ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ

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FLASHBACK DOCE

No te enamores de Draco Malfoy. No te enamores de Draco Malfoy...

Estaba segura de que no era eso. Jamás podría enamorarse de él.

Ella lo odiaba. Ella lo odiaba, había despedazado a sus compañeros, los había asesinado cruelmente, lo odiaba tanto que el odio ocupó todo su corazón y lo odiaba desde lo profundo de su alma.

Lo odiaba...

Ella lo hacía...

Draco apreció ante ella sin que se diera cuenta.

La miró con cuidado de arriba abajo. Buscando alguna lesión o corte. La
Miró esperando que se estuviera desangrando.

—¿Por que estás aquí?

Ella respiró.

Diana se levantó de el suelo y se acercó a él. Tomó sus brazos entre sus manos y Diana lanzó un diagnóstico específico sobre él para comprobar algo. Ella lo miró por menos de un segundo.

Luego volvió a analizar el diagnóstico y accedió a un dato específico.

Draco la miró de arriba abajo con cuidado, y ella lo miro fijamente. Se había sentido como si hubiera estado muriendo de curiosidad hasta que vio el diagnóstico y pudo confirmarlo.

—¿Que es...

Diana se giró sobre sus talones dándole la espalda, murmuró -expecto patronum- y el hurón salió disparado desde la punta de su varita

—Ve a traerlo, esta sobre el escritorio de mi habitación.— susurro y el hurón desapareció atravesando la pared y escabulléndose por las murallas.

Dejo la habitación llena de rastros brillantes.

El hurón volvió luego de algunos minutos, lanzando una caja sobre las manos de Diana.

—Tengo un regalo de Cumpleaños para ti,— dijo después de un minuto.
—Bueno, específicamente no lo es. Pero supongo qué contextualmente...lo es.

Arqueó una ceja. —Eso fue hace días, Fennell.

—No podía saberlo con exactitud. Y necesitaba saber la fecha sin preguntarte. A si que lo encontré en un diario de sanacion de mi madre, como una ficha médica.

—A si que me prefieres darme un regalo atrasado antes que darme uno adelantado,—La estaba mirando con expresión realmente dudosa.

Diana asintió levemente. —Es de mala suerte darlos antes de la fecha. Y considerando que pasaste tu cumpleaños entrenándome, creo que es correcto darte un regalo.

Sacó la caja de cuero y se la tendió.

—Le dije a Hermione que hiciera un kit de curación de emergencias para mi, aunque realmente no es para mi. Hay un libro también, últimamente estás repleto de heridas que piensas que no las noto, pero créeme que mis manos arden por sanarlas. Y una camisa, para compensar todas las veces que tuve que arrancar las tuyas para curarte o las veces que las rasgue por mis entrenamientos...

Las Iris de Draco florecieron y suspiró levemente mientras lo tomaba entre sus manos.

Diana sabía que él podría tener todo eso en uno de los muchos armarios de una de las muchas habitaciones de su casa, pero pensó que sería descortés no darle algo.

—¿Por que el libro?

—Si no vas a dejar que yo te cure, al menos deberías leer y saber los encantamientos de curación básicos.

Ella estaba hablando rápidamente, tratando de explicarse y decirlo todo antes de que la apuñalara en un costado para enseñarle que debería estar más atenta.

—Podría enseñarte algunos yo, aunque sé que jamás dirás que si.— dijo ella.

—Sabes que tengo todo esto en todos lados de la mansión y sanadores que curarán todo lo que yo les ordene.

—Pero no los tienes aquí, ademas no podía solo atacarte en tu cumpleaños. A si que, feliz cumpleaños.—Se obligó a mirarlo lentamente hasta llegar a sus ojos y estudiar sus iris y hundirse en el plateado de sus ojos.

—En el libro hay todo lo que deberías saber.—Dijo Diana.
—Si alguna vez te cortas el brazo o tus huesos están hechos polvo, está el hechizo para hacerlos crecer de nuevo. Curación mental y hay algunos frascos de antiveneno para atacar las heridas venenosas, a menos que sea una bestia de clase XXXX.

Hubo una pausa y Diana se dio cuenta de que se había acercado tanto a Draco que sus hombros rozaban. Podía oler su aroma embriagador. Ella lo miró y sus ojos se encontraron.

Por un momento todo entre ambos debo de ser tenso y cruel. La guerra se había desvanecido y solo eran ellos. Casi se le sonrió.

Luego Draco apretó los labios en una línea plana y ella vio que apretó la mandíbula. Sus ojos brillaron y se agudizaron cruel y fríamente.

Dio un paso atrás y bajo la mirada.
—Feliz cumpleaños, Draco.

—Fennell...— Su tono fue una advertencia—¿Estás bien?

—Si...— Sus ojos se posaron en su mano izquierda y subieron hasta su antebrazo. Su condena de muerte. Sus manos habían desgarrado cuerpos de varias personas. Había alterado núcleos mágicos como una tortura realmente divina y cruel...y con esas manos la había envuelto y la había besado y eso hizo que ella se enlazara con él aún cuando lo odiaba tanto que se hizo importante para ella.

—Yo sólo...Quería darte un regalo de cumpleaños.

Él se acercó y ella lo miro fijamente. Sus ojos estaban fríos.
Él la agarró por las muñecas antes de que ella pudiera retroceder.

—¿Desde cuando mi cumpleaños es importante?

Sus ojos-

Sus ojos eran duros y brillaban como el polvo de hadas.

—Desde que me preocupo por ti.

—¿Desde cuando te preocupas por mi?

—No...No lo se,— Diana se sintió tentada a llorar. —Quería hacer algo más que solo dañarte y usarte como maniquí de práctica.

Su boca se contrajo —¿Por que?

—Porque tengo miedo que algún día no me llames más y- y tu no estés aquí.— su voz se quebró débilmente.

Sus ojos parpadearon.

Respiró hondo y carcajeó —¿Te estas despidiendo?

—¡No! N-no...

Sintió que su mano derecha se posaba por su hombro y el calor se impregnaba en sus huesos.

—No quiero que mueras. No puedes morir.

—¿Que pasa, Fennell?

—Nada. Pero no puedes morir. Me he esforzado mucho curándote y seria realmente de mal gusto que mueras y mi esfuerzo para que estés sano se derrumbe.

Ella apretó los brazos de él con fuerza.

Ella quería-

Ella quería-

No importaba. No era nada.

La sensación de perderlo fue abrumadora. Normalmente no le importa perder a alguien que odiaba.

—Lo siento, no volveré a venir sin que me llames. Lo siento, han sido samoanas realmente malas...

Él le dio un pequeño asentimiento y desapareció cerrando la puerta detrás de ella.

Éternel; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora