ᴠᴇɪɴᴛᴇ

2.1K 210 34
                                    

Hubo una pausa y un silbido fuerte junto a un estruendo se escucharon fuera de su habitación por la madrugada.

Se despertó de inmediato una vez más, girando y dejando sus pies colgando del borde la cama. Cerró los ojos tratando de respirar tranquilamente y convenciéndose de que no pasaría lo mismo una vez más.

Se giró hacia atrás y se dio cuenta de que Draco se había ido.

Hubo un jadeo y un suspiro antes de que algo pareciera derrumbarse contra la puerta. La madera crujió y la manilla se movió agresivamente.

Su garganta pareció secarse mientras se armaba de valor para poder asomarse a ver. Si tan solo tuviera un cuchillo...o algo para poder defenderse.

Venían por más. Estaba segura. Venían más hombres a terminar lo que el anterior quería conseguir-

Rasgo una de las sábanas de su cama con los dientes y la envolvió alrededor de su mano para poder ahorcar a quien sea que estuviera afuera.

Abrió la puerta lentamente y se encontró a Draco totalmente pálido y helado en el suelo.

Diana soltó un jadeo de horror y sus ojos se abrieron enormemente mientras trataba de arrastrarlo hasta dentro de su habitación. Lo tomó por los brazos y lo arrastró con toda la fuerza que pudo hasta poder cerrar la puerta.

Antes de cerrarla, vio hacia el fondo del corredor el cadaver a medio podrir del hombre al que Draco había matado.

Lo dejó apoyado contra la pared junto a su mesa de noche.

—No podía- no podía quedarme sin hacer nada. —jadeo débilmente. —Imagino que trataran de volver a hacerte daño...cuando yo no- esté- aqui.

Los ojos oscuros de Diana se movieron frenéticamente sobre él. Movió una mano para tocar su piel y estaba frío al tacto.

—¿Qué hiciste, Malfoy?

—Más barreras. Más y más. Nunca son suficientes. Necesito saber quien entra y quien sale de estas barreras. Necesito saber quiénes están cercas de esta ala de la mansión. —su voz tarareó y se quejó de dolor mientras apoyaba un costado de su cara contra la pared y una sonrisa delgada se dibujaba en su rostro.

Diana estaba apunto de caer en un estado de pánico profundo mientras asentía con la cabeza y temblaba frenéticamente.

—Está bien...está bien. —dijo y se giró para buscar algo útil. —Yo voy a ayudarte-

Ella gritó el nombre de Middy tres veces antes de que la elfa apareciera junto a ellos. Sus ojos enormes se mantuvieron muy abiertos mientras los miraba.

—Middy- Middy necesito varias pociones para estabilizar el sistema sanguíneo, por favor.

Middy asintió.

—Fennell, cálmate...no me estoy muriendo. —suspiró, alzando su mano para tocar su rostro. Él soltó una risita amarga y volvió a jadear de dolor. —Que tierna.

—Hiciste una barrera con sangre de tu corazón...—jadeo, aterrada. —Idiota. Pensé que al menos serías un poco más inteligente, Malfoy.

Él se encogió de hombros. —De hecho, Fennell, fueron tres.

Diana negó mientras deslizaba varios viales de poción por sus labios y veía como su piel se volvía lentamente más cálida y los colores poco a poco volvían a él.

Dibujo runas sobre sus manos y murmuro hechizos verbales griegos para su corazón.

Reviso su actividad cerebral y sus pulmones. Su oxígeno en sangre y sus costillas.

Éternel; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora