sus niveles de sangre y la actividad cerebral y cardíaca.

Diana lanzó varios diagnósticos. A cada parte de su cuerpo. Ella revisó cada célula de el cuerpo de Draco y pudo respirar cuando se dio cuenta de que todo estaba bien en él.

Purifico los cristales de Sekhmet por última vez a través de su piel.

Él la tomó por la cintura y con sus manos temblorosas, acunó su rostro y la besó.

Hubo un grito con fuerza. Diana se giró bruscamente luego y miró a Draco.

—Es Bellatrix...Se acabó el tiempo. Nos están convocando.— dijo Diana con voz tensa.

Su estómago se hundió y asintió para sí misma con nerviosismo mientras le deslizaba la capa de piel de dragón y amuletos a Draco sobre sus hombros. Con un movimiento de varita ella llamó a sus máscaras de mortifago y las sostuvo en sus manos.

—¿Estas bien? ¿Crees que puedes hacerlo? ¿Quieres esperar?

Él aún tan blanco como la nieve asintió y se burló mientras sonreía ligeramente. —Vámonos de aquí.

Huyeron del laboratorio. Tomados de la mano. Diana tenía un cosquilleo permanente en el pecho mientras lo arrastraba hasta el salón principal, en la entrada a la mansión.

Cuando llegaron, Draco cuadro sus hombros y tomó a Diana por las muñecas.

—¡Draco! ¿Donde estabas? ¿No oíste el llamado? ¡Es Hoy! ¡Es hoy!—Bellatrix se acercó a ellos.

—Estaba quitándole los brazaletes, no esperaras que suelte su maldición con los brazaletes. ¿No es así, Bellatrix?

Bellatrix palideció. Diana se había dado cuenta que Bellatrix le tenía un poco de miedo a su propio sobrino.

Todos en la habitación estaban eufóricos. Luciendo sus uniformes con superioridad. Hasta que Draco cruzó la habitación y el ambiente pareció oscurecerse.

Diana se quedó detrás de Draco en todo momento mirando hacia el suelo.

—¡Hay que irnos! ¡Hay que irnos!—Gritaron varios mortifagos mientras se desaparecían.

Diana miró hacia un lado y vio a Lucius y Narcissa Malfoy correr de la mano y aparecerse antes de llegar al término del camino de setos.

Draco camino con Diana hasta un caballo alado, no con el que escaparían. Así podrían dejar constancia de que estuvieron allí ya que el caballo estaría en Hogwarts.

Estaban apunto de subir cuando Draco se detuvo y la miró. 

"Mis intenciones no tienen nada que ver con la orden ni con ser un nuevo señor tenebroso. Es. por. ti. Si no fuera así, me habría unido a la orden hace meses, habría hablado con Potter y le hubiera mostrado el plan del señor tenebroso. "

Éternel; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora