Italia Enero de 1825.
—¡Basta Colin— La risa de Penélope sonaba por toda la habitación, Colin la tenía tomada de la cintura mientras la torturaba con algunos pequeños besos traviesos en el cuello.
—Podríamos despertar a alguien—decía Pen entre risas.
—Oh señora Bridgerton eso...¿ realmente importa?—Colin la miraba con su encantadora sonrisa, una sonrisa en la que Penelope podría perderse siempre.
—Colinn...—volvió a chillar ella cuando la cargó en sus brazos hacia la cama.
—Te amo, te amo tanto— Colin la miraba con el amor más puro y sincero, de verdad él siempre tenía una mirada llena de amor para ella, y no la reservaba, cualquiera que lo viera se daría cuenta que esos ojos verdes se iluminaban con solo notar la presencia de su amada esposa cerca o solo al escuchar su nombre.Y siguieron en su juego romántico, pero Penélope nunca olvidaba nada, de verdad nunca olvidaba nada ¿o sí?
Desde que se casaron habían visitado India, e incluso habían ido a Escocia a pasar algunos días con Francesca y Michael, después de tanto por fin habían emprendido su tan esperado viaje a Italia, habían esperado que pasará Navidad y Año Nuevo para poder escapar de Londres, ahora llevaban una semana viviendo un sueño en Italia.
—Oh Colin—Colin estaba acariciando cada parte de su cuerpo, desde los tobillos hasta la cintura y... su estomago gruño.
Penélope se rio, y Colin solo le dio una sonrisa apenada, llevaban más de 7 horas encerrados en esa habitación y no habían bajado a comer ni una sola vez.
—Creo que deberíamos bajar a cenar algo—le dijo Pen divertida.
—Creo querida esposa que tienes razón— Colin volvió a sonreír mientras se quitaba de encima de Penélope.
—Creo...—Dijo ella remarcando lo siguiente: — Que ya deberías saber que yo siempre tengo la razón. — Colin la miró divertido
—Sin duda yo no te voy a contradecir eso querida — Colin deposito un beso en su frente mientras se acomodaba su camisa y se ponía un pantalón para poder bajar a cenar —Iré bajando para pedir la cena— Pen le dio una sonrisa sonrojada y asintió con la cabeza, después de un tiempo de matrimonio Colin la ruborizaba con los actos más simples de amor.
Colin salió de la habitación y cuando Penélope se disponía a arreglar su cabello todo se oscureció a su alrededor...—Pen, Pen, ¿me escuchas? — La voz preocupada de Colin era lo único que escuchaba mientras con un pesar habría sus ojos azules, y cuando lo vio Colin estaba pálido, más que pálido, sus manos sostenían las de ellas temblorosas y sus ojos estaban humedecidos.
—Oh Pen, lo siento tanto, no has comido en todo el día— Colin sintió que el alma le volvió al cuerpo cuando la vio abrir los ojos e intentar darle una sonrisa. —Lo siento tanto cariño, ¿estás bien? llamaré a un médico— Colin la había recostado sobre la cama cuando la encontró en el piso.
—Oh Colin— salió de sus labios.
—Estoy bien, más que bien—Ella le acarició la mejilla y creía comprender lo que estaba pasando.
Llevaba dos quizá tres semanas de retraso, la semana de Navidad había estado tan ocupada ayudando a su suegra a preparar todo que ni siquiera se había permitido pensar en eso y al pasar las fiestas navideñas se encontraba con Colin pasando la semana más hermosa en Italia, ¿quien podría pensar en eso cuando estaba siendo tan feliz? Si algo caracterizaba a Penélope es que ella nunca olvidaba ninguna fecha.
Colin seguía mirándola preocupado, con sus ojos esmeralda clavados en ella, ella le sonrió. Su corazón comenzaba a palpitar de una manera que jamás había sentido antes, un amor que le invadió hasta las entrañas, y el miedo también porque ella deseaba ser mamá con todo su corazón, pero cuando ya está en ti, ¿no se podía permitir tener miedo?, algunas lágrimas de emoción resbalaron por sus mejillas.
—Ay Colin, te amo, te amo tanto—ella se echó a sus brazos como una niña y lo abrazó, Colin acaricio su cabello mientras su cabeza estaba sobre su pecho.
Inmediatamente Colin se relajo, ella estaba aparentemente bien, pero seguía preocupado, ella se había desmayado y ahora le estaba diciendo que le amaba, entre lágrimas...
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Una Bridgerton en aprietos
RomanceLa temporada social está por comenzar y está autora esta segura que está vez no habrá un diamante de temporada, si no tres. Hagan sus apuestas, esta autora asegura las ganará todas. Tres señoritas Bridgerton ingresan esta temporada al mercado matrim...