Una Bridgerton en aprietos

Prólogo 3.

Enero de 1825, Glouscetershire, Inglaterra. 

"El día de hoy fue terrible, me levanté con unas náuseas insufribles, de verdad cada cosa que olía me daba asco. Toda la mañana vomite, y aun así no he podido dejar de pensar en lo feliz que me siento con esto, había creído que era un retraso, ya sabes, yo soy un desastre así que mi periodo también lo es, pero no hay duda alguna, ¡estoy en cinta! Creo que el corazón se me va a salir del pecho. Ahora todas mis fuerzas se centran en Amanda y Oliver, los acabo de ganar y no los quiero perder, me dolería que pensaran que los amaré menos que a este bebé, ¿crees que sea capaz de hacer las cosas bien? Apenas hace unos meses comenzaron a llamarme mamá, es hermoso, aunque no soy su mamá y ellos lo saben, sienten como si lo fuera, no quiero perder eso.

No sabes lo mucho que los extraño, prometo estar en casa de mamá en cuatro días por lo que tu debes prometer cuando leas esta carta, que en cuatro días cuando llegue ahí estarás también, no le he avisado mi estado a mi madre, quiero que sea una sorpresa, pero este secreto me tiene tan malditamente feliz que no lo puedo guardar más, así que por favor comunícaselo a mi hermano y apresurense a tener un hijo pronto. Les mando muchos abrazos y besos, estoy muy feliz por verlos y Phillip también. Les veo en cuatro días, supongo que toda la familia estará presente, le he enviado una carta a Kate, no sé qué más podría pasar. La vida es hermosa y mis pequeños revoltosos cada vez sonríen más, están transformados, son niños felices y bueno... Te darás cuenta cuando los veas, ¡son maravillosos! y los amo tanto, espero que ustedes también estén siendo muy felices, bueno en realidad lo se Colin es maravilloso pero tú más." 

Eloise Crane, a su mejor amiga Penelope Bridgerton.

—¿De verdad crees que es buena idea contarle a Pen y a Colin tu estado?— Phillip alzó una ceja y miró con curiosidad a su esposa mientras ella cepillaba su cabello frente al espejo. —Ya sabes Colin a veces puede ser... un poco parlanchín—Eloise se rio.

—Ellos no dirán nada Phillip te lo aseguro, Colin puede ser un metiche pero sabe guardar secretos, además me estaba quemando por decírselo a alguien que no sea la servidumbre— Eloise seguía cepillando su cabello.

—Tal vez podamos decírselo a dos pequeños que te aman más que a mi—Phillip suspiro.

—Oh Phillip, eso no es verdad, nos aman igual, a los dos— Eloise se giró para ver a su esposo a la cara. Touché Phillip había dado justo en el clavo.

—Lo ves, si nos aman igual, sabrán que tú los amas igual— Phillip se puso de cuclillas y tomó las manos de Eloise, para depositar un beso en cada una de ellas.

—Phillip, son mis niños, me ha costado bastante ganarlos para perderlos— ella le dio una sonrisa triste.

Eloise sentía que si les decía sus hijos se enfadaría o se sentirían por ello, aunque Eloise estaba segura que nunca vería de forma distinta a ninguno de sus hijos y les amaría por igual, no estaba segura de la situación, pero pronto la vida o dos niños chismosos le darían la respuesta.

—Mamá, no nos perderás— La voz de Amanda se escuchó desde el marco de la puerta. —¿si puedo llamarte aún mamá verdad? —Amanda preguntó tímidamente mientras se adentraba un poco más a la habitación junto a su hermano tomados de la mano. 

Eloise y Phillip se giraron hacia la puerta con la boca abierta...

—Mis niños, oh, vengan aquí- ambos corrieron a los brazos de Eloise que estaba llorando, mientras los llenaba de besos en toda la cara — No se imaginan lo mucho que los amo, los amo tanto y por igual que amare a este bebé, y yo siempre seré su madre— Amanda y Oliver voltearon a ver a su padre.