ᴠᴇɪɴᴛɪꜱɪᴇᴛᴇ.

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Advertencia; actividad sexual. Ambos son mayores de edad.

Navidad de 1997
Mansión Malfoy

Cuando llegó de una nueva sesión de Alteración mágica, se quedó de pie con torpeza, fue la sesión más ligera que había tenido en todo el tiempo que había estado allí. Se preguntó se Draco aparecería, no lo veía desde hacía varios días.

Evidentemente Draco había hecho algo. Shand estaba pálida y sus manos temblaban con claros signos de tortura.
Muy probablemente Malfoy fue el causante de la repentina amabilidad forzada de Shand.

Hasta le ofreció una poción para que no sufriera. Un vaso con agua o algo para comer.

Diana se rio con ironía mientras se paseaba por su habitación.

Aparentemente, Malfoy tuvo que volver a Hogwarts por un corto periodo de tiempo. Terminar un par de ejecuciones y exámenes.

Mientras él no estaba, ella siguió estudiando clínicamente el proceso. Cerrando las grietas y apretando sus niveles hasta llegar a un punto completamente fijo y fuerte. Se hundió en libros de alquimia y runas de la diosa Eleuteria, leyendo cada texto antiguo escrito es griego antiguo. El hecho de que la mitad de su sangre fuera griega y la presión por su madre de aprender griego, ayudó totalmente con el proceso.

Tenía que convencerlo. Era realmente efectivo su plan.

La taza de mortalidad para ella había disminuido un poco, quizás quedaría débil por algunos años. Pero la posibilidad de muerte no era tanta como antes. Pero siempre estaría. Era como estar bailando en el filo del cuchillo, siempre estaba allí la probabilidad de su distanciamiento.

No podía dejarlo solo.

Se lo había prometido. No iba a dejarlo solo.

Ella iba a tratar-

Llegó de repente con un fuerte crujido, haciendo una mueca.

Antes, siempre estaba completamente vestido, túnica y guantes. Lo había desnudado hasta la cintura algunas veces, para ocaciones completamente clínicas.

Solo vestía pantalones y una camisa abotonada. Todo de negro. La falta de más ropa enfatizó lo alto y ágil que era. Como una pantera, no, como un Dragón; mortal, ágil y fresco.

No se había dado cuenta de todos los borradores mentales que tenía de él hasta ese momento.

Y de algún modo, ella había domesticado a ese dragón.

Ella lo miro fijamente. No necesitaba un libro para saber la sensación y expresión en su rostro. La intensidad con la que lo estudió todo el tiempo. Sus rasgos aristocráticos cruelmente tallados en su piel como una demanda de supervivencia.

Ella se acercó y dejó caer en las manos de él una pila de pergaminos con anotaciones y procedimientos. Algunos dibujos del frasco y los cristales de Sekhmet.

Draco abrió la boca, luego la cerró lentamente, tragándose las palabras una vez ella lo miró fijamente.

—Solo léelo, hice nuevas anotaciones clínicas. El nivel de mortalidad bajó.
—Él se quedó de pie y con su varita levito las paginas frente a él. —Espero que ahora sean algo de lo que podamos negociar.

Éternel; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora