47. Familia

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—Siéntese.

El lo hizo.

—Escuche bien. En cuanto mi hija salga por esa puerta debe saber que estaré confiando su cuidado a usted. Por lo que espero sea un hombre responsable ante todo. Porque si no es así, no dudaré en defenderla incluso de usted.

—Prometo, ser el esposo que Agatha merece.

—Bien. Porque tengo tres hermanos, cuatro cuñados y muchos sobrinos. Al menos alguno de ellos debe tener buena puntería. — Nicolás intentó sonreír. ¿Siempre trataría de aterrorizarlo?

Colin le sonrió, una sonrisa diferente. Se veía realmente feliz y eso sí le calo en los huesos, la forma en que Colin Bridgerton cambiaba su humor debería preocuparle.

—Bueno, Nicolás. Bienvenido a la familia Bridgerton, debe saber que Aggie tiene carácter fuerte, ¿sabe?, es como mi esposa, aunque físicamente se parezca más a mi, creo que tienen el mismo espíritu.

—Creo que me voy dando cuenta, pero no hay nada de ella que me asuste, cada parte que he conocido me ha dejado fascinado.

—Espero que sea así siempre Nicolás, ah, por cierto... Le gustan mucho las galletas de avena, y mientras tenga comida a un lado su humor será increíblemente bueno.

Nicolás miró el plato de galletas aún lado de Colin Bridgerton, y no pudo evitar sonreír.

—Supongo que en eso ella es igual a usted, ¿no?

—Si, todo es mejor con comida, la comida hace grandes cosas, mejora el humor, llena el estómago y alimenta el alma.

Nicolás tuvo que estar de acuerdo con su suegro. Definitivamente.

—Señor, mi padre está en casa. Estoy seguro que le haría feliz recibirles hoy mismo, para hacer esto algo oficial finalmente, como es debido.

—Estaremos ahí Nicolás, pero, ¿no es hoy la velada musical? Mi esposa nunca se lo pierde... Bien, creo que por ser un motivo especial, podría hacer una excepción, de todos modos esas chiquillas tienen un pésimo oído musical.

Nicolás tuvo que reír de ese comentario, Colin ya no le miraba serio. Incluso se miraba relajado, como si fueran amigos, seguramente lo llevaría bien, pero se seguiría cuidando, porque esos ojos verdes fríos, seguían traspasandose por sus entrañas y sabía que no bromeaba cuando decía que de verdad tenía que hacer feliz a Agatha, pero para él, esta tarea ya era un hecho realizado y con éxito absoluto.

—Definitivamente no tienen señor, solo fui una vez, y con eso tuve para no querer volver, siempre intente escabullirme. La segunda vez, fue cuando conocí a Agatha por primera vez, en la cena, antes de su debut.

—¡Ah! Lord Kenart, me agradas cada vez más. Te diré un secreto, yo sugerí a mi hermana Eloise sobre esa fiesta, o no habría tenido escapatoria esa noche. No resultó lo que esperaba.

—¿Cómo esperaba?— preguntó Nicolás con curiosidad.

—Definitivamente con inventados no, mi idea era una cena familiar, digamos que mi hermana se inspiró.

Dios, Colin Bridgerton era una caja de sorpresas totalmente. Y si su esposa lo era también, que estaba casi seguro que sería así, su matrimonio jamás sería aburrido.

—Vaya, eso no lo esperaba... — Lo pensó y lo dijo.

—Nicolás, ¿tiene buena puntería?

—Creó... Creo que si señor.

—Excelente, finalizando la temporada mi familia y yo siempre nos reunimos en casa de mi hermana Eloise para practicar tiro, nos hace falta un digno oponente —suspiro, sirviendo un trago en su copa—, ellas siempre nos ganan.

Una Bridgerton en aprietosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora