ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ

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FLASHBACK DIECISIETE

26 de Junio, 1997.

Sola en su habitación, se inclinó sobre su escritorio y apoyó las manos, dejando caer su cabeza hacia abajo.

Le temblaban las manos por el estrés y el cansancio. No importaba lo que hiciera, nunca podría elegirlo completamente a él.

Draco, Draco...Draco.

Con su brillante cabello alvino.

Y sus malditos ojos grises y brillantes.

La necesidad de hacer algo más por ayudarlo la ahogaba lentamente.

Reviso sus notas; todas de principio a fin.

Manos sensibles.

—Piel "normalmente" fría.

—Sus ojos pueden cambiar de tonalidad, (probable rasgo por linaje sanguíneo)

—Revisar notas de psicología.

—Mortalmente seductor. Frio como un témpano. Cruelmente atractivo.

—Manipulador leve.

—Asesino en masa, ocho víctimas por movimiento de varita.

Draco había estado fuera de Hogwarts por casi veinticuatro horas, no sabía que estaba haciendo, Diana no pensó que las reuniones fueran tan largas.

Severus Snape estaba en Hogwarts, él no había sido llamado.

Draco no dejó una nota, no envió un mensaje.

No había nada que Diana pudiera manejar y saber que estaba bien.

Diana había tenido pesadillas en las que Draco está enfrente de ella listo para ser asesinado por traidor a la orden o a los mortifagos. Pesadillas de él nunca regresando. Recibiendo noticias de que lo encontraron muerto en algún país extranjero.

Ni si quiera había alcanzado a decir algo más.

Durante la noche,

Cuando la luz blanca se presentó como el llamado que Draco siempre le hacía para los entrenamientos. Ella corrió para llegar a la habitación y abrir la puerta de sala de entrenamientos con fuerza.

Él ya estaba en medio de la habitación, todavía vistiendo su uniforme de mortifago.

Ella se acercó a él. Le temblaban las manos cuando lo abrazó y su camisa negra le tocó la cara.

—¿Estás bien?— preguntó.

Ella asintió levemente mientras su cabeza descansaba contra su esternón.

—¿Que ocurre, Fennell?

Ella cerró los ojos y escuchó su corazón sintiéndolo; vivo y respirando.

—Nada. Siento que olvide de hasta respirar.

Se quedó quieto por un momento, la calma lo invadió levemente y sus manos descansaron sobre sus hombros.

Éternel; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora